Una de las variables que afectan la economía de un país, así como algunos indicadores como la inflación, el tipo de cambio, el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, entre otros, son las expectativas.
Tal como lo esperaba el mercado, la Reserva Federal de EE.UU. (FED) puso recientemente fin al ciclo de la tasa de interés en cero y elevó el rango de la tasa de fondos federales en un cuarto de punto porcentual a entre 0.25% y 0.50% por primera vez en casi una década y sugirió que aplicará mas alzas en el próximo año. Ello implicará expectativas con respecto a la orientación del tipo de cambio del dólar frente a otras monedas en el mundo.
Sobre el particular voy a tomar como modelo de análisis el caso peruano. En el Perú diversos analistas y organizaciones vienen haciendo una serie de especulaciones sobre el impacto de esta alza con respecto a la moneda nacional el sol, después de concretada la nueva política de la FED.
Cabe señalar que desde que se anunció la posibilidad de elevar la tasa de la Reserva Federal en abril del 2013, ya se ha vivido un periodo de volatilidad con una depreciación del sol de 32% desde esa fecha, atribuido por algunos analistas como un efecto adelantado. Bajo este contexto dichos analistas esperan que la volatilidad sea más moderada en las próximas semanas, pues ya terminó el factor de incertidumbre que suponía la espera de la decisión de la FED, e indican que no sorprendería que haya una corrección que presione el dólar a la baja, como lo ha estimado el Banco Central de Reserva del Perú (BCR).
Sin embargo yo discrepo de este punto de vista, dado que cuando analizamos las proyecciones del tipo de cambio debemos ver varios factores externos e internos que influyen en las expectativas y no solo una, como la difícil situación financiera de varios países, la débil recuperación de las economías más fuertes en la eurozona y los temores de una desaceleración del crecimiento de la economía de China donde se prevé un crecimiento menor al 7% para este año.
En el plano geopolítico, por la escalada de violencia en el Medio Oriente, el Norte y Centro de África y parte del Asia Central por parte del autodenominado Estado Islámico, y la expansión de su accionar a otras regiones del mundo a través de atentados terroristas, como el derribo de un avión comercial ruso en el Sinaí y los ataques terroristas en Paris y en San Bernardino, que han provocado el incremento de las acciones militares contra el Estado Islámico por parte de Rusia, Siria y sus aliados y también de la coalición occidental liderada por Estados Unidos, entre otros.
En el frente interno, es el panorama político el que genera mayores expectativas, al haberse iniciado ya la campaña electoral. Pero también el mantenimiento de niveles altos de inseguridad ciudadana y de denuncias de corrupción en diversos niveles y sectores del Estado, no contribuyen a generar estabilidad en los agentes económicos.
Es en tal sentido, pese a los anuncios de diversos analistas y del BCR de que el dólar tienda a la baja, por la decisión de la FED, las expectativas indicadas vislumbran un panorama difícil de predecir con respecto al billete verde, pero con una tendencia a mí entender al alza en lo que respecta a los meses venideros y durante el próximo año.