En vista de las distintas situaciones que ha venido afrontando el país como la huelga en contra de la reforma fiscal, la corrupción, el narcotráfico, lavado de dinero, el abandono del sector agrícola y el deterioro de la red vial nacional y cantonal, y la falta de diálogo para resolver problemas del país.
Actualmente nuestro país ocupa un lugar entre los 10 países más desiguales y con un nivel de pobreza superior al 20 %, con un 1.100.000 pobres, lo cual no favorece la estabilidad social e incumple lo que dispone el artículo 50 de la Constitución Política. Nuestro país debe afrontar en los próximos retos o desafíos de gran trascendencia como la triada de la desigualdad social, el desempleo y la pobreza, la inseguridad ciudadana, la calidad de la educación, el deterioro del medio ambiente, la pérdida de valores, el abandono del sector agrícola, una infraestructura vial deteriorada y no acorde con la época actual así como un déficit fiscal que representará un 7.2 % del PIB al finalizar el 2018.
Se debe establecer un modelo de desarrollo país que debe potenciar el crecimiento económico, con un incremento del PIB superior al 5 %, pero especialmente el lograr el desarrollo económico y por ende lo que algunas economistas denominan el desarrollo social donde el desarrollo humano está muy ligado con el individuo, es decir que en la medida en que se tomen como prioridades en la producción, la productividad, la competividad y el empleo además de un adecuado sistema de redistribución de los ingresos del estado hacia quienes tienen menores ingresos, fortaleciendo los sistemas de seguridad social mediante servicios básicos en salud, vivienda y educación; el individuo y la sociedad en general, tendrán un mayor beneficio del Estado, y por ende desarrollo y bienestar en aras del bien común y una sociedad más justa.
La represión que han sufrido los manifestantes civiles por pedir mayor libertad y democracia y mejores condiciones de vida en varios países, y que demuestran la frustración y desencanto de los ciudadanos por la crisis económica, la represión y el no poder tener un nivel de vida decente. Es importe recordar a dos humanistas que lucharon contra el abuso del poder Mahatma Gandhi y Martín Luther King. Parece que los políticos y los líderes no están comprendiendo los signos y cambios del tiempo actual. Es una época que requiere dialogo, oír más a los ciudadanos y a los distintos sectores de la sociedad. No es una época de imposiciones.
Al estar Costa Rica en una crisis, se debe propiciar un dialogo nacional donde participen todos los sectores, y encontrar soluciones más equilibradas y que lleven a Costa Rica por la senda crecimiento económico y el desarrollo social, que permita una mayor armonía entre todos los costarricenses y la paz social. Al estar en la era de la información y en un nuevo milenio, que tipo de líder se requiere, aquel que cuente con un amplio sistema de valores como la transparencia, honestidad y la creatividad. Deben ser muy flexibles, a efecto de ser capaces de adoptar el cambio y de utilizarlo de manera socialmente beneficiosa. Es importante tener presente también el carácter del liderazgo en una sociedad puede determinar cómo le va ir a esa sociedad en un ambiente de cambio.
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Lic Bernal Monge – Consultor