Problemática de la violencia familiar en Perú

La violencia familiar es un fenómeno que tiene costos alarmantes para la sociedad y que genera daños irreparables en las personas que la viven y la sufren.

I. Definiciones iniciales

Violencia Familiar.

Cualquier acción u omisión que cause daño físico o psicológico, maltrato sin lesión, inclusive la amenaza o coacción graves y/o reiteradas, así como la violencia sexual, que se produzcan entre cónyuges, ex cónyuges, convivientes, ex convivientes, ascendientes, descendientes, parientes colaterales hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, quienes habitan en el mismo hogar, siempre que no medien relaciones contractuales laborales y quienes hayan procreado hijos en común, independientemente que convivan o no, al momento de producirse la violencia (Art. 2 de la ley de protección frente a la violencia familiar).

Violencia Física.

Toda acción realizada en contra de un familiar o persona con relación familiar, que puede ser desde un empujón hasta golpes más fuertes y nocivos. la violencia física produce mella en la salud física de la persona agredida, ya que cuando se practica el examen médico legal se le dará días de descanso-asistencia y de asistencia facultativa.

Violencia Psicológica.

Se refiere al daño psicológico que se ejerce sobre una persona, a la cual no se golpea físicamente, pero se le va disminuyendo moralmente, ya que se le va atacando de una manera sistemática, en la que el objetivo es hacerle creer que es una persona débil e inútil.

Violencia Sexual.

Desde las vivencias de las mujeres las agresiones sexuales son todos los contactos sexuales no consentidos. Cada experiencia de agresión sexual es singular y solo cada mujer puede dar verdadera cuenta de su verdadera dimensión. La violencia sexual es un hecho: A) Mucho más frecuente de lo que las mayoría de las personas creen. B) Mucho más frecuente de lo que los medios de comunicación difunden. C) Mucho más frecuente de lo que las estadísticas y los registros oficiales establecen. Aunque no significa que solo exista violencia sexual contra la mujer, ya que también se habla de violencia sexual contra el hombre, contra el niño (a)…

II. Descripción de la problemática en sí.

La problemática de la violencia familiar es un tema para el cual este trabajo apenas alcanza mostrar: A) La punta del iceberg de este nuevo milenio, además, las proyecciones indican que las estadísticas aumentan cada vez mas. B) Por debajo de esta punta se encuentra sumergida la violencia emocional, el abandono, la negligencia, el control, el lavado de cerebro, el aislamiento del 25% por ciento de las mujeres de casi el 50% de sus niños, depresión, estados confusionales severos, pánico crónico, disociación, problemas de memoria, trastornos de alimentación y de conducta, autoestima inexistente, restricción emocional, fugas del hogar, dificultades en el aprendizaje, entre otros. C) La parte sumergida de este iceberg, incluye la revictimizacion que se produce cuando una victima consulta al sistema de salud y se la acusa de masoquista, o cuando consulta al sistema legal sin encontrar la legislación adecuada que la ampare, al informarle que un episodio que no se produce reiteradamente, no es violencia familiar.

La violencia familiar es tan antigua como la humanidad misma, y el grave maltrato ejercido hacia integrantes de este grupo primario, considerado desde el imaginario social y las prácticas concomitantes, como “el más débil”, increíblemente ha sido hasta mediados del siglo XX, no solo, una conducta aceptada, sino, incluso, alentada, perteneciente a la vida privada de las familias, y sobre la cual la comunidad, y por ende el estado, no debían tener injerencia.

Empezándose, solo desde entonces, recién a considerarse de manera totalmente opuesta. y es que, para comenzar, la familia, como toda organización social, se estructura jerárquicamente necesariamente en posiciones desiguales de poder. así, tenemos que su propia organización genera un clima no muy auspicioso.

La incidencia de esta disfuncionalidad familiar no se ve influenciada por la clase social, el nivel educacional, el estado civil, la raza, la religión, la edad, o el vínculo que une a los miembros que la conforman. es decir, todos podemos padecerla y/o ejercerla y de hecho que la experimentamos en nuestros hogares en mayor o en menor grado.

