Administración del conocimiento como política de desarrollo nacional para el Perú

Se ha hablado mucho acerca del conocimiento, en este artículo quiero darle un enfoque distinto como parte de una política de desarrollo nacional vista como un proceso a largo plazo aplicable al sector educativo desde sus inicios.

Drucker en su libro La Sociedad Post-capitalista, lo calificó como el factor de producción más importante en la economía moderna desplazando a los tradicionales como la tierra, el trabajo o el capital; nos explicó así mismo como la generación de riqueza y valor se da a través de la productividad y la innovación, ambas como aplicación del conocimiento a dicho fin.

En este artículo pretendo darle un enfoque distinto o verlo desde una perspectiva diferente como es: el rol que juega el estado como promotor y diseñador de políticas orientadas a la generación del conocimiento como modelo de desarrollo nacional aplicable desde sus inicios, es decir, desde la formación de la persona en su aprendizaje básico vista desde una perspectiva a largo plazo que disminuyan sustancialmente el desnivel existente entre “poderosos” y “débiles” en nuestra sociedad, así como la concentración de fuerzas económicas, sociales y políticas en manos de “grandes minorías”.

Tradicionalmente, el enfoque que se le ha dado al conocimiento en cuanto a su aplicación a través de la historia y en la actualidad se pueden ver de dos maneras:

1) El conocimiento de sí mismo, expresado por célebres griegos como Platón y luego Sócrates, es decir, el desarrollo intelectual, moral y espiritual del individuo o como sostenía Protágoras, que el conocimiento hace eficiente a la persona, capacitándolo para saber lo que ha de decir y como decirlo, esto es través de la lógica, gramática y retórica.

2) El conocimiento organizado y sistemático aplicado en un principio a herramientas, productos y procesos; luego con la revolución de la productividad aplicado al trabajo buscando su rapidez y eficiencia ; y en la actualidad aplicado al conocimiento mismo como dinámica de una nueva estructura económica, social y política en tiempos modernos.

Yo propondría un tercer enfoque, en el cual me quiero concentrar y lo considero de suma importancia:

3) El conocimiento como modelo de una política propulsora de un desarrollo equitativo, justo y necesario del ser humano para su autorrealización en la sociedad.

Si bien es cierto, en Latinoamérica existe una educación superior de reconocida calidad que incluye estudios posteriores de maestrías y doctorados, este conocimiento todavía queda en manos de una minoría que se ve incapacitado de redistribuirlo en el resto de la sociedad. Y digo esto, simplemente basándome en la realidad social que se observa especialmente en los países de nuestra región, donde las tasas de analfabetismo y los altos índices de pobreza y miseria son cada vez mayores, sin viso alguno de solución a la vuelta de la esquina, situación que uno lo ha podido palpar desde que tiene uso de razón.

Las causas han sido muchas y tal vez interminables, la pregunta que nos compete es ¿qué hacer de ahora en adelante?.

¿Qué hacer?

Lo primero que hay que hacer es afrontar el problema con realidad. A partir de ahí, se deben establecer medidas correctivas orientadas al desarrollo del sector educativo como fuente inagotable del conocimiento, aplicables desde la educación básica. Es en este punto donde tiene un papel fundamental el Estado como promotor y diseñador de políticas orientadas a resolver los graves problemas de este sector en la actualidad como modelo de un desarrollo nacional sostenible expresado en el crecimiento, bienestar y alta expectativa de vida a largo plazo; tal vez los resultados no los veamos a corto plazo, sino en un periodo razonable de tiempo a mediano y largo plazo.

¿Cómo hacerlo?

Como ya se dijo, es el Estado quien debe tomar la iniciativa en establecer políticas que guíen u orienten al desarrollo del conocimiento como base formativa, es decir, visto como un proceso que conduzca a establecer resultados concretos y deseados, si es posible sujetos de ser evaluados periódicamente. Las principales pautas a establecerse deberían ser las siguientes:

1) Trabajar en asociación con los sectores vinculados al sector educativo, en diálogo permanente con padres de familia, sindicatos, profesores, administrativos; ligados al sector con el fin de discutir y crear consenso en la solución a interrogantes tales como ¿en qué hemos fallado? ¿qué necesitamos para ser mejores? ¿qué nos ha faltado? ¿cuáles han sido nuestros aciertos? ¿qué podemos hacer para que esto cambie?

2) Buscar la eficiencia en el conocimiento a través de la innovación del sector educativo, esto significa reestructurar los procesos y metodologías existentes para hacer que la persona ávida de conocimientos lo aplique en su vida personal y cotidiana, parafraseando a Drucker “Hoy en día, ya no basta con enseñar patriotismo, sino contribuir a fomentar la ciudadanía, es decir la contribución de la persona a su sociedad y por ende al país” –en especial a los menores.

3) Asignar mayor inversión al sector educativo, no precisamente como aporte único del Gobierno (en el Perú hasta el año 2001, el sector educación solo representaba el 14% del presupuesto nacional) sino buscando fuentes de financiamiento a través de alianzas estratégicas con otros gobiernos, organizaciones mundiales dedicadas a brindar financiamiento al desarrollo de este tipo de proyectos, así como con ONG´s.

4) Descentralizar el conocimiento buscando alternativas de solución, a través de una adecuada administración, bien sea a través de una asesoría externa o bien a través de la subcontratación de organizaciones que brinden servicios destinados a incrementar la eficiencia del sector educativo en caso la situación lo amerite.

Como aporte final, quisiera expresarles que no ha sido mi intención abordar la problemática interna del sector educación, sino de establecer pautas que conduzcan a una mayor viabilidad del sector educativo vista como un proceso, como instrumento eficaz en la generación del conocimiento con miras a formar un país moderno, vanguardista, sumamente competitivo sin las grandes brechas que existen hoy en día entre las personas de grandes conocimientos y las que no las tienen o no están al nivel de los primeros en perspectivas económicas y sociales.

He establecido alternativas claras de solución, con la esperanza que esto cambie pero trabajando desde ahora, porque tal vez cuando usted lea este articulo, me dará la razón.

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Morón Espinal Alejandro Ulises. (2002, octubre 20). Administración del conocimiento como política de desarrollo nacional para el Perú. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/administracion-conocimiento-politica-desarrollo-nacional-peru/
Morón Espinal Alejandro Ulises. "Administración del conocimiento como política de desarrollo nacional para el Perú". gestiopolis. 20 octubre 2002. Web. <https://www.gestiopolis.com/administracion-conocimiento-politica-desarrollo-nacional-peru/>.
Morón Espinal Alejandro Ulises. "Administración del conocimiento como política de desarrollo nacional para el Perú". gestiopolis. octubre 20, 2002. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/administracion-conocimiento-politica-desarrollo-nacional-peru/.
Morón Espinal Alejandro Ulises. Administración del conocimiento como política de desarrollo nacional para el Perú [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/administracion-conocimiento-politica-desarrollo-nacional-peru/> [Citado el ].
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