Al realizar la evaluación de algunos artículos relacionados al tema de la rigurosidad del quehacer científico desde el modelo cualitativo, confieso que apenas he podido iluminar el camino hacia la comprensión de esta trama. Quizás lo complejo ha sido descubrir una serie de argumentos desde el punto de vista ontológico, epistemológico y metodológico, que fundamentan diversos postulados en esta materia.
Con base en esta apreciación, pretendo aproximarme a la construcción de una visión generalizada sobre lo que significa el rigor científico en la investigación cualitativa, cuyo aspecto debe ser alcanzado por el investigador si desea que su producto contenga la calidad y tenor científico apropiado. Esto se logra, practicando ejercicios de vigilancia epistemológica, para asegurarse que el trabajo desarrollado, se mantiene dentro del marco científico, desde la aproximación inicial al objeto de estudio, pasando por el análisis y presentación de los resultados.
Así pues que antes de iniciar esta travesía, debo advertir las barreras que han debido enfrentar los investigadores cualitativos dado que han logrado sobresalir ante los postulados positivistas, que conciben el quehacer científico desde un solo punto de vista. Por ejemplo con la investigación social, la humanidad ha presenciado el hecho que la ciencia, ha logrado un giro muy importante en la forma de conocer científicamente los fenómenos estudiados, al no limitarlos únicamente a la manipulación de algunas de sus variables.
Este giro epistemológico ha permitido a los investigadores cualitativos, una aproximación efectiva hacia la construcción social del conocimiento pues, su orientación hermenéutica facilita el estudio y comprensión de la realidad donde nos desenvolvemos los seres humanos.
Ahora bien, este diseño emergente de investigación, ha develado el rol fundamental que tiene el investigador ya que, entre múltiples aspectos que debe manejar, se destaca la forma de contacto con el fenómeno estudiado y la perspectiva interpretativa que desarrolla sobre lo que ve, oye y comprende en el contexto de la realidad que afecta al objeto de estudio.
Dentro de este orden de ideas, se plantea la siguiente interrogante: ¿Cuáles elementos debe contener un trabajo de investigación bajo el enfoque cualitativo, para considerarse que cumple con los criterios de rigor científico? En este contexto y con la intención de generar algunos aportes a esta interrogante, consideremos la opinión de Lincoln y Guba (1985), citados por Arias y Giraldo (2011):
La indagación naturalista se debe juzgar por la dependabilidad, entendida como un proceso sistemático y la autenticidad que incluye tres criterios, 1) la conciencia reflexiva acerca de su propia perspectiva, 2) la apreciación de las perspectivas de los otros y 3) la imparcialidad en las construcciones, descripciones, representaciones y valores en los que se sustentan (p. 503) .
Otro de los aportes en la temática, lo expresa Ruiz Olabuénaga (1996), citado por Concha, Barriga y Henríquez (2011):
Una investigación es válida si ‘acierta’, si ‘da en el clavo’, si ‘descubre’, si ‘mide correctamente’, si ‘llega al fenómeno’ al que quiere llegar, descubrir, medir, analizar o comprender. Su excelencia será tanto más notable cuanto más se aproxime a este objeto y cuanta mayor sea la garantía de haberlo conseguido validar (p. 96)
Por su parte, Alvarez-Gayou (2003), al referirse al tema de la validez en la investigación cualitativa, opina: “será preferible y más descriptivo hablar de la necesidad de autenticidad, más que de validez. Esto significa que las personas logren expresar realmente su sentir” (p. 32).
Pareciera que las opiniones expresadas anteriormente, convergen en la “perspectiva” que la validez de la investigación cualitativa, está relacionada con la cientificidad del trabajo, fundamentado en la suficiente explicación epistemológica, metodológica y por supuesto, la solidez de la argumentación exhibida durante el desarrollo del proceso indagativo, lo cual empodera con rigor científico los postulados y demostraciones que se hayan realizado.
Por otro lado, se encuentra el aspecto de la legitimidad, la cual es evaluada por los factores sociales a los cuales va dirigida la investigación y a la comunidad científica en general, y se expresa en el grado de asertividad que tienen sus resultados sobre el fenómeno estudiado es decir, cuan acertado fue el diagnóstico o la comprensión de la realidad abordada, siempre y cuando él o los investigadores cualitativos en el ejercicio de la coherencia paradigmática, hayan adoptado un diseño de investigación y un marco metodológico alineado al enfoque onto-epistémico que exige la naturaleza del fenómeno a estudiar y en total sintonía con su postura científica.
