¿No sabes decir que no? Tres pasos infalibles para demarcar límites claros con tu tiempo y con tu dinero
¿Te cuesta decir que no? A diferencia de los hombres, la mujer emprendedora tiene serios conflictos internos a la hora de tener que hacer respetar su tiempo y su dinero. Pero, si sigue cediendo sus límites, inevitablemente se quedará estancada en su negocio, con un bajo volumen de ventas, de clientes y de ingresos, además de sentirse agobiada y frustrada. Aprende 3 pasos infalibles para demarcar tus límites con confianza y seguridad.
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Como mujer emprendedora, ¿te son familiares estas situaciones?
- Tus sesiones de coaching muchas veces se alargan más allá de la cuenta.
- Pasas tiempo considerable atendiendo personalmente las preguntas y peticiones que te llegan por email, medios sociales o en tus foros.
- Al conversar con tus clientes sobre tus honorarios, terminas cobrando menos de lo que te habías propuesto o entregándoles más beneficios.
Todas estas situaciones son solo un reflejo de una de las debilidades más grandes de la mujer emprendedora: no saber demarcar sus límites. En otras palabras, ¡nos cuesta decir que no!
A diferencia de un hombre, las mujeres somos mucho más perceptivas y preocupadas por los sentimientos de los demás. Si un cliente nos pide pagar menos, o demanda un servicio adicional que no está incluido en lo que inicialmente acordamos con él o ella, aunque nos molestemos, tendemos a no clarificarlo de inmediato.
Todo lo contrario. Para evitar conversaciones potencialmente conflictivas y no herir a nadie, preferimos sacrificar nuestro dinero y nuestro tiempo con tal de que todos estén felices.
Todos, menos tú. Esa molestia que sentiste por dentro cuando las personas atravesaron tus límites, fácilmente se puede transformar en:
- Rencor, porque sientes que se aprovecharon de ti.
- Tristeza, por no sentirte valorada.
- Y rabia, porque, nuevamente, cediste tus límites al sucumbir ante las presiones de otra persona.
¿Cómo se soluciona? ¿Cómo puedes demarcar claramente tus límites, sin caer mal y sin terminar sintiéndote culpable por haber sido muy dura y muy intransigente con las necesidades y los sentimientos de los demás?
1. Pesquisa tus puntos más débiles
Lo primero que tienes que hacer es conocer cuáles son las situaciones en las que habitualmente cedes.
¿Es con tu tiempo? Por ejemplo, ¿tiendes a trabajar más de la cuenta atendiendo a clientes que te piden que les dediques más tiempo de lo que acordaron inicialmente?
¿O es con tu dinero? Por ejemplo, ¿cedes el control cuando conversas sobre tus honorarios y terminas cobrando menos de lo que tenías pensado?
2. Prepara un plan de acción
Una vez que conoces tus puntos más débiles, en los cuales las personas habitualmente traspasan tus fronteras, prepárate de antemano y elabora un plan claro sobre cómo vas a reaccionar la próxima vez que te suceda.
Por ejemplo, cuando un cliente que está en un programa tuyo que no contempla asesorías por email, te escribe un correo pidiéndote ayuda, puedes diseñar una respuesta que es amable, pero, a la vez, muy clara en hacer respetar tus límites:
“Muchas gracias por compartirme tus logros, ¡te felicito! Tu pregunta es excelente. Ya la tengo archivada y te la contestaré con detalle el martes, en nuestra próxima sesión de coaching.”
De la misma manera, diseña programas alternativos y tenlos a mano cuando negocias tus honorarios. Si el cliente pide más beneficios de los que están incluidos en el programa que quiere comprar, puedes señalarle amablemente que también ofreces otro servicio más completo y le preguntas si le interesa.
3. No trates de justificarte
Por último, no te sientas responsable por los sentimientos de otras personas. No cometas el error de tratar de justificar tu postura.
¡Todo lo contrario! Sé amable, pero intransigente con tus límites y no des largas explicaciones. Así proyectarás una actitud segura y confiada que te ganará el respeto de tus clientes.
Nunca olvides que SIEMPRE te costará caro ceder tus límites. Si tú quieres llevar tu negocio a un nuevo nivel de ingresos, es crucial que pesquises y soluciones estas fugas de tu dinero y de tu tiempo.
Toma el lugar que te corresponde como mujer emprendedora empoderada, ¡que comprende perfectamente lo que vale y es excelentemente recompensada por la transformación que entrega!