Desde hace ya muchos años, las Naciones Unidas se han situado a la vanguardia de los esfuerzos para asegurar el uso de nuestros mares y océanos, permitiendo que esté definido legalmente y sea pacífico y cooperativo para el beneficio individual y el de la Humanidad. (Organización de las Naciones Unidas).
Cabe destacar que a pesar de los esfuerzos por parte de las Naciones Unidas; la diversidad marina es cada día atacada por las distintas prácticas descontroladas de pesca; donde no se miden las consecuencias a la biodiversidad tan importante pero cada día en peligro.
El tratar de establecer un nuevo acuerdo internacional, encargado de regular tanto la conservación; como el uso sostenible de la biodiversidad marina en áreas fuera de las jurisdicciones nacionales es el reto que se plantearon muchos países en lo que fue la primera sesión del Comité Preparatorio de las Naciones Unidas. (Morales, L, 2016)
Recientemente Costa Rica ha demostrado un destacable avance con respecto a esta iniciativa que persigue al igual los demás países, a través de un convenio en donde se establece que todos los ecosistemas deben ser conservados y utilizados de una manera adecuada; sin dejar de lado, que al tiempo que esto suceda todos aquellos recursos obtenidos deben ser compartidos, no con una nación; sino que con todas las naciones en el mundo.
Para poder comprender el trabajo de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional Público, por garantizar el uso adecuado de nuestros mares, es necesario comprender por qué se debe trabajar eficazmente con las naciones para lograr el objetivo, Es importante explicar (aunque sea de manera resumida) las consecuencias tan lamentables e irreparables que el mundo enfrenta día a día.
¿Sabían ustedes que la pesca de arrastre se considera un ejemplo de perfecto a una práctica insostenible?, Respondiendo a esto quizás sería mejor afirmar que la pesca de arrastre es una práctica destructiva de los ecosistemas marinos. La manera de cómo estas redes están diseñadas, es lo que implica lo peligroso que resultan ser, pues esta logra permanecer abierta en las profundidades, mediante sus dos grandes planchas de acero “conocidas como puertas”; además de lo pesado que puede ser, hace que esto se mantenga bajo el agua. Cuando esto sucede, no solamente se captura el objetivo; sino que también aves marinas, tiburones, tortugas; se podría decir que incluso animales sin ningún valor comercial, estas especies son devueltas a las aguas, heridas y en la mayoría de sus ocasiones muertas. La pesca de arrastre representa un peligro para los ecosistemas coralinos que han existido por muchos años, pueden ser destruidos en tan poco, se pierden hábitats y zonas de reproducción.
¿Acaso esto no debería de preocuparnos? Para muchas personas, hechos así suelen ser irrelevantes en sus prioridades; pero considero importante que nosotros como el futuro del mañana, debemos crear conciencia y lograr impacto en el mundo. Es por esta razón se aplaude los esfuerzos del Derecho Internacional Público y la Organización de las Naciones Unidas por su lucha constante, con el fin de evitar una mayor destrucción y pérdida de nuestra flora y fauna marina.
Las Naciones Unidas ha venido analizando el tema desde el año 2003; sin embargo no fue hasta el año 2011 se avanzó en el marco de las discusiones preliminares que determinaron 4 elementos que serían la base de cualquier eventual acuerdo. Estos elementos son: herramientas de manejo por área, estudios de impacto ambiental, recursos genéricos marinos; así como la creación de capacidades y transferencia de tecnología marina. (Morales, L, 2016).
Se realizará un nuevo debate, en el mes de agosto del año vigente, con el fin de poder negociar este acuerdo, de manera que todas las naciones se comprometan a lograr una mejoría; además de una increíble desarrollo en sus técnicas de pesca; con el único fin de poder salvaguardar la vida de las especies marinas, evitar su explotación y las ventas ilegales de las que muchos se aprovechan.
No debemos olvidar que la pesca es la única forma de ingreso de muchas familias; así que llamarlo prohibido del “todo”, no puede ser posible; además de que fortalece el comercio de las naciones, nuestro país en especial cuenta con muchas familias pesqueras, en las zonas rurales de nuestro territorio.
El gobierno costarricense busca garantizar un equilibrio de los ecosistemas y de la actividad pesquera responsable, tanto a nivel nacional como internacional, procurando a su vez un estado de conservación para las especies consideradas para lograr un aprovechamiento disponible y mayor estudio de las diferentes especies.
Se concluye, esperando que el trabajo tan pronunciado por parte las Naciones Unidas y los países involucrados culmine con éxito y podamos pronto apreciar una nueva realidad en nuestros océanos y un avanzado índice en las tasas de animales en peligro de extinción, Creemos fuertemente en los trabajos por parte del Derecho Internacional también y se aplaude sus esfuerzos sin lugar a duda alguna.
María Álvarez
Derecho Internacional Público
Universidad Latina de Costa Rica
