Cambio climático y microfinanzas parecen dos criterios disímiles, pero tienen mucho en común. Si bien es cierto que ambos conceptos son casi nuevos en la coyuntura peruana, en otros países, los temas referidos al cambio climático son de suma importancia y hasta son políticas de estado.
Sabemos que el mayor daño al medio ambiente ha sido causado básicamente por empresas irresponsables que por negligencia o desconocimiento impactaron negativamente en el hábitat del hombre y en la flora y fauna silvestre. Sin embargo, aún en los tiempos modernos se siguen causando daño a la ecología en diversas partes del país. Todo ello ha traído como consecuencia que la polución afecte al medio ambiente, trayendo consigo estragos en la ecología y el clima.
El cambio climático es en última instancia todas aquellas transformaciones naturales que vienen ocurriendo como resultado de un mal manejo del medio ambiente. Tuvimos la oportunidad de ver en el transcurso de 96 horas a grandes bloques de hielo derritiéndose y deslizarse como si fueran trozos (cubitos) de hielo sacados de nuestra refrigeradora y colocadas en una laguna. De ahí que es correcta la teoría que el agua subirá dos centímetros en los próximos diez años y así sucesivamente.
Otras causas del cambio climático están relacionadas con el calentamiento global que se producen como resultado de la emisión de gases que muchas empresas están enviando al medio ambiente. Esto ha originado que el denominado efecto invernadero ocasiones sequías y excesivas lluvias.
En el Perú, vienen ocurriendo muchos deshielos y desprendimientos de montañas. Algunos centros turísticos de nuestra sierra quedan ahora para el recuerdo y las fotografías. Varios paisajes que atrajeron a muchos turistas ya no existen.
¿Y todo ello cómo se relaciona con las microfinanzas? De muchas maneras. En el Perú la industria microfinanciera cumple un rol social y es una de las herramientas para reducir la pobreza, en la medida que ofrece una mejor calidad de vida en los emprendedores que por falta de dinero no pueden desarrollar actividades microempresariales.
Desde esta perspectiva, la industria microfinanciera, al mejorar la vida de las personas, las formaliza empresarialmente, pero también permite que cambien el hábito de vida. Por ejemplo, los emprendedores de la sierra dejan de cortar árboles para convertirlas en leña; algunos dejan la tala ilegal al formalizarse como empresas legales; otros utilizan mejores prácticas empresariales de respeto al medio ambiente; y hay quienes que con mayor capacitación aprenden a ahorrar agua en actividades microempresariales; entre otras actividades.
A pesar de los esfuerzos del Ministerio del Ambiente y el trabajo que vienen realizando algunas instituciones no gubernamentales, aún hay mucho por hacer en este tema, considerado como el gran ausente en la futura agenda pendiente para los próximos años.
La industria microfinanciera en tanto sea una herramienta de carácter social, es también un potencial factor para menguar los impactos negativos del cambio climático. No olvidemos que el proceso de globalización que vive el mundo, supone también que el Perú empiece a reflexionar sobre estos temas que son de vital importancia en el mundo industrializado.
Incluso, uno de los aspectos que el buen gobierno corporativo sugiere para las empresas microfinancieras está relacionado con las buenas prácticas de respeto hacia el medio ambiente. Ya no se trata de iniciativas de ONG, gobierno, empresas, universidades, medios de comunicación y sociedad en general, sino de todos los estamentos que integran la sociedad. Los temas vinculados al cambio climático también son tareas de todos, y en este caso, de la humanidad.