Con frecuencia en mi trabajo como Gerente de Finanzas, amigos y compañeros me han consultado acerca de la mejor manera de cubrirse sobre posibles pérdidas por tipos de cambio, problema que con frecuencia ha afectado a nuestra empresa en magnitudes de consideración. Algunos además han hecho una especie de pregunta-sugerencia, (algo así como “te pregunto para confirmar que lo que hice está bien”) afirmando haber utilizado en un contrato de venta con pago aplazado, el tipo de cambio de una moneda respecto al USD a 3 o 6 meses vista, publicado en algún boletín del Banco o del mercado de Divisas. Desde luego, por lo general mi respuesta comienza con la sentencia del título: no es posible adivinar el futuro, ni siquiera los prestigiosos compañeros que publican esos boletines pueden hacerlo, en todo caso, lo único que es posible hacer (y desgraciadamente no siempre en Cuba) es asegurarnos hoy contra cualquier sorpresa que ese futuro “inadivinable” nos depare.
Como mi intención no es que este artículo lo lean los especialistas en las cuestiones del comercio exterior y de las finanzas internacionales, sino más bien personas con escasos conocimientos de estos temas, comenzaré explicando la razón por la que puede producirse una pérdida por variación en los tipos de cambio. Ahora que lo pienso mejor, debí comenzar por ahí.
Este tipo de pérdida, para que se produzca, tienen que estar presente dos circunstancias: una moneda de contratación diferente de la moneda contable (aquella en la que están expresados nuestros estados financieros), y un momento de pago en una fecha diferente de la de la contratación. Siempre que contratemos en una moneda diferente de la que registramos nuestras operaciones, y dicha contratación implique un pago de la obligación contraída aplazado, se manifiesta un riesgo de tipo de cambio que puede entenderse mejor con un ejemplo:
Supongamos que el 1ro de Febrero compramos a un proveedor mercancías por 100,000.00 EUROS, que debemos pagarle en seis meses, es decir, el 1ro de Julio, y que el tipo de cambio del EURO respecto al USD en esa fecha es de 1.20 USD por cada EURO. Como nosotros vendemos en USD, y toda nuestra contabilidad está en esa moneda, en la fecha de la recepción de la compra (que debe coincidir con la fecha en que la misma ha sido embarcada por nuestro proveedor, y para simplificar el ejemplo diremos también que fue el 1ro de Febrero), fijaremos una obligación de pago con nuestro proveedor de 120,000.00 USD, y en consecuencia, las mercancías estarán valoradas en el inventario a ese precio de costo. Si ese mismo día un cliente nos quiere comprar ese embarque, y lo vendemos, por ejemplo, a 140,000.00 USD, habremos ganado en la operación la cifra de 20,000.00 USD, con lo cual estaremos ese día más que satisfechos.
Ahora ¿qué sucederá el 1ro de Julio, cuando venza la obligación de pago con el proveedor?. Ese día deberemos pagarle 100,000.00 EUROS, pues aunque contablemente la obligación quedó fijada en 120,000.00 USD, para él eso es intrascendente, el quiere cobrar sus 100 MEUR. Pues bien, si tuvimos la enorme suerte de que el EURO se mantuvo a 1.20, ¡perfecto!, utilizamos 120,000.00 USD para comprar los 100,000.00 EUR a 1.20, y pagamos nuestra obligación sin ningún problemas. Pero ¿y si el EURO ese día está, por ejemplo, a 1.30 USD por EURO? O peor aún, a 1.40?, o hasta 1.50?.
En ese caso, si estuviese por ejemplo a 1.40, necesitaríamos 140,000.00 USD para comprar los mismos 100,000.00 EUROS que debemos pagarle al proveedor, es decir, necesitamos 20,000.00 USD más que los que tenemos registrados como obligación, con lo cual, nuestra utilidad original se vino abajo. Se dice entonces que hemos perdido 20,000.00 USD por la variación en los tipos de cambio. Esta pérdida puede llegar a ser tan grande, que puede poner en números rojos a toda una empresa, y se produce precisamente por la incertidumbre que existe acerca del precio que tendrá el dinero en el futuro, con el que deberemos pagar una obligación. Si pudiésemos adivinar cuánto nos van a costar esos 100,000.00 EUROS, por supuesto que hubiésemos vendido nuestro producto mucho más caro, pero…. No se puede adivinar el futuro.