En otras palabras la calidad y credibilidad del trabajo cualitativo, orientan su fundamentación en la capacidad que tenga el investigador para ejecutar un proceso indagativo de forma sistemática, congruente en cada una de sus fases y con suficiente evidencia científica, para demostrar que los hallazgos alcanzados fueron producto de la prolongada observación e interacción con el objeto de estudio y posteriormente, la ejecución del análisis objetivo y con conciencia reflexiva para intentar comprender, interpretar y comunicar las realidades sociales.
Desde esta perspectiva, pareciera incuestionable el rol fundamental que debe cumplir el investigador cualitativo ya que por medio de sus cualidades y capacidades, deberá aproximarse lo suficiente como para sentir lo que sienten los participantes en torno a la realidad estudiada pero al mismo tiempo, mantenerse distante para no contaminar con su propia experiencia, los hallazgos de su investigación.
En esta línea coincidente me encuentro con Patton (2001), citado por Arias y Giraldo (ob. cit.), quien expresa: “La credibilidad de los métodos cualitativos se basa en las habilidades; la competencia y el rigor de la persona que hace el trabajo de campo” (p. 507). En resumidas cuentas, es trascendental la habilidad del investigador cualitativo durante el desarrollo de la investigación, pero en la fase de recolección de datos resulta un aspecto esencial para la construcción de los criterios de rigor científico requeridos. Otro de los factores de especial importancia para el tema de la validez, lo constituye la capacidad del investigador para interpretar los fenómenos estudiados. En otras palabras, se trata de la aplicación de la técnica hermenéutica para intentar extraer la verdad de todo el conglomerado de hallazgos conseguidos durante el trabajo de campo.
Pero esta perspectiva interpretativa puede generar polémica ya que toda la información sobre el fenómeno estudiado, es procesada a través del investigador. Al respecto, Moral (2006) considera: “Este elemento «interpretativo» que caracteriza la investigación cualitativa le confiere una gran complejidad, especialmente cuando se considera que al realizar esta práctica interpretativa podemos transformar el mundo en una serie de representaciones personales y sesgadas” (p. 149).
Es por ello que el investigador cualitativo debe desarrollar su trabajo con objetividad, integridad y profesionalismo, para presentar una visión genuina sobre el fenómeno estudiado, como resultante de los procesos dialógicos realizados con los participantes así como también la observación de sus comportamientos o al examinar documentos relacionados, evitando en todo momento sesgar la información recolectada con su propia visión del asunto.
En este contexto, una forma de justificar la perspectiva interpretativa es utilizar la técnica de triangulación (como medida de validez interna), en la cual se establecen comparaciones entre las versiones aportadas por los diversos actores sociales, así como las expresadas por diferentes teóricos expertos en la temática estudiada y por supuesto, las opiniones interpretativas del investigador. Estas consideraciones nos llevan al aspecto ético de la investigación científica.
Hoy día la ética se encuentra inmersa en todos los aspectos de la sociedad, porque a través de ésta, puede desarrollarse la convivencia ciudadana y ejecutarse actividades en cualquier esfera social, sin atentar contra las garantías individuales o colectivas de los grupos humanos o de cualquier ser viviente e incluso la misma naturaleza.
Es así como la ética debe estar (y lo está), implícita en la ejecución de todo proceso científico y por supuesto, en el modelo de investigación cualitativo. Al respecto Arias y Giraldo (ob. cit.), reflexionan al señalar que: “La visión cualitativa reconoce el papel de los valores y el carácter ideológicamente mediado del proceso de conocimiento y adscribe la ética en el proceso de investigación” (p. 509).
Por consiguiente con este nivel de progreso que tiene el modelo cualitativo, no es suficiente implementar el consentimiento informado o mantener la confidencialidad de los participantes. En este siglo XXI, cuando la investigación social toma auge, se requiere un compromiso ético de mayor envergadura, para continuar legitimándose como el paradigma investigativo más apropiado para comprender o transformar nuestra realidad social.
De manera que considero oportuno y en total sintonía con el fortalecimiento de los criterios de rigor en la investigación cualitativa, la propuesta de González (2002), quien plantea un modelo de evaluación de los aspectos éticos en la investigación cualitativa. A continuación una síntesis.
- Valor social o científico. La investigación debe representar importancia a la sociedad, planteando soluciones que generen el bienestar de la población o la producción de conocimiento que conlleve a resolver sus problemas.
