El Estado democrático regido por el imperio de la Ley en Brasil

Con la consolidación del nuevo orden constitucional erigido por la Constitución Federal de 1988 fue el Estado democrático basado en el imperio de la Ley en Brasil, consagrando en su artículo 1º, los principios fundamentales como el de la soberanía, la ciudadanía, la dignidad de la persona humana, los valores sociales del trabajo y a la libertad de iniciativa y el pluralismo político. Bajo peso al nacer de esta manera el principio democrático, al decir que «todo el poder emana del pueblo, que la ejerce a través de sus representantes elegidos o directamente, en términos de esta Constitución».

El Estado Democrático de Derecho, que a su vez significa no sólo para la aplicación de los principios del Estado de Derecho y Estado democrático, sino también el logro de un concepto que describe la condición de «democrático», irradiando este valor por toda la estructura de la organización de los seres la federación brasileña, sobre el sistema legal y de, en la medida de lo popular, ex vi el primer artículo de la constitución, que proclama el Estado Democrático de Derecho, fundado en la soberanía popular, la ciudadanía, la dignidad de la persona humana y de pluralismo político.

Para Dimoulis: El concepto de estado de derecho es de gran utilidad si se entiende en el sentido formal de la limitación del Estado por medio de la ley. Desde esta perspectiva, el concepto permite evaluar el desempeño del aparato estatal permanece dentro del marco definido por las normas en vigor. Esto no garantiza el carácter imparcial del sistema jurídico, pero conserva la seguridad jurídica, es decir, la previsibilidad de las decisiones de estado. El concepto del estado de derecho es, por el contrario, problemática. Los intentos de «enriquecimiento» del concepto, con el fin de estudiar la forma estado de derecho sólo la tierra que cumple con las exigencias de la justicia, están condenados al fracaso, ya que no parece posible definir lo que es un Estado justo.

El principio democrático, a continuación, se relaciona con el derecho a voto, y esto va en consonancia con los principios de universalidad (en relación con la votación y la elegibilidad), la imediaticidade (el ciudadano le da la primera y la última palabra), la libertad de voto (que es también el principio de votación secreta), la igualdad de voto (mismo peso y valor de resultado), la frecuencia y la originalidad.

Ya José Joaquim Gomes Canotilho dice que: «Como un elemento constitutivo del estado de derecho, los derechos fundamentales son el elemento básico para la realización del principio democrático . Más específicamente: los derechos fundamentales tienen una función democrática dado que el ejercicio democrático del poder:

1. Significa que la contribución de todos los ciudadanos para su ejercicio (derecho de igualdad y participación política).
2. Requiere participación libre basada en importantes garantías para la libertad de este ejercicio (el derecho de asociación, la creación de partidos políticos, la libertad de expresión, son, por ejemplo, derechos constitutivos de su propio principio democrático.
3. Tiene que ver con la apertura del proceso político hacia la creación de los derechos sociales, económicos y culturales , a través de la incorporación de una democracia económica, social y cultural. Destacar esta dinámica dialéctica entre los derechos fundamentales y el principio democrático. Para asumir la igualdad de participación de los ciudadanos, el principio democrático se entrelaza con los derechos subjetivos de participación y de asociación, que por lo tanto son funcionales bases de la democracia.

En este sentido, el Estado Democrático de Derecho, entre otras cuestiones que pueden plantearse, añade a los conceptos relativos a la formulación de un Estado moderno un nuevo espacio: un espacio necesario para las interpretaciones constructivistas en contexto jurídico. Mientras que en Brasil, con la introducción del concepto de Estado Democrático de Derecho, en la forma de las Constituciones española y francesa, en el que se basa el estado de derecho, la justicia social también ha de respetar la pluralidad de las personas, de las libertades económicas, sociales y culturales, el Estado Democrático de Derecho adquiere densidad normativa en comparación con las tendencias actuales en el derecho constitucional. La primera de ellas se refiere al concepto mismo de la Constitución. Mientras que el Estado como máxima referencia de la ley fundamental, el concepto sería: «… la organización de sus elementos esenciales: un sistema de normas jurídicas, escritas o consuetudinarias, que regula la forma en que el Estado, la forma de su gobierno, el modo de adquisición y el ejercicio del poder, la creación de sus órganos y los límites de su acción.

Conclusión

El imperio de la Ley hoy tiene un significado más amplio y de importancia fundamental para el desarrollo de las sociedades, como un pilar de respetar la ley. Es un paradigma importante para los cimientos de la democracia occidental. Los nuevos parámetros sustantivos que impregnan la conformación del Estado democrático de derecho contemporáneo restablecer la cuenta de los objetivos y los valores que la sociedad y el Estado deben promover el bien de la sociedad.

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