Las grandes corporaciones o empresas cuentan con un área específica de finanzas, con personal que cuenta con amplio conocimiento en el tema y están dedicados exclusivamente a la toma de decisiones financieras de la empresa: apostamos por tal proyecto o no?…. abrimos nueva planta o no?…… promovemos una nueva marca o no? Pero muchas pequeñas y medianas empresas no cuentan con tales áreas lo que resulta en que la toma de este tipo de decisiones está en manos de personal o directivos con poca experiencia en tales temas, después de todo, las ideas son fáciles pero implementarlas es lo complicado.
Por definición, las empresas deben buscar los proyectos y oportunidades que mejoren el valor para los accionistas. Sin embargo, debido a que la cantidad de capital disponible en un momento dado para los nuevos proyectos es limitada, se necesita usar técnicas de presupuestación de capital para determinar qué proyectos generarán la mayor rentabilidad durante un período de tiempo aplicable. Por estas razones, proponemos una breve guía de cómo realizar un presupuesto de capital y cuáles podrían ser algunas de sus limitaciones.
Elaboración del Presupuesto de Capital
El primer paso implica seleccionar el tipo de proyecto a establecer. Después se establecen las suposiciones bajo las cuales se realizará el análisis financiero (condiciones económicas, crecimiento, empleados, activos fijos, costo de capital, ingresos, gastos, inventarios iniciales, activos fijos y sus aumentos etc.). El tercer paso consiste en calcular una tasa de financiamiento (el costo del capital) y estimar los ingresos y los gastos durante un período prolongado (5 años). El cuarto paso consiste en aplicar diversas técnicas de presupuestación de capital para llegar a una decisión de aceptación o rechazo.
Entonces, comenzamos con un programa de inversiones en el que se establece lo necesario para la implementación, con cantidades, valores de compra, tiempo de vida útil (duración estimada de un bien), valores de salvamento (valor del activo que no se deprecia, al terminar la vida útil del activo, nos queda ese valor residual sin depreciar) y valor a depreciar (disminución del valor de un bien), de esta forma tendremos nuestra inversión inicial. Otro concepto que se debe tener en cuenta en un inicio es el capital de trabajo que es la inversión que se necesita para llevar a efectos la gestión económica y financiera a corto plazo, entendiendo por corto plazo los períodos de tiempo menores a un año.
Si el proyecto implica la venta de productos o servicios es muy recomendable realizar un estudio de mercado para estimar las ventas potenciales anuales y sus tasas de incremento anual. También es necesario calcular el precio de nuestros productos o servicios y el incremento anual de este (considerando la inflación). De esta forma podemos estimar los ingresos anuales considerando el aumento de ventas y de precio anuales.
Posteriormente se deben calcular todos los costos para la operación del proyecto, los costos pueden ser:
Variables: cambian en proporción a la actividad de una empresa como la mano de obra, materia prima y energía, estos costos cambian también a consecuencia de los aumentos de ventas estimados para cada año y por la inflación.
Fijos: permanecen invariables ante cambios leves en las actividades de una empresa como los sueldos o materiales administrativos.
También es necesario recordar que los costos se actualizan de acuerdo al índice de inflación o crecimiento de la empresa.
Para cubrir la inversión inicial o parte de ella se suele recurrir a inversionistas o financiamientos con tazas y tiempos de liquidación definidos. Por lo tanto cada inversionista, para tomar la decisión de emprender o no en el proyecto en cuestión, debe tener presente el premio al riesgo y tasa de descuento, conceptos que se explican a continuación.
Cuando un inversionista se enfrenta ante una decisión de inversión, puede optar por dos tipos de activos: uno con riesgo u otro sin riesgo. Puesto que un activo está libre de riesgo y el otro activo posee riesgo, entonces la diferencia en la rentabilidad de los dos activos será el premio al riesgo. En resumidas cuentas es un premio que el mercado otorga al inversor por asumir riesgo respecto al activo libre de riesgo. Formalmente, la deuda pública en la macroeconomía se considera como activo libre de riesgo.
Quizá uno de los métodos más empleados y generalizados para calcular el premio al riesgo es el uso del modelo CAPM (Capital Assets Pricing Model), en el que la rentabilidad del activo con riesgo (en este caso la rentabilidad que cada inversionista, o fuentes de financiamiento, espera del proyecto evaluado) es el resultado de sumar la rentabilidad del activo sin riesgo y el premio al riesgo. Por lo que el último es igual a la rentabilidad del activo con riesgo menos rentabilidad del activo sin riesgo. A las inversiones más arriesgadas se les tiene que exigir una rentabilidad superior.
