En la actualidad la crisis económica y sociopolítica a nivel mundial ha generado que la población llegue a tener cambios drásticos en su vida diaria. Estos cambios han originado una marcada disfunción familiar, originada por el estrés social al que nos vemos sometidos. El vertiginoso crecimiento poblacional obliga a la instrumentación de reglas, escritas y no escritas, y normas para nuestra sana convivencia. Al violentarse esta armonía, se incrementan los niveles de estrés, aparejados a los de inseguridad.
Por originarse en nuestro entorno, el estrés influencia en forma directa en la familia, impactando en el ambiente familiar y en las relaciones sociales en las que éste se encuentra inmerso, incluidas en éstas las laborales y las educativas.
La integración plena de la mujer en el mundo laboral ha traído aparejado cambios sustanciales en la vida de las familias. La participación activa de los dos cónyuges en el trabajo fuera de casa, ha producido un impacto no sólo económico, sino también en el tiempo de atención a los hijos y por lo tanto en la presión de cada uno de los miembros.
De acuerdo con Selye, H. (1974), a mediados del siglo XX se identifica la implicación del estrés en la vida del ser humano como posible generador de enfermedades a mediano y largo plazo. La inclusión del estrés como parte de la cotidianeidad del siglo XXI ha patentado su presencia en diferentes áreas de la vida.
En consecuencia el estrés se manifiesta en diferentes situaciones, tales como: Muerte, Divorcio, Separación, Encarcelamiento, Enfermedad o lesión, Pérdida de empleo, Embarazo, Problemas sexuales, Problemas económicos y muchas otras de diferente índole, dependiendo de la actitud y dominio de ansiedades de cada persona. Uno de los ambientes más estudiados como medio desencadenante de estrés lo constituye el ambiente escolar, familiar y laboral.
Según Bonet (2003) el estrés y su influencia en la vida del ser humano ha sido retomado en la actualidad con gran fuerza, impulsado por las nuevas concepciones teóricas asumidas por su reconocimiento como una enfermedad o su asociación a múltiples alteraciones del funcionamiento normal del organismo.
En este sentido el estrés es causa de relaciones disfuncionales en el ámbito familiar, ocasionando alteraciones en el organismo que repercuten en el trabajo, en la familia, con la pareja, en las relaciones sexuales y principalmente en los estudios.
El presente ensayo pretende analizar las consecuencias de este padecimiento en la familia nuclear, determinando el como afecta a cada uno de los integrantes y principalmente al desempeño escolar.
Una de las instituciones básicas de la organización social es la familia, el concepto de familia ha ostentado diferente significado; la delimitación de su concepto es el objeto de una diversidad de disciplinas. “La familia es una estructura de papeles y relaciones basada en los lazos de sangre (consanguinidad) y de matrimonio (afinidad) que liga a los hombres, a las mujeres y a los niños dentro de una unidad organizada” (Fernández Del Riesgo, 1994).
De acuerdo con Cornelio M. (2005), “la familia es, como todos sabemos, pilar fundamental de la sociedad y como demuestra la experiencia, la civilización y la cohesión de los pueblos depende sobre todo de la calidad humana de sus familias”.
Consecuentemente, la integración de familias se debe dar en el contexto de las expectativas que demanda la sociedad, que por su misma complejidad y por motivo del entorno en el que nos desenvolvemos actualmente, se torna casi imposible.
Según Soto, L. del Instituto de Medicina Tropical de Lima, Perú, “la Familia como núcleo básico de la sociedad es quien se encarga de impartir valores a sus miembros. Con estos valores una persona puede desarrollarse cumpliendo las normas establecidas por la sociedad y lograr muchas metas propuestas dentro de un marco moral y legal”.
El grado de estrés puede hacer que la familia modifique conductas en diferentes niveles. La relación individuo-ambiente será estresante o no, según la evaluación cognitiva de cada individuo. Al final de un día todos los miembros de una familia llegan a casa, cada uno con los diversos problemas que pudieron presentarse en el transcurso del día. En ocasiones los integrantes se alteran por algunos cuestionamientos sencillos y que pudieran ser inverosímiles y debido al nivel de estrés del individuo que fue cuestionado tiende a responder de forma agresiva o molesta y esto desencadena un ambiente tenso.
Según Hill, la crisis familiar implica la alteración y el desequilibrio en el sistema familiar e insiste en resaltar que no es lo mismo la crisis que el estrés; existen familias que toleran mejor el estrés que otras y que el estrés por sí mismo no tiene connotación negativa; solo cuando aparecen síntomas de alteración del entorno familiar, y la familia se torna disfuncional, se puede hablar entonces de una crisis. (R, 1986)
Esto indica que cuando el nivel de estrés de algún miembro de la familia sobrepasa los límites de autocontrol y muestra agresiones, insultos o falta de comunicación con los demás miembros es cuando el estrés impacta en el núcleo familiar.
