Luchó por la salud pero, también, por los derechos de las mujeres. Un ejemplo de lo que somos capaces.
Florence Nightingale estudió estadísticas y fue enfermera. Parece común hoy en día pero, allá por 1840, eran tareas “inadecuadas” para una mujer, sobre todo en la alta sociedad. Ella luchó contra los preconceptos y priorizó sus ideales, aunque tuviera que pelearse con su familia y evitar el matrimonio.
Nació en Italia en 1820. Desde chica amó las matemáticas y quiso aprenderlas. Pero se encontró con la primera traba: su madre la obligó a estudiar temas “más apropiados” para una mujer. Después de muchas discusiones, finalmente ganó el permiso.
Su interés iba más allá de los números: quería aplicar métodos estadísticos a las ciencias sociales. Orientado a lo humanístico, se le ocurrió ganar experiencia en un hospital. Pero, una vez más, su familia se opuso. En esa época, las enfermeras tenían fama de ser ignorantes y promiscuas.
No se dió por vencida: se entrenó como enfermera en Egipto y en Alemania. Selló, así, la ruptura con su familia, que se oponía a su decisión. La soledad era su destino: aunque tuvo oportunidades, decidió no casarse. Creía que Dios la “había seleccionado para que fuera soltera”. Todo, para entregarse a su ideal: vivir al servicio de la humanidad.
Pasó a la historia como la fundadora de las escuelas de enfermeras profesionales y en 1883 la Reina Victoria le otorgó la Cruz Roja Real por su labor. Hasta que contrajo una enfermedad y quedó postrada en cama. Dejó su trabajo pero siguió mejorando el sistema de salud: publicó 200 libros, reportes y panfletos.
¿Qué aprendemos de Florence?
• Las mujeres somos fuertes. No hay actividades que no podamos hacer, no somos un sexo débil… Esos son preconceptos que la sociedad intentó inculcarnos. Florence lo demostró con su ayuda a los soldados en plena guerra. ¡Y somos capaces de mucho más!.
• Las mujeres tenemos derechos. Gracias a personas como Florence, hoy podemos estudiar y ser profesionales. Escribió: “se supone que las mujeres no deben tener una ocupación suficientemente importante… Ellas se han acostumbrado a considerar la ocupación intelectual como un pasatiempo egoísta…” Años más tarde, publicó un libro donde pedía eliminar las restricciones para que las mujeres tuvieran carreras.
• Podemos aplicar los conocimientos de un área sobre otra. Florence fue a cuidar a soldados en la guerra y se encontró con condiciones alarmantes. Entonces usó sus conocimientos de estadísticas: recolectó datos y sistematizó el control de registros. Esa información le sirvió para promover la reforma hospitalaria. Y tú, ¿qué conocimientos tienes? ¿Puedes mezclar el arte con el marketing y con el derecho? Por qué no… ¡De las interacciones salen buenos resultados!
• Hay que luchar por los ideales. Florence, como otras mujeres célebres, tuvo un llamado interior que le hizo conocer sus anhelos. Sabía lo que quería y dedicó toda su vida a eso, sin importar las consecuencias.
Y tú, ¿por qué piensas que vale la pena luchar?.