El costo del capital o tasa de descuento se compone de las tasas de retorno requeridas por los inversionistas más el costo de pedir dinero prestado. Entonces, una vez estimado el premio al riesgo, se puede calcular la tasa de descuento sumando la ponderación de las tasas de rendimiento mínimas aceptables para el o los inversionistas y de las tasas de interés de los financiamientos.
Evaluación de la Inversión
Existen varios métodos para realizar la evaluación de inversiones (Saxena, 2015): flujo de efectivo descontado (DCF), el valor presente neto( NPV), la tasa de rendimiento interna (TIR), el período de recuperación y el índice de rentabilidad.
-El flujo de efectivo descontado ayuda a calcular los rendimientos que se obtendrían por las inversiones y cuánto tiempo llevaría recuperarlas. Se recomienda estimar los flujos de efectivo para los costos iniciales, ingresos y gastos para los primeros cinco años. También es necesario calcular los flujos de efectivo después de impuestos, estos incluyen ingresos anuales, gastos anuales, depreciación e impuestos, los gastos por intereses no están incluidos. El flujo de efectivo final incluye todos los flujos de efectivo únicos que se producen al cierre y podrían incluir el valor de rescate después de impuestos, gastos restauración, venta de ingresos comerciales, etc. Estos flujos de efectivo ocurren en el quinto año y deben ser compensados con los flujos de efectivo después de impuestos.
-El valor presente neto es la herramienta principal utilizada en el flujo de efectivo descontado. El NPV es el valor presente de las entradas de efectivo menos el valor presente de las salidas de efectivo y proporciona la estimación del cambio en el valor de la empresa. El negocio es aceptable si el NPV es positivo.
-El periodo de recuperación nos indica el número de años requeridos para recuperar la inversión inicial, pero no tiene en cuenta el valor actual del dinero, es un método poco preciso y financieramente lo considero como un método de evaluación laxo ya que depende del criterio y de la paciencia que tenga el inversionista.
– El índice de rentabilidad es el valor presente de las entradas de efectivo dividido entre el valor presente de las salidas de efectivo y proporciona el rendimiento por cada unidad que se invierte. El negocio es aceptable si el índice de rentabilidad es mayor a uno.
– La tasa interna de rendimiento (TIR) es la tasa de descuento que iguala al valor presente de los flujos de efectivo futuros con el desembolso inicial. Proporciona el rendimiento porcentual de los fondos invertidos suponiendo que los flujos de efectivo se reinvierten a la tasa interna de rendimiento a medida que ingresan en la empresa. Si estos fondos no se pueden reinvertir a esa tasa, no se obtendrá el rendimiento. Por esto mismo, a veces la TIR puede ser demasiado optimista. La TIR debe ser mayor que el costo de capital de la empresa para que el proyecto sea rentable.
¿Cuál aplicar?
Como dato interesante, hay estudios que apuntan que la cultura ejerce considerable influencia en el razonamiento de las decisiones (Shu-Hui et al., 2018), esto podría ser un factor causante de la variabilidad en la aplicación de las técnicas de presupuestación de capital. Pero también algunos afirman que la incertidumbre económica, política, legal y social impactan en el uso de sistemas de presupuestación de capital (Graham y Sathye, 2017), a mayores niveles de incertidumbre se utilizan sistemas más sofisticados. Al mismo tiempo otros indican que las compañías grandes tienden a confiar en el análisis de flujo descontado, por otro lado las pequeñas empresas evalúan los proyectos utilizando el período de recuperación o por instinto del propietario (Danielson y Scott, 2014). Las opiniones son diferentes, pero al final de cuentas la elección de confiar en un método o en el otro depende de la percepción y objetivo del inversionista interesado.
Limitaciones observadas en los métodos de evaluación financiera tradicionales.
A pesar de que el Valor Presente Neto (NPV) y la Tasa Interna de Rentabilidad (TIR), son muy empleadas por los directores financieros, han recibido numerosas críticas.
En primer lugar se cuestiona el supuesto de que el único objetivo del análisis de inversiones es la maximización del valor empresarial. En este sentido Steuer y Na (2003) afirman que las empresas modernas no pretenden exclusivamente maximizar la riqueza del accionista, sino que consideran el logro equilibrado de un conjunto de objetivos relacionados con los intereses de todos los stakeholders de la empresa (accionistas, directivos, trabajadores, proveedores, clientes,…).