Una familia tiene como pilar fundamental a los padres, ellos son los encargados de solventar y salvaguardar la integridad de sus hijos, en algunas ocasiones son los principales generadores o portadores de Estrés. (R., 1958)
Algunas madres de familia tienden a desempeñar el rol de ama de casa que se considera por muchos, como una ocupación tan común que, en general, se piensa que no ha de provocar problemas psicológicos de interés.
Sin embargo, el ama de casa es muy propensa a caer en el estrés debido a la carga tan demandante, como lo es el mantener el orden y control del hogar; y si a ello se le añade que tiene que incluir en sus actividades el trabajo laboral, es comprensible su propensión. Además ello conduce a trastornos de ansiedad y a un desequilibrio psíquico y al desgaste de sus energías, que lamentablemente manifiesta en los hijos, conflictuando la relación familiar.
Los hijos por su parte, asimilan el estrés y lo manifiestan en su entorno, impactando en forma directa en su educación. En el ámbito universitario se refleja en los círculos de amistades que se conforman de acuerdo a sus vivencias familiares.
Así, los estudiantes que viven en estrés manifiestan un bajo rendimiento y están propensos a buscar, en forma subconsciente, alternativas para liberarlo; mencionando entre ellas el alcohol y en casos extremos el consumo de drogas.
Para prevenir este tipo de conductas se deben sumar a los esfuerzos que las universidades hacen para apoyar la formación de los educandos, mediante el desarrollo de competencias que incorporan la conducción, seguimiento y evaluación de la actitud y del saber hacer del estudiantado, la convivencia familiar e inducción de valores que emergen de esa convivencia.
Los Padres deben interesarse de los quehaceres diarios de sus hijos, de sus relaciones amistosas y afectuosas, de sus metas, de sus ilusiones y motivarlos constantemente. Toda reinvención es difícil, pero garantiza un mejor modo de vida; además, fortalece la formación de sus hijos; quienes al aceptar ingresar a un recinto universitario, reflejaron sus deseos y aspiraciones personales.
De esta manera se asegura la exitosa formación de los hijos. Lamentablemente, en la práctica, esto no se da. Los padres ante el agobio del quehacer diario, descargan en los recintos universitarios la responsabilidad de la formación de los hijos, creando un círculo vicioso.
Para que se de la conversión-compensación de los valores es necesaria la participación de los integrantes de toda la familia en las responsabilidades de la conducción del hogar y se deben establecer y respetar reglas de orden y obediencia.
Paralelamente, se deben fomentar actividades de integración grupal que generen la confianza entre los miembros para la toma de decisiones de problemas que atañen a cada miembro de la familia.
Considerando las aportaciones que presenta Mizrahi Adolfo en su artículo sobre “Hijos de padres que trabajan” en la página de internet “Hipnosisnatural y otras terapias estratégicas”, menciona: “Los especialistas precisan que es importante tener siempre en mente que la necesidad de ganarse el sustento no debe privar a los padres del contacto afectivo con sus hijos”.
Para lograr lo anterior es recomendable evitar que el estrés social que transmiten los padres, afecte a los hijos; y ello puede lograrse manteniendo la calma, paciencia y tolerancia para con ellos. Compartir y vivir sus experiencias, conduciéndolos hasta lograr integrarlos cabalmente en la sociedad.
Hernández (1999) señala “Es de estimar que es menos importante la cantidad de tiempo que los padres dedican a sus hijos que la calidad con que los padres se relacionan con ellos. Un padre puede estar horas en casa y dejar a su hijo en el corral o frente al televisor para que no moleste con ruidos o preguntas de difícil respuesta; o por el contrario, puede estar poco tiempo con sus hijos pero con una intensidad y amor profundo que llena el espacio afectivo y desarrollo mental de los mismos”.
Bibliografía
- Bernal, L. (2004). Hacia una conceptualizacón de la salud del grupo familiar y sus factores condicionantes. Cuba: Ciencias Médicas.
- Bonet, J. (2003). El estres como factor de vulnerabilidad de la molécula al síndrome. Buenos Aires, Argentina: APSA.
- Fernández Del Riesgo Dr. (1994). La posmodernidad y la crisis de los valores religiosos. Capítulo del libro de G. Vattimo y otros. «En torno a la posmodernidad», Anthropos, Barcelona, 1990; 77 – 101. ISBN 84 – 7658 – 234. Segunda Edición Hernández, C. (1999). División de Promoción y Protección de la Salud. España.
- R, H. (1986). Life circle stages for types of single parents families; of family development theory. Estados Unidos: Family relation.
- R., H. (1958). Generis Features of familis under. E.U.A.
- Selye, H. (1946). The General Adaptation Syndrome and the Disease of Adaptation. Journal Clinical Endocrinol, 6, 117-230.