Aristóteles Onassis, el emprendedor

Pocas personas, han llegado a tener el poder y las amistades que tuvo Aristóteles Onassis, Armador de Barcos Griego, que se hizo famoso tanto por su riqueza como por su matrimonio con la viuda del Presidente John F. Kennedy, Jackie

Aristóteles Onassis (1906-1975), nació el 15 de enero de 1906 en Esmirna (Grecia). Las hostilidades entre turcos y griegos obligan a emigrar a su familia. A los 23 años, su padre lo envía a Buenos Aires con unos dólares en el bolsillo y algunas cartas de recomendación para unos griegos, ocupados en la importación de tabaco.

Trabaja en la Compañía de Teléfonos del Rio de la Plata. Un año después participa en una pequeña fábrica de cigarrillos. Dos años más tarde es nombrado Cónsul de Grecia. Gracias a ello, toma contacto con la Flota Mercante Griega. Cuando contaba 34 años compra su primer barco petrolero. Se radica en New York, donde establece su Cuartel General.

Gana millones transportando petróleo bajo bandera panameña. Ya lo llaman «El Griego de Oro»

En el año 1946 conoce a Tina Livanos, hija de un gran Armador griego y, en diciembre de ese año contraen matrimonio. Ella tiene 17 años y él 46. En abril 1948, nace su primer hijo, Alexander y, en diciembre 1950, su hija Christina. Conoce a María Callas casada con Giovanni Battista Meneghini, y a quien abandonó en 1959 para unirse a Aristóteles Onassis, su verdadero e imperecedero amor, quien a su vez la rechazó para contraer matrimonio con Jaquelin Kennedy, en 1968. Se dice que María Callas y el millonario griego tuvieron un hijo que apenas vivió unas horas y falleció de muerte natural.

Grandes Hazañas

En el cielo de los super-millonarios pocos han brillado con tanta fuerza (y con luz propia) como Aristóteles Onassis. De una audacia sin límites, seductor, rápido. espléndido amigo y temible adversario, supo atraer sobre sí ai mismo tiempo la admiración y el rechazo. Su vida alimentó durante años a la prensa del jet-set internacional, que explotó sus debilidades, y exaltó sus fortalezas, transformándolo en un Midas moderno, que convertía en oro todo lo que tocaba.

Coleccionista de millones y amante de sostener relaciones con personalidades, pudo jactarse de ser íntimo de Winston Churchill y llevar al altar nada menos que a la viuda de John Kennedy, Jackie. Decenas de biografías reseñaron al detalle un inventario de grandezas, y también de miserias. Sin embargo, muy pocos escritos hablan de sus humildes orígenes, cuando rentaba un cuartito en una pensión de la calle Corrientes Argentina, a pocos metros del obelisco, y soñaba con hacer fortuna como importador de tabaco.

Su fortuna

Arrancó su fortuna en Buenos Aires con el tabaco griego, que disfrutaba en Buenos Aires de cierta reputación. Incluso se lo consideraba entre los de mejor calidad, pero sólo lo conocían unos pocos, debido a problemas en la importación.

Existía un mercado «insatisfecho», y era allí donde Onassis encontraría su primera oportunidad como empresario. Escribió a su padre y se presentó a sí mismo como el introductor ideal del tabaco griego en la Argentina. Tenía los contactos, conocía el negocio, disponía de capital. El padre suspiró complacido por descubrir que Ari hubiera sentado cabeza, y despachó el primer embarque.

Los primeros pasos fueron decepcionantes . Onassis distribuyó muestras entre varios fabricantes menores de cigarrillos, pero no pasó nada. Sin desanirmarse planeó una nueva estrategia, recurriendo a sus dotes de relacionista público. Buscó el contacto apropiado que lo llevara al despacho de Juan Gaona, Director propietario de Piccardo una importante tabacalera del país. Desplegando su astucia de vendedor Onassis convenció al acaudalado empresario que incluyera tabaco griego en la mezcla de sus cigarrillos. Incluso esbozó ante Gaona algunas ideas publicitarias para el lanzamiento de las nuevas marcas.

Gaona, que además de conocer su negocio era un buen catador de hombres, percibió que ese joven griego tenía algo especial, que auguruba un excelente futuro. Onassis obtuvo su primera orden de compra por U$S 10.000 dólares, para entonces una cifra fabulosa (un auto 0 km. costaba 2.000 dólares).

Este filón fue el comienzo de su gran fortuna. El segundo pedido subió a U$S 50.000 y, alentados por el éxito alcanzado por Piscardo con los cigarrillos con mezcla de tabaco griego, otras firmas se sumaron.

Después de su matrimonio se dedicaría al transporte en Barcos y al armado de los mismos, en fin un gran emprendedor que vio una oportunidad de negocio y no la desaprovechó

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Guerrero Marín Manuel Andrés. (2001, junio 20). Aristóteles Onassis, el emprendedor. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/aristoteles-onassis-el-emprendedor/
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Guerrero Marín Manuel Andrés. "Aristóteles Onassis, el emprendedor". gestiopolis. junio 20, 2001. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/aristoteles-onassis-el-emprendedor/.
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