Escuchaba la conferencia magistral de Moisés Naím, en el marco de los 60 años de Universidad Católica Andrés Bello, de Venezuela, en si, toda la conferencia vale la pena verla porque no tiene desperdicio alguno; sin embargo quiero destacar y compartir el mensaje central, que palabras más o menos comentaba Naím, que a mi parecer es enormemente poderosa sobre todo para quienes de alguna manera estamos conectados con el desarrollo de personas, bien como profesionales o como padres.
Naím decía que el “promedio se murió”, hoy quien se contente con ser promedio, va a tener enormes desventajas en el futuro. Un estudiante, un profesional promedio que antes con su promedio podía acceder a diploma de cualquier carrera y con ello insertarse en el promedio laboral, hoy le es más difícil obtener un empleo promedio para tener una vida como el promedio y en el futuro, con toda seguridad, va a tener una vida por debajo del promedio… esto pareciera un juego de palabras, pero es una poderosa reflexión acerca de la calidad de la formación de personas y de los retos que ese futuro, que hasta hace poco parecía lejano, nos plantea.
Hablaba también Naím, sobre la imperiosa necesidad de buscar –como personas- una ventaja competitiva, algo especial que nos coloque por encima del promedio y correlacionaba ésto con la calidad. Y, es algo, en lo que definitivamente tenemos que insistir, hay que enfocarse en vencer la apatía, en hacer más allá de lo mínimo necesario para quedarse en un empleo o para pasar la materia, debemos desarrollar la calidad en todos los aspectos cotidianos, haciendo las cosas bien hechas.
La proliferación de ofertas educativas, ha empezado a cambiar de manera muy profunda, democratizando la formación, con estrategias educativas que requieren de individuos con nuevas competencias. La educación formal a nivel superior se esta diversificando, a un ritmo tal vez muy lento para lo que requiere la dinámica actual, mientras que la educación a distancia se ha potenciado, debido principalmente, al acceso a internet con que cuentan hoy por hoy la mayoría de las personas; es decir hoy día tenemos a nuestra disposición y de forma prácticamente gratuita, una cantidad de recursos que nos pueden abrir la posibilidad de generar la ventaja competitiva sustentable y actualizable, para estar por encima del promedio.
Definitivamente, ya no va a bastar con tener un diploma de una universidad prestigiosa, sino desarrollar cualidades extras o ventajas competitivas sustentables, y que además, tengamos la capacidad de poder extrapolarlas a la cotidianidad personal y organizacional.