La violencia familiar es un fenómeno que tiene costos alarmantes para la sociedad y que genera daños irreparables en las personas que la viven y la sufren. Y es que frente a la violencia nos invade la angustia y peor si comprendemos que frente a ella, no hay solución, al menos inmediata.

Las personas que viven esta problemática con frecuencia se ven impedidas en su desarrollo personal, experimentan cambios radicales que van desde la perdida del apetito, hasta la perdida de las ganas de vivir… limitadas para aportar positivamente a su comunidad, son dañadas gravemente en su autoestima y viven tan agobiadas que eso les impide avanzar, además, en sus objetivos personales. Este tipo de violencia florece y se desarrolla en toda sociedad jerárquica, fundada en estructuras de poder, injustas, desiguales y opresoras, donde su base es la dominación.

Los factores que origina la violencia familiar los encontramos en la pobreza, en el machismo, en la irresponsabilidad, en la infidelidad, en la falta de cultura, falta de comunicación en la familia, discriminación, miedos, complejos, desinformación y sobre todo en la indiferencia; sin que estos sean necesariamente excluyentes, presentándose en las clases bajas, medias y altas, aunque en menor proporción en estas ultimas.

III. El hombre también es víctima.

En Argentina, la problemática recién se está haciendo visible y obviamente en porcentaje mucho menor que el de las mujeres. en ellas alcanza, en el Perú, hasta el 40%. Por vergüenza, para no herir a los hijos o, simplemente porque no tienen dónde ir, muchos hombres que son maltratados, no dicen nada y soportan toda clase de insultos.

No hay dudas que esta problemática que recién sale a la luz, esconde más casos de varones que soportan malos tratos y que no los denuncian por el temor al ridículo que sienten es muy grande. hablar de esto es una manera de abrir las puertas para que otros hombres, no solo peruanos, en situaciones parecidas, se animen a compartir sus vivencias. permitiendo así, diseñar estrategias de intervención y especialización de las personas que atienden y orientan a las víctimas.

IV. Importancia de la detección de la violencia familiar.

– Como toda problemática, susceptible de tratamiento, la violencia familiar exige, a fin de viabilizar estrategias de asistencia, ser detectada lo antes posible.

– Las actitudes, mitos y prejuicios que en relación a este tema tienen los profesionales de la salud constituyen un componente crítico. la carencia de información, las creencias estigmatizantes, de descreimiento y punitivas, en conjunción con la falta de reconocimiento de la influencia que la violencia familiar ejerce sobre la salud y la calidad de vida de las víctimas (entendidas como cualquier integrante de la familia, incluido el hombre), son factores que conllevan a que en la práctica muchos casos no sean detectados.

– Dichos casos no son identificados, por lo cual, no reciben la asistencia médica, psicológica, social y legal que la especificidad y complejidad del cuadro requiere. Consecuentemente, las víctimas continúan en situaciones de desamparo y creciente riesgo, más aun, si en muchos casos, ni ellas mismas son capaces de poder determinar que la padecen.

V. Prevención de la violencia familiar.

La legislación actual, en gran medida, solo incide en el tema de combatir la violencia familiar y no en el tema de prevenirla, por ello, hemos querido sugerir algunas pautas referidas a su prevención:

