En el presente artículo trataré de explicar los aportes que podemos retomar del pragmatismo en la educación y su aplicación en el aula con los y las niñas con altas capacidades, para evitar el fracaso escolar, considerando que hoy en día el aprendizaje es por competencias en donde el educando construye su propio conocimiento mediante la práctica y su experiencia, es por ello que considero que el pragmatismo tiene relación toda vez que la educación debe partir de las características e intereses del niño (Dewey, 1967).
Desarrollo
El primer paso es identificar a los niños con altas capacidades o superdotados para su intervención educativa, esto a través de test estandarizados como: WAIS, WISC, WPPSI: sirven para medir el CI. K-ABC: es una alternativa para obtener una puntuación de forma objetiva. MSCA: Informan sobre la precocidad, más que de altas capacidades. Toda la información obtenida permitirá reconocer las características especiales de un niño superdotado, pues de no ser identificadas podría afectar su desarrollo tanto intelectual como emocional, lo cual traería graves consecuencias como el fracaso escolar. Dentro de las características que hay que reconocer se encuentran: Rapidez en la adquisición y retención de la información. Actitud investigadora; curiosidad intelectual. Habilidad para conceptualizar, abstraer y sintetizar. Gran vocabulario y facilidad verbal. Creativo e inventivo, entre otras. Por ello es importante como docentes conocer las capacidades, y estilos de aprendizaje de los alumnos, pues esto permitirá implementar actividades que sean acorde a las necesidades de los alumnos. Es decir propiciar un ambiente que les permita desarrollar su creatividad, esto a través de actividades diversas con cierto grado de flexibilidad que le permita ir construyendo su conocimiento.
Fracaso escolar La superdotación no asegura por sí misma un éxito académico o creativo. Hay riesgos y presiones que acompañan a la capacidad superior y que desvían, potencialmente, el alto logro por medio de patrones de defensa y evasión. Se considera fracaso escolar en niños de altas capacidades no sólo cuando no alcanzan los objetivos establecidos, sino cuando rinden por debajo de sus posibilidades y su potencial. Encontramos dos tipos de rendimientos. Está el rendimiento suficiente la cual es una evaluación de calificaciones académicas y rendimiento satisfactorio que toma como marco su capacidad intelectual. ¿Por qué fracasan o abandonan las escuela niños con altas capacidades intelectuales? Desde mi punto de vista considero que intervienen diferentes factores como: la falta de apoyo por parte de los padres, el desconocimiento de algunos profesores que no identifican a los alumnos con altas capacidades intelectuales que lejos de diseñar actividades acordes a las necesidades de los alumnos con estas características, los confunden con alumnos de bajo rendimiento o alumnos problema porque sienten que les distrae al resto del grupo, esto sucede debido a que una de las características de estos alumnos es que tienden aburrirse en clases, otro factor influyente es el sistema educativo que no diseña un plan de estudios alternativo para atender a los alumnos con altas capacidades intelectuales, no se debe perder de vista que alumnos con altas capacidades intelectuales también son alumnos con NEE por lo tanto requieren de una atención especial.
Pragmatismo término griego pragma que significa (acción), busca la eficacia y utilidad es una corriente filosófica que surgió a finales del siglo XIX en los Estados Unidos. Los principales impulsores de esta doctrina fueron William James y Charles S. Peirce, esta teoría se caracteriza por la búsqueda de las consecuencias prácticas del pensamiento. El pragmatismo suele ser asociado a la practicidad y a la utilidad. El término pragmática fue utilizado por primera vez por dos filósofos del lenguaje Morris y Peirce en los años treinta y al inicio de los cuarentas. Otro aspecto importante, desde el punto de vista pragmático, es la estrategia comunicativa es decir la combinación, el orden y la jerarquía de todos los elementos lingüísticos de un enunciado, el éxito de una comunicación depende a menudo de la estrategia utilizada en el acto de comunicar. Según Peirce, el conocimiento es búsqueda, y la búsqueda parte desde la duda. La irritación de la duda es la que provoca una lucha para conseguir un estado de creencia, que es un estado de calma y de satisfacción. Las ideas de James sobre el pragmatismo (expuestas en su ensayo Pragmatismo de 1907) no difieren de las de Peirce. Las ideas (que son parte de nuestra experiencia) se convierten en verdaderas en la medida en que nos ayudan a obtener una relación satisfactoria con las demás partes de nuestra experiencia.
Conclusión.
Desde mi punto de vista considero que el pragmatismo es una teoría que se puede aplicar en el aula de clases como una herramienta más dentro del proceso enseñanza-aprendizaje, ya que tiene que ver con aprender de la experiencia, esto permite promover un aprendizaje activo en los estudiantes de altas capacidades al considerar la utilidad de lo que está aprendiendo. Como docentes es importante conocer las capacidades de los alumnos, así como los intereses y estilos de aprendizaje, ya que esto dará pauta para seleccionar actividades motivadoras en donde los alumnos pongan en práctica sus ideas, es decir actividades en donde el estudiante pueda relacionar la teoría con la práctica pero de una forma más dinámica de esta manera estarán activos y no caerán en el aburrimiento, ya que centrarán su atención en el resultado. Retomando los principios del pragmatismo la escuela debe ser informativa, formativa y transformadora, para favorecer un desarrollo integral en los alumnos, brindando una atención especial a los niños con altas capacidades intelectuales para evitar el fracaso escolar.
Bibliografía
A.A.V.V (2004). Diagnóstico y atención a los alumnos con necesidades educativas específicas. Alumnos intelectualmente dotados. Madrid: Secretaría General Técnica.
Dewey, John (1967), “Mi credo pedagógico”, en El niño y en el programa Escolar, mi credo pedagógico 6ª ed., Lorenzo Luzuriaga (trad.); Buenos Aires, Lozada.