¿Cuál es la diferencia entre ocuparse y preocuparse? ¿Cómo repercuten ambas acciones en nuestra vida?
Ocupación:
La ocupación deriva del positivo, es abordar la resolución de algún problema o la materialización de algún proyecto.
Dentro de la ocupación se mezclan los sueños, deseos, e intenciones que se convierten en el motor impulsor que dirige al éxito.
Quien se ocupa, fluye, porque la mente esta puesta en la meta, en el éxito, en solucionar, no hay bloqueos porque no hay miedos, estrés, ansiedad o depresiones que detengan el proyecto porque la ocupación es también la certeza de que se está procediendo de manera correcta.
Al ocuparnos construimos, ya sea una solución o un proyecto, pero construimos.
Preocupación:
La preocupación deriva del negativo, no aborda la solución del problema sino el miedo al fracaso, el miedo a que las cosas no salgan bien.
Cuando nos preocupamos bloqueamos, estancamos y no permitimos que las cosas fluyan correctamente porque estamos trabajando en base al miedo, al estrés, a la inseguridad y nuestra mente esta fija en todas las imágenes que implican atrasos, complicaciones, fracaso, etc.
La preocupación no sabe de solucionar un problema, más bien crea el problema, porque la mayoría de las preocupaciones no se basan en la realidad, se basan en suposiciones que no sabemos si ocurrirán.
La preocupación nos absorbe tiempo y energía que le restamos a la construcción real de proyectos o soluciones. Al preocuparnos destruimos, porque si sus bases parten del negativo, tendrá un final negativo.
¿Qué te preocupa?
Acorde a este tema, vale la pena reflexionar lo siguiente: Expertos en desarrollo humano hicieron una encuesta respecto a los problemas que aquejan a la mayoría de la gente, obteniendo los siguientes resultados:
El 40% de las preocupaciones nunca ocurrirán, ya que la ansiedad es un producto de una mente cansada.
El 30% conciernen a decisiones pasadas que ya no pueden ser alteradas.
Un 12% se centra en críticas, principalmente falsas, hechas por personas que se sienten inferiores.
10% conciernen a mi salud, que empeora mientras me preocupo.
Y tan solo un 8% son «legítimas». Porque la vida tiene problemas reales, que pueden ser afrontados una vez que he eliminado las preocupaciones superfluas.
La energía es como el dinero, hay que saberla invertir para crecer… ¿En que inviertes tú, tu energía?
Si analizas esta pregunta entonces podrás responder, porque muchos de tus proyectos se bloquean y no se logran concretar y entonces podrás hacer una sabia elección: » ocuparte» o «preocuparte».