  •  Causas y consecuencias, población afectada, maltrato hacia las mujeres y niños principalmente, el abuso sexual y demás, son aspectos de una tarea integral que se debe llevar a cabo para prevenir la violencia familiar, contemplándose la articulación de redes de apoyo y acciones grupales de alto impacto poblacional.
  •  Se trata de un fortalecimiento familiar que conlleva un largo y sostenido proceso, porque patrones culturales lamentablemente muy arraigados que se relacionan con el machismo, la precarización del trabajo, el hacinamiento, la pobreza, problemas de salud, entre otros.
  •  Este proceso debe involucrar aspectos tales como, salud, familia, comunicación, mitos y prejuicios de la violencia familiar, población afectada, abuso sexual, maltrato infantil, infidelidad, derechos civiles y penales y articulación comunitaria y estatal, orientados básicamente hacia su prevención.
  •  Si bien la atención deberá estar dirigida a todos los estratos sociales, se debe tener muy presente que los estratos y lugares más deprimidos; no solo padecen mayores dificultades desde lo social, sino, también, tienen una situación económica muy endeble y una compleja estructura familiar; representan una demanda poco asistida, con limitada o muy limitada capacitación sobre este tipo de violencia, encubierta y reservada con silencios y temores a cada seno hogareño, la mayoría de las veces.
  •  Detectar casos de violencia familiar es muy difícil, porque existe todo un entramado de miedos, complejos y valores erráticos que hacen que este tipo de violencia en la mayoría de los casos no salga a la luz. y cuando sucede, es porque alguno de los actores, en particular el afectado o personas cercanas, asumen que la situación requiere de ayuda y apoyo urgente; dándose este generalmente, cuando la violencia, ejercida sobre el sujeto o sujetos pasivos de la misma, a alcanzado niveles muy elevados de crueldad y abuso.
  •  Contribuir a la transformación de las condiciones sociales y culturales en las que tiene lugar la violencia familiar, desde una perspectiva de genero, integral y multidisciplinaria decididamente orientada a prevenirla.
  •  Proporcionar a las familias que viven estas situaciones, los elementos necesarios para poner en práctica relaciones humanas equitativas, democráticas y justas. tales como: asistencia social, psicológica, asesoramiento, cursos de capacitación (que deberán estar dirigidos a las victimas e interesados en esta problemática, comprendiendo a todo el espectro social como policía, salud, educación, justicia, iglesias, entidades públicas, etc., con el fin de que en cada localidad se encuentre personal especializado, debidamente capacitado para el abordaje del tema en su comunidad), patrocinio legal gratuito, etc., con una cobertura decidida y permanente por parte de los diferentes medios de comunicación; consecuentemente, las víctimas conocerán los recursos legales con que cuentan para enfrentar el problema in comento, consiguiéndose paulatinamente la recuperación de su autoestima, con la recepción de los distintos casos, las visitas a los domicilios y el seguimiento social a fin de contener situaciones coyunturales, lográndose un conocimiento integral y con posterior seguimiento de cada caso en particular en las distintas áreas.

VI. Políticas y acciones del estado para combatirla.

  1.  Fortalecer en todos los niveles educativos la enseñanza de valores éticos, el irrestricto respeto a la dignidad de la persona y de los derechos de la mujer, del niño, adolescente y de la familia, de conformidad con la constitución política del estado y los instrumentos internacionales ratificados por el Perú.
  2.  Emprender campañas de difusión con el propósito de sensibilizar a la sociedad sobre la problemática social antes señalada y condenar los actos de violencia familiar.
  3.  Promover el estudio e investigación sobre las causas de violencia familiar y medidas a adoptarse para su corrección.
  4.  Establecer procesos legales eficaces para las victimas de violencia familiar, caracterizados por el mínimo de formalismo y la tendencia a brindar medidas cautelares y resarcimiento por los daños y perjuicios causados así como facilitar la atención gratuita en los reconocimientos médicos requeridos por la policía, ministerio publico o poder judicial.
  5.  Promover la participación activa de organizaciones, entidades publicas de nivel central, regional y local e instituciones privadas dedicadas a la protección de niños y adolescentes, adultos mayores, mujeres y en general a los asuntos familiares, para el desarrollo de actividades preventivas y control sobre la ejecución de medidas cautelares, así como para apoyo y tratamiento de la violencia y rehabilitación de los agresores.
  6.  Promover a nivel municipal políticas, programas y servicios de prevención, atención y rehabilitación, como defensorías de la mujer, hogares temporales de refugio, servicios de consejería, grupos de ayuda mutua, defensorías municipales del niño y del adolescente y servicios de rehabilitación para agresores, entre otros.
  7.  Capacitar a fiscales, jueces, médicos legistas, agentes de salud, agentes de educación, así como al personal de la policía nacional, las defensorías del niño y el adolescente y servicios municipales para que asuman una función eficaz en la lucha contra la violencia familiar. siendo estas acciones coordinadas por el ministerio de promoción de la mujer y del desarrollo humano.
  8.  Establecer las medidas a fin de implementar acciones de prevención y atención de la violencia familiar en las zonas rurales del país (Art. 3 de la ley de protección frente la violencia familiar).

