Si no cuidas tu imagen PÚBLICA o no la recuperas lo que resulta es que tus propias audiencias o el público en general ejecutan un proceso de depuración hasta que te sacan de su mente, de su imaginario, de su realidad, anulándote quizá para siempre.
ADVERTENCIA: Cualquier semejanza con la realidad no es mera coincidencia.
Imagina que cometiste un error, que fracasaste en un proyecto, que una empresa no satisfizo a uno o varios clientes, que un empresario gerente general estafó a cientos, miles o millones de clientes o que un político robo dinero, traficó influencias, tergiversó una licitación, etc.
¿Cuántos casos de estos vemos a diario en nuestra realidad? Y estos políticos, artistas, personalidades, empresarios o líderes mundiales, primero, no ven que están frente a un conflicto, crisis o desastre, segundo se tardan una eternidad en accionar sus mecanismos de manejo de crisis si es que los tienen, tercero se tardan aún más en dar la cara, cuarto se niegan a pedir perdón, quinto no contemplan las diferentes formas de resarcir los daños y sexto LO QUE MENOS LES IMPORTA ES SALVAGUARDAR, CONSERVAR O RESTAURAR SU IMAGEN PÚBLICA, sea esta personal, institucional, profesional o corporativa.
Lo que suelen hacer es que una persona dé la cara por ellos o simplemente desaparecen un tiempo de la escena pública para que, a decir de ellos, «se calmen las cosas y de ahí ya veremos».
Pero ¿qué hacer cuando tu imagen ya está tan desgastada que nadie quiere tener relación contigo?
Existen varios procedimientos generales a realizar:
- Hay que poner en marcha un plan de comunicación de crisis que permita ganar un compás de espera para hacer ver al público que se están tomando los correctivos pertinentes.
- Si bien hay que retirarse de la escena pública por un tiempo, este retiro no debe alargarse porque el tiempo en el inconsciente colectivo de la gente no espera y es mejor bajar el perfil que anularse públicamente.
- Hay que regresar a las bases, a la esencia personal o institucional y ver qué falló.
- Hay que realizar una auditoría de imagen que desentrañe cómo el público asimiló el fallo y qué perspectivas de enmienda ve para el futuro.
- La auditoría brindará las pautas para que un profesional de la imagen pública, es decir un CONSULTOR EN IMAGEN PÚBLICA, diseñe lo que se denomina un Plan Estratégico de Imagen Pública que defina la estrategia de estímulos verbales y no verbales a implementar para que se coordinen las acciones a llevar a cabo con todos los equipos de comunicación, política, corporativos para restaurar la imagen en el corto, mediano y largo plazo.
Claro, de entrada hay que pensar que es un proceso que llevará su tiempo, pues de lo que se trata es decir y hacer sentir a las audiencias que se está en la mejor disponibilidad de asumir las consecuencias del fallo, pero principalmente se está con el especial interés de recuperar la confianza y credibilidad que en esta persona o empresa se había depositado.
El gran reto es vencer el prejuicio que esto no sirve para nada, que no va a tener éxito y que con la gente no se puede.
Recuerde: su imagen pública es un bien intangible que así como usted lo construyó, también lo destruyó, de usted depende volverlo a recuperar.
Todo depende de la nueva forma como se presente ante el público, PORQUE NADA ES LO QUE PARECE Y TODO DEPENDE DEL CRISTAL CON QUE SE MIRE.