

Ya sea para ti mismo, para tus hijos o para cualquier persona que conozcas y esté implicado en una labor de estudio, estos consejos te serán de utilidad.
Ayudará a la atención en el estudio un lugar calmado, silencioso y con buena luz, preferiblemente natural.
Existen técnicas para la mejora del rendimiento. Subrayar, hacer esquemas y resúmenes. La primera lectura te ha ayudar a captar la idea y estructura fundamentales. Después, se trata de leer ayudándonos de subrayados. Finalmente, resume lo que vas estudiando y haz esquemas compartimentados para interiorizar los conceptos.
Utiliza frases cortas y fáciles de recordar para que el proceso de memorizar no sea tan complicado. Usa frases que resuman al máximo y asociaciones que te lleven las unas a las otras.
Suspender no es una tragedia humana, siempre va a haber opción de aprobar. Si te centras en pensamientos negativos te costará más tiempo concentrarte en la verdadera labor: estudiar y disfrutar del acto de aprender.
Lo ideal es dormir entre 7 y 8 horas diarias, sin producir alteraciones en los hábitos de sueño. El descanso es necesario cada 50 minutos de concentración plena. Hay que evitar estudiar por la noche, aunque sea el día anterior al examen, ya que al día siguiente no rendirán.
Aunque puede ayudar en un momento dado a estar más despejado, a la larga, resulta más cansado. Además, altera los nervios. Como todo en la vida, en exceso resulta perjudicial.
A no ser que sea de extrema importancia, evita ponerte nervioso consultando los apuntes justo antes del examen. Las dudas se incrementan y al final, resulta contraproducente. Los conocimientos adquiridos ya reposan en tu cabeza e irán fluyendo naturalmente.
Los descansos y la desconexión son absolutamente necesarios. Saturar la mente con datos es negativo para nuestros intereses. Por tanto, aprende a buscar tu espacio de distensión, a desconectar y encontrar tu tiempo de ocio y discernimiento. Existen técnicas beneficiosas en este aspecto.
Lo mejor es empezar por las preguntas que mejor se sepan y dejar para el final las respuestas más difíciles. Así irás ganando seguridad y no te faltará el tiempo para contestar las preguntas que más te sabes.
Una vez acabado el examen es habitual comparar resultados, práctica sobrante, ya que no cambiará el resultado. Esto suele poner nervioso al estudiante y angustiarlo si las respuestas no son coincidentes. ¡Ahórratelo!