Alberto es un gran empresario que no debe esforzarse mucho para cerrar buenos tratos comerciales. Cierta vez, buscando nuevos mercados, decidió iniciar negociaciones con una empresa que se encuentra radicada en la India. Luego de los primeros encuentros en su oficina, invitó al representante indio a comer a un lugar típico argentino: una cantina en La Boca (quería invitarlo a una parrilla, pero su secretaria le advirtió que los indios no consumen carne vacuna, dado que consideran a los bovinos animales sagrados). Salió airoso de esa primera cita, y las negociaciones siguieron avanzando.
Semanas más tarde, su invitado quiso retribuirle la atención, invitándolo a un almuerzo en un restó de comida étnica India. El día del encuentro llegó entusiasmado al establecimiento, y luego de los saludos de rigor, se dispuso a ordenar. Alberto nunca había probado ese tipo de comida, y ávido por congraciarse con su interlocutor le pidió que le recomendara algún plato. Cuando el platillo llegó a la mesa, y llevó el primer bocado a su boca, su rostro no pudo ocultar el disgusto, trató de sobrellevar el impacto, y seguir comiendo. Pensó que un buen trago de vino lo ayudaría a sacarse ese sabor picante, pero, por más que bebía, el gustillo no desaparecía. Se sentía tan incómodo, y estaba tan preocupado en no demostrarlo, para no ofender a su anfitrión, que perdió el hilo de la conversación, y olvidó el objetivo de la reunión.
La historia de Alberto, terminó bien, pero estuvo cerca del naufragio, es importante saber que en el mundo de los negocios, las comidas son un ritual más, y no se puede correr el riesgo de realizarlo mal. La forma en que habitualmente nos manejamos en la mesa, puede servirnos para una reunión familiar o de amigos, pero podría hacernos perder un negocio, un ascenso o un nuevo trabajo.
Adquirir las maneras apropiadas para manejarse en una comida de negocios no es simple; requiere educación y autoconciencia.
Si no quiere que esa crucial comida sea memorable, pero por las razones equivocadas…, le recomendamos:
- Tanto si invita o es invitado, chequeé el menú previamente, y seleccione opciones. Busque un restó que le brinde comidas variadas, y tenga en cuenta las preferencias o necesidades de su invitado (qué alimentos no consume por cuestiones de salud o por cuestiones religiosas).
- Evite llegar con un apetito voraz al encuentro, así podrá enfocarse en la conversación, Antes de la cita ingiera algún bocadillo.
- Elija un plato sencillo, fácil de comer, que no provoque manchas, salpicaduras, o que pueda quedar comida entre sus dientes. Sea discreto en sus elecciones ya que hablan sobre Ud.
- No beba en exceso, trate de beber lenta y pausadamente. La bebida alcohólica en exceso produce situaciones embarazosas y puede malograr una comida de negocios.
- Conserve las buenas maneras en la mesa: no hable con la boca llena de comida,
- No coloque sobre la mesa celulares o cualquier otro dispositivo, es una descortesía. Apague su celular o déjelo sin sonido, se supone que su cita ha sido planificada y ese momento debe ser dedicado por completo a quién tenemos frente a nosotros.
- La forma en que Ud. trata al personal de servicio o maneja el stress cuando está en una comida, indica también como puede actuar bajo presión en su trabajo. La mejor jugada será mantener la calma y reírse de los contratiempos. No haga algo que cree una situación incómoda.
- Mantenga un ritmo apropiado de conversación, comience hablando de cosas triviales y luego, durante el plato principal, vaya al tema de su interés.
- Si Ud. es quien invita, recuerde llegar unos minutos antes, podrá verificar que la mesa que le reservaron sea la apropiada, y también podrá indicarle al personal que Ud. es quién abonará la cuenta (en el momento que pide el café, excúsese con sus invitados y pague discretamente).
La próxima vez que vaya a una comida de negocios recuerde planificar su encuentro, no deje nada librado al azar.