VII. Reflexiones finales.

La problemática de la violencia en la familia peruana es un problema social institucional preocupante, más aun, por lo paradójico que es el que se presente en el espacio donde se supone que sus integrantes deberían estar más protegidos, continua siendo un lugar peligroso, en sus diversos sectores sociales y solo es el reflejo de la desorganización social producida por un conjunto de elementos históricos, económicos, políticos, sociales, culturales, de desinterés y de desconocimiento de derechos; la cual, no siempre es percibida por parte de sus integrantes.

Es muy difícil su detección y peor aun que se pueda llegar a tiempo o cuando los niveles de violencia son menores, una vez que se tiene conocimiento de un caso concreto. la mayoría de las veces… en primer lugar, no solo la víctima y el victimario son los que permiten, callan, etc. la existencia de violencia familiar; ya que a ellos se suma nada menos a los que están en su entorno, los profesionales que deberían estar para ayudar y también el estado mismo por su cierto grado de indiferencia.

Es que, nosotros mismos protagonizamos violencia, a cada momento, ya sea como agresores o agredidos. la violencia es legitimada desde las instituciones que podrían hacer algo para prevenirla y no nos estamos refiriendo solo a lo político o policial. nos referimos a los medios de comunicación, a las escuelas, a las instituciones de salud, a las empresas, etc., a mas que una legislación adecuada, a una legislación que se realmente aplique, a la falta de apoyo institucional, a la impunidad y en todo esto, además, no debemos negar que tenemos nuestra buena cuota de responsabilidad.

Sugerimos, pues, un acercamiento entre el estado y la comunidad, para poder trabajar en conjunto con el propósito de prevenir y combatirla, ya que, solamente una integral y adecuada articulación teórica, metodológica y técnica, permitirá posibilidades reales de transformación; ya que en la medida que la detección de los casos continúe siendo limitada y no asumamos el compromiso con esta problemática, las víctimas de la violencia familiar continuarán desprotegidas. Debemos, pues, enfrentarla de manera nacional.

Así, si aceptamos que hay inseguridad en las calles, pues, también hay inseguridad y temor dentro de las casas. Necesitamos, entonces, al más alto nivel un organismo que no solo se preocupe por este tema, sino, que realmente prevenga, proteja, rehabilite y tome políticas y medidas publicas decididas y acertadas y que no realice una gestión más, con un programa, que apolillándose, cuelgue del organigrama del último rincón.

Sin perder de vista, como premisa, que una familia con problemas de violencia familiar, engendra individuos con conductas desviadas, entre ellas: la drogadicción, el alcoholismo, el pandillaje, la delincuencia juvenil, la prostitución, etc.; que le hace mucho daño no solo a los integrantes de la familia que la padece, sino también, a la sociedad en su conjunto.

No es necesario estar siempre de acuerdo, es en la diferencia que se madura. y precisamente esta diferencia nos permite romper el circuito que forman los engranajes de la violencia familiar. Así, nosotros, no solo somos parte de este problema, también, somos parte de su solución. Quizá otro punto más importante en este tema, es que todo lo referido anteriormente o todas las investigaciones y foros que se hicieren para dar alternativas de solución a este tipo de violencia, no servirían de nada si es que no lo ponemos en práctica, al menos individualmente o como grupo familiar. Así, no debemos fomentar, ni permitir que la violencia se convierta en un integrante más de nuestras familias.

Cita esta página

Torres Manrique Jorge Isaac. (2009, octubre 14). Problemática de la violencia familiar en Perú. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/problematica-de-la-violencia-familiar-en-peru/
Torres Manrique Jorge Isaac. "Problemática de la violencia familiar en Perú". gestiopolis. 14 octubre 2009. Web. <https://www.gestiopolis.com/problematica-de-la-violencia-familiar-en-peru/>.
Torres Manrique Jorge Isaac. "Problemática de la violencia familiar en Perú". gestiopolis. octubre 14, 2009. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/problematica-de-la-violencia-familiar-en-peru/.
Torres Manrique Jorge Isaac. Problemática de la violencia familiar en Perú [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/problematica-de-la-violencia-familiar-en-peru/> [Citado el ].
Copiar

Escrito por:

Imagen del encabezado cortesía de tambako en Flickr