Normalmente, todos los empresarios y profesionales tienen el deber de emitir una factura en dos supuestos, cuando prestan un servicio o entregan un bien. No obstante, existen ocasiones en lo que esto no va a ser necesario y que van a propiciar que el autónomo no tenga que emitir la correspondiente factura.
Por ejemplo, no es necesario emitir factura en los regímenes especiales del IVA. Tampoco resulta exigible en las operaciones exentas de IVA, excepto servicios de hospitalización o asistencia sanitaria, transporte de enfermos, profesionales de la medicina o similares, las entregas de bienes empleados en operaciones exentas y las operaciones referentes a exenciones inmobiliarias.
Siguiendo con más ejemplos, tampoco resulta necesario emitir factura en el recargo de equivalencia. El recargo de equivalencia se aplica al comercio minorista, concretamente, al comercio minorista de bienes muebles. El comercio minorista se caracteriza porque la ventas se realizan al cliente final del producto. De esta manera el comerciante no se ve obligado a emitir factura.
En el simplificado, a no ser que la determinación de las cuotas que ya han sido devengadas se lleve a cabo según el volumen de los ingresos y excepto por la transmisión de los activos fijos.
Ventajas de facturar
Si no estás dentro de los casos que hemos mencionado (que son los más significativos) ni en los que señala la Agencia Tributaria, estás obligado a emitir factura.
La factura es el documento que sirve como medio de prueba mediante el cual se pueden demostrar los hechos económicos de tu actividad. Por ejemplo, si eres redactor y has tenido que realizar un artículo, la factura te servirá como prueba de que se ha realizado la prestación de ese servicio.
No obstante, para que sirva de medio de prueba es necesario que se cumplan ciertos requisitos.
Por ejemplo, necesitarás ciertos datos como el nombre del comprador y del vendedor, ya sea empresa o particular,la identificación del producto, cuanto cuesta por unidad, si existe descuento y añadir, además, el IVA.
La principales ventajas de facturar son las siguientes:
-En primer lugar, sirven como medio de prueba para demostrar que se ha producido el servicio.
-Además, podrás obtener datos veraces de la empresa o del particular al que estás facturando lo cual en caso de impago será muy útil. Muchas personas se quedan sin cobrar por el hecho de que no conocen datos veraces de su cliente y este se niega a pagarles.
-Tienes que tener en cuenta que la factura te permite llevar un control exhaustivo de tu actividad. Sirven como documento contable.
-Con las facturas pagarás lo que tienes que pagar de IVA y nada más. Muchas personas pretenden pagar menos IVA y creen que esto es una buena de realizarlo, no haciendo factura, pero por ejemplo, con el recargo de equivalencia se acaba pagando más IVA.
Por estos motivos es mejor emitir factura. Llevarás un mayor control sobre tus finanzas y, esto repercutirá en un mayor descanso para ti, estarás más tranquilo.
Aún así, existen fórmulas que aún sin emitir factura pueden resultar muy beneficiosas, como en algunos casos el recargo de equivalencia.
No obstante, emitir facturas, como hemos dicho, te servirá para tener una mayor tranquilidad. Si sabes datos como nombre, apellidos, DNI y domicilio fiscal de tu cliente, en caso de impago, te será más fácil interponer una demanda.
Con todo, depende del caso ver si es mejor o no emitir factura. Para ello lo más conveniente es contar con los servicios de una gestoría o de un asesor fiscal, en resumen, de un profesional.