En el mundo de las finanzas existen, sin embargo, un sinnúmero de productos y servicios que ofertan los bancos e instituciones financieras, que nos permiten cubrirnos contra estas variaciones, que no significan desde luego adivinar el futuro, sino protegernos contra la incertidumbre del mismo. El más común y fácil de entender es el seguro de tipo de cambio o forward, que no es más que asegurarnos hoy un tipo de cambio en el futuro.
Aquí es donde entra a jugar la tablita de Hoy en el Mercado que publica el Banco de Inversiones en Cuba, o cualquier otra tablita que publican por lo general los Bancos de todo el mundo. Los tipos o tasas de cambio que aparecen reflejadas bajo la columna, por ejemplo, de 6 meses, no es el tipo de cambio que habrá dentro de seis meses, sino el tipo de cambio a que HOY un banco nos vendería una moneda para entregárnosla dentro de seis meses. Cuando hacemos un forward con un banco, nosotros adquirimos el derecho de comprar una moneda extranjera en la fecha pactada, a un tipo de cambio fijado HOY, con independencia del tipo de cambio que haya en el ese momento. De esa manera, fijaremos el precio de venta y la obligación de pago el 1ro de Febrero utilizando ese tipo de cambio, y el EURO puede estar a cualquier precio el 1ro de Julio, que nosotros lo compraremos al precio pactado en el Forward.
En nuestro ejemplo, el 1ro de Febrero el tipo a 6 meses, por ejemplo, estará seguramente un poco más caro, digamos a 1.30. En lenguaje pagano, lo que le diremos al banco es: dame un precio para 100,000.00 EUROS con entrega el 1ro de Julio. El banco nos dará 1.30, y nosotros fijaremos la obligación con el proveedor en 130,000.00 USD, y el precio que le pondremos a nuestro producto podrán ser los mismos 140,000.00 USD originales, o incluso más si el mercado lo acepta. Si el 1ro de Julio el EURO está a 1.40 USD, para nosotros no será un problema porque nuestros 100,000.00 EUROS ya estaban pactados a 1.30, y por tanto el banco nos lo dará a ese precio, con lo que “mataremos” la obligación por 130,000.00 EUROS sin mayores consecuencias.
Algunos suspicaces preguntarán ¿y si el EURO está a 1.10?. Bueno, en este caso ciertamente estaremos perdiendo la oportunidad de comprarlo más barato, pero no estaremos perdiendo dinero en la operación comercial, porque nuestra utilidad nace de la compraventa de mercancías con un margen de beneficio, y ya nosotros ganamos cuando vendimos nuestro producto. Nuestros EUROS nos saldrán a 130,000.00 USD, pero fueron vendidos hace 6 meses a 140,000.00 USD, así que no perdimos dinero.
En finanzas no podemos apostar a que las cosas saldrán bien, hacer eso es especular, y créanme, la mayoría de las veces sale en la ruleta el número equivocado, si no fuera así, todos los que juegan fueran millonarios. Bastaría echarle un vistazo en nuestro Estado de Resultados al elemento que registra las pérdidas por tipos de cambio, para darnos cuenta de lo peligroso que resulta intentar adivinar el futuro.
Desde luego, también el imaginativo mundo de las finanzas nos tiene reservados productos que nos permiten cubrirnos contra variaciones adversas, y aprovechar variaciones favorables si llegaran a producirse. En nuestro ejemplo, imaginemos que queremos asegurarnos un tipo de cambio de 1.30 USD por EUROS, de manear que si el EURO se pone a 1.40, no perdamos en la operación, pero si está a 1.10 podamos aprovecharnos y comprar a 1.10 en vez de a los 1.30 asegurados. Pues bien, eso es posible, pero obviamente todo lo bueno tiene un precio.
