El líder influye, convence y dirige

La palabra arte se define como la virtud, disposición y habilidad para hacer algo, de aquí que se podría decir que el liderazgo es un arte que no cualquiera domina y, como todo arte, el liderazgo tiene sus técnicas y los líderes lo ejecutan de acuerdo a su capacidad, pero sobre todo, a su preparación. ¿Por qué a su preparación si el mundo ha visto artistas natos que, sin necesidad de aleccionarse, nos han sorprendido y deleitado con su habilidad? ¿No se dice también que hay individuos que nacen con el don del liderazgo? Pues bien, es cierto que hay líderes que nacen con esa facilidad de persuadir y llamar a la acción a determinado grupo de personas, sin embargo vemos que el mundo entero está en constante evolución social, causa y efecto de los cambios en la política, los negocios, la tecnológica, etc. y los líderes (organizaciones o individuos) detectan la necesidad de adecuar su habilidad a dichos cambios. Un artista siempre tendrá el talento, pero al ejercerlo también lo cultiva, lo perfecciona.

A la pregunta de si el líder nace o se hace se podría responder con “se hace o, nace y se rehace”, por que gracias a la rapidez con la que el mundo cambia y a que las generaciones cada vez son más diferentes en lapsos muy cortos, el líder debe reinventarse constantemente.

La historia universal está repleta de líderes; cada progreso, cada suceso revolucionario, cada moda, ha tenido un precursor, ese que tuvo una idea y creyendo en ella inspiró a otros. Conocemos infinidad de casos de liderazgo político, social, religioso. Muchas de estas personas surgieron en tiempos, lugares y circunstancias totalmente diferentes; sus características eran diferentes entre sí. Sus causas, su personalidad, su manera de llevar a cabo el logro de sus objetivos, lo fueron también. Mientras unos eran autoritarios y comandaban grupos de personas movidos más por el miedo, había a otros que seguían por su carisma. Ha sido complicado detectar un patrón de conducta o personalidad afín entre todos ellos pero lo hay. Cualquiera que haya sido o sea su objetivo, hay cualidades que en todos se repiten.

Se dice que un líder lo es por sus seguidores, si no hay seguidores no hay líder y eso no es verdad. Habrá personas con ese don de liderazgo que al no ejercerlo no es seguido, pero eso no significa que al tener una causa y plantear una estrategia nadie estará con él. A esto podría llamarse liderazgo en potencia. El liderazgo en acción, es ya cuando aquella persona busca la realización de un objetivo organizando cierto grupo de personas para llegar a su meta.

El líder es aquel que influye, convence y dirige personas a un rumbo. No siempre un político, un directivo, un jefe o cualquiera que tenga una posición de mandato serán líderes. Puede que, en su posición, influyan y dirijan un grupo pero talvez no convencen, hay quienes influyen y convencen pero no lograr motivarlos a la acción. El verdadero líder influye, convence y dirige. Pero ¿cuáles son las cualidades que llevan el liderazgo por esas tres características?

  • Principalmente, éste debe tener fe en lo que busca, saber que su propósito es alcanzable. Un líder no puede emprender algo con el pensamiento de que no se logrará y mucho menos convencerá a nadie si su misión no lo convence.
  • También es necesario conocer a su gente, este punto es algo por demás importante. El verdadero líder sabe que trabaja con persona, tiene en cuenta que al trabajar con gente trabaja con emociones, intereses, deficiencias y aptitudes diferentes. Procura no generalizar primero porque es alguien que entiende el valor de las buenas relaciones y segundo porque desea el logro de sus objetivos, es por eso que ciertas actividades se las asignará a quien mejor cubra con los requisitos para lograrlas.
  • Un líder es organizado, entiende la importancia de la planeación, del cumplimiento de metas en tiempo y forma, y lo entiende porque lleva, piensa y vive con un orden. Cuando traza sus estrategias visualiza el futuro, los recursos que tiene y los que necesitará, pone manos a la obra para obtener lo que requiere para el logro de las metas. Sabe que el ser organizado le ahorra tiempo, reduce imprevistos, le ayuda a colocar a las personas en las áreas donde sabe que son adecuadas.
  • Nadie convence con palabras más que con el ejemplo. El ejemplo es la lógica y congruencia en sus acciones; la vida del líder debe ir en función de sus valores, principios, educación. Los buenos líderes con causas malévolas han tenido también esta cualidad, han sido ejemplo a seguir para el logro de su misión y sus valores y principios han tenido congruencia con sus objetivos y sus seguidores lo han tomado de parámetro. Por eso, el líder entiende que su actuar diario es observado e imitado.
  • La firmeza es algo de lo que un líder no puede carecer, esta no habla de un mal carácter pero no admite la debilidad. En la firmeza se incluye la asertividad, la madurez en la toma de decisiones, la seguridad en su actuar. Aquel líder que ha titubeado, ha perdido la confianza de sus seguidores.
  • Sin embargo, nadie es perfecto y comprenderlo hace de un buen líder uno aún mejor. Por eso la firmeza debe de ir de la mano de la humildad. El líder debe ser firme, sin dudar pero no debe ser obstinado cuando sabe que se equivoca. La humildad le demuestra a sus seguidores que es una persona con calidad humana capaz de reconocer errores propios y aciertos de terceros. Sabe que su misión se logra gracias al esfuerzo colectivo y jamás se vanagloria en primera persona demeritando el trabajo de los demás.

Hay muchas otras cualidades y labores que un líder realiza para sí mismo, su misión y su gente, pero podría mencionar estas como pilares en la influencia, convencimiento y dirección que el buen líder hace. Con esas cualidades, el líder forma, educa, organiza, manda, supervisa, reprende, anima y recompensa.

Un buen líder debe tomar en cuenta estos aspectos, de pasarlos por alto solamente será un jefe que no influye o no convence o no dirige.

Muy importante también es la imagen pública y el buen líder lo sabe. Claro que su imagen variará de acuerdo al ambiente en el que se rodea y el objetivo que persigue, así como a su personalidad. Desde cosas tan superficiales como el atuendo que, en diferentes rubros podrá ser importante, como las cuestiones más trascendentales como la educación, su propia filosofía y la interacción con sus seguidores, hacen de la vocación y del arte del liderazgo un tema aún más interesante, puesto que exige una superación constante. Cualquier seguidor agradece, se maravilla e imita a su líder cuando este le apuesta a la mejora continua.

Por eso, el saber que lo que se piensa, se hace y se dice está siempre bajo la lupa del seguidor y porqué no del competidor, es sumamente importante para tenerse en cuenta. La imagen pública se construye paso a paso y es una actividad diaria que no puede descuidarse puesto que es algo que rápidamente podría caer con algún error o imprudencia.

Todos compartimos la idea de que la congruencia de sus palabras, actos y valores es importante y así es, pero mencionarlo solamente así resulta bastante abstracto. El líder se forma una buena imagen pública muchas veces desde tener una excelente vida privada que le haga llevar al exterior de manera natural sus principios.

En pocas palabras, el líder formaría una buena imagen pública siempre que buscara ser el líder que él mismo seguiría.

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Betancourt Carlos. (2014, abril 9). El líder influye, convence y dirige. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/el-lider-influye-convence-y-dirige/
Betancourt Carlos. "El líder influye, convence y dirige". gestiopolis. 9 abril 2014. Web. <https://www.gestiopolis.com/el-lider-influye-convence-y-dirige/>.
Betancourt Carlos. "El líder influye, convence y dirige". gestiopolis. abril 9, 2014. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/el-lider-influye-convence-y-dirige/.
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