Dentro de las prácticas más importantes del Desarrollo Organizacional se encuentran las intervenciones enfocadas a mejorar la eficiencia de las personas y las de los grupos con objeto de armonizar las relaciones interdepartamentales y, por consiguiente, optimizar los resultados de la organización total.
Y una de las técnicas para reducir los problemas interpersonales son los Talleres de Sensibilización –llamados también Grupos T y/o Laboratorios de Conducta– cuyo origen se remonta al verano de 1946 cuando Kurt Lewin, en compañía de Leland Bradford, Ronald Lippitt y Kenneth Benne, dirigieron un taller para mejorar las relaciones interraciales en New Britain, Connecticut.
Aunque en México son relativamente nuevos o desconocidos, estos talleres continúan impartiéndose desde 1947 en Bethel, Maine, ciudad sede de los National Training Laboratories –actualmente rebautizados como el NTL Institute for Applied Behavioral Science.
Respuestas nuevas a situaciones nuevas
Por lo regular, los Talleres de Sensibilización no están rígidamente estructurados. Se enfocan en los sentimientos, emociones, conductas e interacciones que los individuos experimentan como grupo en el aquí y el ahora. Básicamente el sujeto del cambio es la persona. El participante se enfrenta a sí mismo, se confronta con su propia imagen y con la percepción que los demás miembros del grupo tienen de él/ella, propiciando un cambio de conducta.
Para esto es necesario que el facilitador desarrolle un ambiente socioemocional de confianza en el que los participantes puedan experimentar nuevas conductas y ensayar respuestas nuevas a situaciones nuevas mediante juegos y dinámicas de grupo.
Sin embargo, hay que ser cautelosos. No cualquiera puede dirigir un Taller de Sensibilización. Para esto se requiere que el facilitador posea un profundo conocimiento de las ciencias aplicadas de la conducta, gran experiencia comprobada en procesos y habilidades grupales y, preferentemente, que haya participado en algún programa de psicoterapia individual y grupal; de lo contrario, si no cuenta con las aptitudes requeridas, puede causar serios daños al equilibrio emocional de los participantes.
Sin embargo, los Talleres de Sensibilización realizados por un profesional experto en Desarrollo Organizacional pueden ser una experiencia muy positiva y una buena oportunidad para conocernos más a fondo y para mejorar nuestras habilidades interpersonales.