Un principio básico en microfinanzas es la evaluación conjunta de la unidad de negocio y la unidad familiar del cliente. Es más, la visita al negocio y al domicilio del cliente es parte determinante de la evaluación crediticia. No basta determinar la utilidad que se genera. También es importante estimar los gastos familiares que se insumen.
Dicho esto, todo Analista de Crédito debería conocer el número de dependientes de la Unidad Familiar, para calcular los gastos en alimentación y vestido. Igualmente, debería indagar sobre el nivel educativo de los hijos (inicial, primaria, secundaria, universitaria), para determinar los gastos en textos, útiles, movilidad y propinas; y, en caso de ser privada, el monto de las pensiones.
Asimismo, se debería consultar sobre los gastos destinados a salud. La edad del titular y cónyuge podría ser de gran ayuda.
Otro aspecto importante es conocer los hábitos de consumo del cliente: ¿acostumbra salir a comer?, ¿acostumbra salir los fines de semana?, ¿suele viajar o vacacionar?, ¿paga al contado o tiene préstamos destinados a tales conceptos?. Si es así: ¿cuánto le implica al mes, en términos monetarios?.
La propiedad de la casa es otro factor relevante: ¿es propia o se está pagando?. Si es propia: ¿en cuánto estará valorizada?. Si se está pagando:
¿cuánto es el monto mensual de las cuotas?. A propósito, si es alquilada podría ser una mala señal, puesto que la barrera de salida podría ser muy baja, peor aún si el local del negocio, también es arrendado.
Los gastos por servicios también merecen especial atención: ¿Cuánto se paga por agua, luz, teléfono, cable, servicio de internet, vigilancia?, ¿se tiene empleada del hogar?.
Existen también gastos ocultos, como la manutención de padres o algunos familiares (principalmente, desempleados). Si es así: ¿cuánto es la subvención mensual que les destina?.
En resumen, el trabajo de Analista de Crédito debe ser integral y, sobre todo, honesto; a efecto de que los ratios reflejen la totalidad de la información de la unidad económico-familiar del cliente.
Finalmente, es muy importante no dejar pasar nunca por alto, las referencias personales del cliente que, necesariamente, se deben recabar de los vecinos, proveedores y de los negocios del mismo rubro. El conocimiento de la calidad moral del potencial prestatario nos permitirá analizar otro aspecto relevante de la evaluación crediticia: la voluntad de pago del deudor.