Una de los métodos más populares que han inventado las instituciones financieras para protegernos contra una variación negativa de los tipos de cambio, sin renunciar a una posible variación positiva, son las llamadas opciones sobre divisas. Si, como su nombre lo indica, al contratar este producto estamos contratando la opción, más no la obligación, de comprar en el futuro una divisa o moneda a un tipo de cambio que fijamos en el día de hoy, a cambio de un precio que debemos pagar, o prima.
El mundo de las opciones es muy diverso y complejo, por lo que en este breve artículo solo me limitaré a explicar ejemplos sencillos a partir de la misma operación comercial imaginaria utilizada para los seguros de tipo de cambio.
Recordemos pues que compramos a un comerciante mercancía por 100,000.00 EUROS con un crédito a 6 meses, y que dicha mercancía la venderemos el mismo día de la compra a nuestros clientes en USD. Pues bien, vamos a contratar un producto que me permita:
a) Asegurar un tipo de cambio hoy (digamos 1.30) de manera que si dentro de 6 meses el tipo de cambio es 1.40, el banco esté obligado a venderme los EUROS a 1.30.
b) En caso de que el tipo de cambio esté dentro de 6 meses a 1.10, entonces podamos aprovechar ese abaratamiento y comprar los EUROS a 1.10, con lo que obtenemos una ganancia adicional.
Para lograr lo anterior, el Banco nos venderá una opción sobre el tipo de cambio del EURO contra el DÓLAR a 6 meses, para lo cual debemos proveerle la siguiente información:
- Divisa que pretendemos cubrir.
- Importe de la divisa que pretendemos cubrir.
- Momento en el que se necesita la divisa.
- Tipo máximo de cambio que deseamos fijar, nos cotizarán la prima a pagar, o
- Importe que deseamos pagar por su compra, nos fijaran el tipo de cambio máximo contratado.
Entonces, en nuestro ejemplo, le diremos al banco que deseamos comprar 100,000.00 EUROS a 1.30 dentro de 6 meses. El banco hará un cálculo y nos dirá que esa opción tiene un precio de, digamos, 10,000.00 USD. Con esos datos entonces podemos fijar nuestro precio al cliente final, que estaría compuesto por:
- 130,000.00 USD, costo de adquisición del producto.
- 10,000.00 USD, costo de la prima por la opción.
- 10,000.00 USD, beneficio o ganancia.
Por lo que el importe final de la venta será de 150,000.00 USD. Nótese que en este momento ya nos debemos cubrir en el margen por la prima pagada, es decir, la prima al final debe “caber” en el precio de venta que nuestro cliente esté dispuesto a aceptar si no corremos el riesgo de perder dinero, como veremos más adelante.
Cuando lleguen los seis meses, si el EURO está a 1.40 nosotros tenemos el derecho a comprarlos a 1.30, por tanto ejercemos la opción y los 130,000.00 USD del costo del producto vuelven a ser 100,000.00 EUROS.
Si por el contrario, el EURO está a 1.10, pues no ejercemos la opción, sino que con los 130,000.00 USD que nos dio nuestro cliente, vamos al banco y compramos los EUROS al precio del día, es decir, a 1.10. Con esta acción, habremos comprado 118,181.81 EUROS, mientras nuestra obligación con el proveedor era de solo 100,000.00 EUROS, obteniendo una ganancia por tipo de cambio del 18.2 MEUR.
Finalmente también cabe la posibilidad de que el tipo de cambio ni suba ni baje, o que sea indiferente ejercer la opción o no ejercerla. En este caso habremos perdido la prima, pero solo si no tuvimos el cuidado de considerarla en el margen de utilidad, y por consiguiente, hacer que el cliente la pague por nosotros.
Hasta aquí lo que ha pretendido ser un artículo sencillo escrito con palabras simples sobre un tema sumamente complejo del que se han escrito numerosos tratados y manuales, y ha fascinado a más de un premio Nobel de Economía. Ojala haya podido contribuir a que los empresarios de pequeñas y medianas empresas que comienzan a hacer negocios internacionales, por lo menos intenten profundizar en estos asuntos, y al menos sepan que no siempre están condenados a perder dinero por el vaivén de las divisas internacionales.