“Tanto si dices que puedes, como que no puedes… Estás en lo cierto” Henry Ford.
Un deportista o un equipo deportivo de alto rendimiento buscan adquirir habilidades y competencias en los siguientes dominios:
- En la condición física.
- En la técnica particular de su deporte y de su puesto en particular.
- En la táctica.
Para todos estos dominios recurren a los profesionales capacitados, llámense preparadores físicos y coaches o entrenadores.
Pero… ¿Cuántas veces un deportista que se deja llevar por su mal humor o su impotencia pierde un partido, una carrera o una competencia?, ¿cuántas veces los deportistas son víctimas de un estado emocional que no saben dominar o manejar?, ¿cuántas veces un “no puedo” juega un rol fundamental al momento de salir a competir?
Muchas veces un deportista o un equipo deportivo no obtiene los resultados esperados, pese a ser aptos técnicamente, a utilizar la táctica correcta y a estar en buena condición física. En esos casos es conveniente revisar el dominio de sus pensamientos y emociones.
Probablemente ese resultado no deseado sea producto de problemas emocionales individuales o relacionales que quizás ni siquiera están a la vista.
El cuarto dominio: “Maestría personal”
Los resultados que nos importan quizás estén más allá de lo técnico, táctico o físico
Llamaremos “maestría personal individual” a:
- La proactividad.
- La auto valoración.
- La actitud positiva del deportista ante los resultados adversos.
- La capacidad de concentración y estar “metido” en el partido.
- La capacidad de responder positivamente ante los eventos y sucesos.
- El dominio y el manejo de sus emociones, en especial de la ansiedad y el miedo.
- El dominio y manejo de sus pensamientos negativos y limitantes.
- Mayor conciencia de la importancia de su cuerpo, prevención de futuras lesiones.
- El manejo de la crítica, la desaprobación y el juicio externo.
- La capacidad de alinearse tras sus objetivos.
- Manejo del stress.
Llamaremos “maestría personal grupal” a:
- La aceptación de los otros con sus formas particulares de ser.
- La sinergia grupal (suma de energías)
- El nivel de compromiso grupal.
- El nivel de contribución grupal.
- El nivel de responsabilidad integral.
- La capacidad de comunicación efectiva entre sus integrantes.
- El manejo de los intereses personales y grupales.
Un deportista, ante todo es un ser humano y como tal no está exento de la falta de dominio de sus emociones, sentimientos, pensamientos, manipulaciones externas, etc. Todo esto juega un rol fundamental al momento de salir a competir. Muchas veces el éxito es interno y luego se manifiesta afuera, como también muchas veces un deportista ya perdió antes de salir a jugar.
Una poderosa, nueva y eficaz dinámica.
Para que los deportistas, puedan trabajar en este dominio, tanto individualmente como en equipo, hemos creado la dinámica del coaching ontológico en el deporte. El coach es una persona que tiene las habilidades de trabajar con los deportistas para que puedan adquirir y entrenar habilidades emocionales en el dominio personal y el de su equipo de manera tal de alinear su actitud, sus emociones, sus pensamientos y todo lo “no visible” en favor de sus resultados.
El coach ontológico no se fija en las técnicas ni las tácticas, no son sus dominios de trabajo. No compite con el preparador físico ni con el entrenador sino que los complementa… Su trabajo es un valor agregado en la preparación del deportista, ya que trabaja otro dominio más, que contribuye a la efectividad del deportista y del equipo deportivo.
Un nuevo nivel de conciencia a favor del éxito deportivo.
La preparación y el entrenamiento en coaching ontológico busca un nuevo nivel de conciencia de cada deportista, respecto de si mismo y del equipo.
Todo deportista está en la búsqueda de un estado ideal para competir y de una actitud ideal para ganar, sabe que el estado ideal para competir tiene que ver con la dualidad de estar totalmente alerta y concentrado y a la vez relajado y disfrutando de lo que hace.
El coaching ontológico en el deporte posibilita que el deportista logre estar inmerso en el partido o la competencia y sin ser molestado ni perturbado por nada. La sensación que se busca lograr es la de fluir en el juego (estado de flujo). Como experiencia, es una sensación mágica de poder, libertad, paz y placer. Como si todo sucediera en cámara lenta y nada molestara.
En cuanto al trabajo en equipo, los resultados que se buscan realizando un proceso de coaching ontológico son:
- Aumento de la capacidad de coordinar acciones.
- Aumento de la unión del equipo.
- Aumento de la sinergia.
- Aumento de la capacidad para resolver problemas.
- Mayor compromiso con el equipo y con sus objetivos.
- Mayor disposición a “darse” por el compañero.