El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, de cual el Perú forma parte, norma la lengua castellana en el mundo entero y nos provee de las definiciones exactas de los diversos términos que empleamos para comunicarnos. Es el texto más autoritativo al cual cualquier hispanoparlante puede recurrir, del cual extraemos las siguientes definiciones:
PRIMERAS CONCLUSIONES
- Todo empresario tiene que ser negociante.
- Todo negociante no es empresario necesariamente.
- Si para ser emprendedor se requiere de dificultades y del azar, eso significa acometer acciones sin conocimiento previo de lo que implica realizarlas correctamente. Por tanto, el empresario NO debe ser emprendedor.
- El empresario trabaja con personas, y si es emprendedor no solo toma para sí el riesgo y el peligro, sino para todos los que con él formen parte de la empresa; es decir, pondría en peligro el bienestar de todos los que formen parte de su empresa.
- El empresario debe ser conocedor del negocio que va a acometer (ya no se pudiera decir «emprender»).
SEGUNDAS CONCLUSIONES
- Toda empresa es un negocio, mas no todo negocio es una empresa.
- El emprendimiento NO debe ser una característica del empresario, ya que presupone riesgo y peligro al considerar acciones peligrosas y al azar.
- El empresario emprendedor corre el riesgo de fracasar siempre; en cambio, el empresario conocedor se dirige hacia el éxito.
- En empresario debe ser emprendedor conocedor.
TERCERAS CONCLUSIONES
- El término gestionar es genérico e incluye el de administrar.
- El término administrar tiene diversos significados, pero todos encierran la idea de “hacer, realizar”.
- El término administrar es específico; sus diversos significados lo demuestran.