En segundo lugar varios autores afirman que cuantificar el valor de una empresa no sólo implica considerar los activos tangibles de carácter monetario, sino también todos aquellos de naturaleza intangible y no monetaria, que no se contabilizan y, por tanto, no se reflejan en los estados financieros. Por ejemplo, el conocimiento y habilidades del personal de las empresas, el conocimiento de los procesos productivos, o la satisfacción y fidelidad de la clientela. Por otro lado, el concepto de capital intelectual se ha ido desarrollando en las últimas décadas. Stewart (1997), define al capital intelectual como “la suma de todos los elementos intangibles que contribuyen a generar ventaja competitiva”. El capital intelectual se clasifica en: capital humano (Know-how, espíritu emprendedor, satisfacción de los empleados), capital estructural (cultura corporativa, estructura organizacional, aprendizaje organizativo) y capital relacional (relación con proveedores y el medio ambiente) (Subramaniam y Snell, 2004).
Es complejo incluir y evaluar al medio ambiente y a la sustentabilidad en los métodos de evaluación tradicionales, para esto se proponen técnicas de análisis multi-criterio, para ayudar a capturar estos aspectos difíciles de calificar (Schaltegger et al. 2006), estas últimas requieren de ingenieros, administradores de sustentabilidad y mucho más personal fuera del dominio financiero y contable. Evidentemente incluir estos aspectos haría muy complejo el análisis, incluso podría dejar fuera a las pequeñas y medianas empresas, y para las grandes requeriría un mayor compromiso por parte de los involucrados.
Para concluir sabemos que las técnicas de valoración clásicas tienen dificultad para reconocer el valor real generado con una inversión, ya que en la práctica ignoran importantes variables e impactos cualitativos que también generan valor empresarial, un ejemplo es el capital intelectual que es una fuente importante de ventaja competitiva en la empresa, porque como sabemos los activos intangibles son difíciles de reproducir e imitar por la competencia e impactan directamente en la innovación. La planeación y toma de decisiones sobre proyectos tomando en cuenta aspectos de impacto ambiental sería ideal ya que las empresas que llevan a cabo una gestión ambiental mejoran su imagen y posibilitan el incremento del precio de los productos ecológicos o la cobertura de determinados nichos de mercado, sin mencionar su impacto social positivo. La pregunta aquí es: ¿Qué tan efectivos son los diseños de contabilidad tradicional para capturar los atributos relacionados con la sustentabilidad? Es muy complejo incluir aspectos de sustentabilidad en las evaluaciones de inversiones, incluso en presencia de incertidumbre cuesta trabajo ajustar números para lograr que un proyecto pueda ser rentable, algunas propuestas para incluir estos aspectos podría ser usando técnicas como contabilidad social completa y costo ambiental, análisis de ciclo de vida, análisis de costo-beneficio y análisis de sensibilidad. Evidentemente a los inversionistas les es de prioridad los beneficios tangibles, pero corresponde al gobierno incentivar o motivar a la toma de decisiones financieras con un enfoque sustentable, así las empresas no se preocuparían exclusivamente en la asignación eficiente de capital sino también en la asignación eficiente de recursos ambientales y sociales.
Bibliografia
Steuer, R. E., y Na, P. (2003). Multiple criteria decision making combined with finance: A categorized bibliographic study. European Journal of operational research, 150(3), 496-515.
Saxena, A. K. (2015). Capital budgeting principles: bridging theory and practice. Academy Of Accounting & Financial Studies Journal, 19(3), 283-293.
Shu-Hui, S., Hsiu-Ling, L., Jung-Ju, C., Jen-Yin, Y., y Minh Hang Vu, T. (2018). Application and effects of capital budgeting among the manufacturing companies in Vietnam. International Journal Of Organizational Innovation, 10(4), 111-120.
Graham, P. J., y Sathye, M. (2017). Does National Culture Impact Capital Budgeting Systems?. Australasian Accounting Business & Finance Journal, 11(2), 43-60.
Danielson, M. G., y Scott, J. A. (2006). The capital budgeting decisions of small businesses. Journal of Applied Finance, 16(2), 45.
Stewart, T. A. (1997). Capital intelectual. Rio de Janeiro: Campus, 29.
Youndt, M. A., Subramaniam, M., y Snell, S. A. (2004). Intellectual capital profiles: An examination of investments and returns. Journal of Management studies, 41(2), 335-361.
Schaltegger, S., y Wagner, M. (2006). Integrative management of sustainability performance, measurement and reporting. International Journal of Accounting, Auditing and Performance Evaluation, 3(1), 1-19.