- Validez científica. Tiene que ver con el planteamiento de propósitos claros, aplicación de un método de investigación coherente con el fenómeno a estudiar y la necesidad social, con la selección de los sujetos, los instrumentos y las relaciones que establece el investigador con las personas.
- Selección equitativa de los sujetos. Asegurar que los participantes son escogidos por razones relacionadas con las interrogantes científicas.
- Proporción favorable del riesgo-beneficio. Justificar plenamente que los beneficios de la investigación son más altos que los riesgos que acarrea.
- Condiciones de diálogo auténtico. Fomentar y garantizar la interlocución espontánea de los participantes, evitando forzarlos a tomar posiciones que no expresen su identidad cultural propia. Los procesos dialógicos permitirán construir la orientación de los intereses del colectivo.
- Evaluación independiente. Es la orientación objetiva que debe procurar el investigador sobre la información recolectada, para evitar su influencia en los resultados producto de sus propios juicios.
- Consentimiento informado. El investigador debe asegurarse que los participantes de la investigación, lo hacen por voluntad propia y con el conocimiento suficiente para decidir con responsabilidad sobre sí mismos. Otro aspecto está relacionado a que su participación en el trabajo, sea compatible con sus valores, intereses y preferencias.
- Respeto a los sujetos inscritos. Este respeto implica en varias cosas: permitir que el participante pueda cambiar de opinión o decidir si la investigación concuerda o no con sus intereses. En tal caso, pueda retirarse sin recibir sanción alguna. Otro aspecto está relacionado con la reserva en el manejo de la información. También, implementar un mecanismo para informar a los participantes, sobre los resultados y sobre lo que se aprendió de la investigación. Por último, debe prevalecer el bienestar y la seguridad del participante a lo largo de la investigación (p. 98).
En atención a lo expuesto he podido darme cuenta, que existen múltiples formas de construir la validez de la investigación científica. De hecho cada investigador que desarrolla su trabajo indagativo, asume la manera de examinar y fundamentar la validez, con base en las recomendaciones provenientes de la numerosa bibliografía al respecto y de acuerdo con el diseño de investigación, técnica metodológica empleada y capacidad del investigador.
Otra consideración de interés que pude observar en la revisión documental, es que aún persiste la polémica entre los modelos de investigación cualitativo y cuantitativo, la cual abarca el tema del rigor científico, observándose algunas críticas a las formas de presentar la validez de la investigación en uno u otro modelo.
A propósito de la revisión documental, es primordial para un trabajo investigativo, contar con unas fuentes referenciales suficientes y de calidad para contribuir positivamente en la construcción de su validez.
Finalmente, como investigador, siempre en la búsqueda de generar conocimiento, concebí la orientación del ensayo hacia la presentación en forma generalizada, de la importancia que tienen el rigor y profundidad de los aspectos epistemológicos, metodológicos, argumentativos y éticos durante el desarrollo del trabajo de investigación lo cuales por sí mismos, aportan la fundamentación científica y consecuentemente su validez y legitimidad universal, ya que cumplen con criterios irrefutables para la producción del conocimiento.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- Álvarez-Gayou, J. L. (2003). Cómo hacer investigación cualitativa. Fundamentos y metodología. Métodos básicos. Ed. Paidós. México.
- Arias, M., Giraldo, C. (2011). El rigor científico en la investigación cualitativa. Revista investigación y educación en enfermería. Vol. 29, núm. 3, octubre-diciembre, pp. 500-514. Universidad de Antioquia. Colombia. [Artículo en Línea]. Disponible: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105222406020 [Consulta: 2014, agosto 5].
- Concha, V., Barriga, O. y Henríquez, G. (2011). Los conceptos de validez en la investigación social y su abordaje pedagógico. Revista latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales. Vol. 1, núm. 2, pp. 91-111. [Artículo en Línea]. Disponible: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3986633 [Consulta: 2014, agosto 4].
- Moral, M. (2006). Criterios de validez en la investigación cualitativa actual. Revista de investigación educativa. Vol. 24, núm. 1, pp. 147-164. Asociación Interuniversitaria de Investigación Pedagógica. España [Artículo en Línea]. Disponible: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=283321886008 [Consulta: 2014, agosto 6].
- González, M. (2002). Aspectos éticos de la investigación cualitativa. Revista Iberoamericana de educación. Vol. 29, pp. 85-103. [Artículo en Línea].