Toda persona, al momento de adoptar una decisión importante en su vida, analiza sus costos y beneficios. Por ejemplo, una señorita, al tomar la decisión de casarse con un caballero, analiza los costos (menos libertad en la toma de decisiones, en el vestir, horario, amistades, responsabilidad de esposa, de madre, entre otros) y beneficios (amor, afecto, dinero, hijos, esposo, status social, entre otros) que demandará esta decisión, debido a que estos aspectos deben de considerarse para tener en cuenta los costos que estamos dispuestos a asumir. Así, de esta manera, se podrá prever el beneficio que vamos obtener, lo cual debería ser mayor al costo que demandará el mismo. Este razonamiento se aplica al TLC con los EE.UU.
El Tratado de Libre Comercio (TLC) es el acuerdo que firman dos a más países para liberalizar el flujo comercial, el cual involucra la libre circulación de bienes, servicios, capitales y la eliminación de los aranceles entre sus miembros.
Adicionalmente, el TLC es un blindaje político al ordenamiento legal existente que aplica un modelo económico de mercado, el cual no puede modificarse tan fácilmente.
Ello se debe a que no se trata de una ley que el Congreso puede derogar o modificar sino de un Tratado Internacional cuyo tratamiento se sujeta al Derecho Internacional.
El Estado peruano no puede modificarlo unilateralmente sino en acuerdo con EE.UU.
Toda decisión involucra un análisis de los costos. Los costos que demandará el TLC son la reducción de la participación en el mercado de empresas preexistentes a este proceso o el cierre de negocios, debido al ingreso de empresas norteamericanas con mayor capital, tecnología y eficiencia en la producción y prestación de bienes y servicios.
Además, este acuerdo generará la desviación comercial entre Perú-EE.UU. Asimismo, el TLC incentivará la reubicación de industrias, debido a que ello permitirá al inversionista tener la oportunidad de reubicar los centros de producción de bienes y servicios en cualquiera de los países miembros, donde el costo de la mano de obra sea el menor posible, el régimen legal sea el más flexible y donde haya mayor número de mano de obra calificada debido a que las empresas buscan tener mayor competitividad en este mercado globalizado donde todos compiten contra todos.
Finalmente, este acuerdo generará un impacto en el sector agrario, el cual eliminará el 21% del universo arancelario automáticamente y el otro 79% de las partidas agrícolas serán eliminadas después de cinco años.
Por otro lado, el TLC generará un conjunto de beneficios como el incremento del flujo comercial entre Perú y EE.UU., lo cual permitirá abrirnos el comercio a un mercado de más de 280 millones de consumidores cuyo ingreso individual estimado es de US $ 2.900 mensuales.
Ello se debe a la liberalización del comercio y la eliminación de las barreras arancelarias. Por ejemplo, México casi triplica sus exportaciones a los EE.UU. después de suscribir el TLC (NAFTA) de US $ 49000’000,000.00 a US $ 139000’000,000.00 millones de dólares.
Además, este acuerdo permitirá la mayor participación de competidores en el mercado, lo cual beneficiará al consumidor debido a que tendrá la oportunidad de elegir entre una mayor variedad e innovación de bienes y servicios de diferentes calidades, precios y desarrollo tecnológico.
Ello dejará en el pasado toda clase de proteccionismo a los productores ineficientes mediante los aranceles y subsidios.
Por último, este acuerdo con EE.UU. mejorará la presentación del Perú en la comunidad internacional e influirá de forma satisfactoria en la reducción del “riesgo país”, el cual permitirá obtener menores tasas de interés, mayor stock de capital, mayor crecimiento de la economía y más empleo.
Por último, el TLC permitirá la consolidación del sistema de economía social de mercado en el Perú y se garantizará que las reglas de juego hoy vigentes no cambien y se mantenga en el tiempo.
Finalmente, en mi opinión, la mayoría de los costos que involucra firmar el TLC con EE.UU ya se pagaron, debido a que las reformas económicas, en el Perú, se realizaron desde inicios de la década de los ‘90 y en consecuencia ex post de este acuerdo corresponde cosechar los beneficios de la liberalización de la economía peruana.
El TLC es un mecanismo para el desarrollo económico del Perú, pero esto no cambiará sustancialmente el nivel de vida de los peruanos si el gobierno no continúa con el proceso de liberalización que debe ser constante y permanente en el tiempo.
Además, el gobierno debe fomentar la competitividad de nuestra oferta exportable en calidad, precio y cantidad para maximizar los beneficios del TLC. Se debe indicar que estos son mayores a los costos que demandará el mismo