Quiero compartir una reflexión sobre la acción y el liderazgo del maestro desde una perspectiva constructivista. Tomando en cuenta que uno de los objetivos del constructivismo es “potenciar el desarrollo del alumno y promover su autonomía moral e intelectual”; la relación del docente hacia sus estudiantes, colegas, y consigo mismo, se vuelve muy importante para su participación efectiva dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Algunas preguntas que nos podemos hacer como maestros:
- ¿El maestro realiza un “acuerdo” inicial de lo que espera de sus estudiantes y de la relación que se construirá entre todos?
- ¿El maestro se reta a sí mismo, cuestiona lo establecido para plantear nuevas formas o nuevas aproximaciones?
- ¿El maestro se muestra abierto al descubrimiento?
- ¿El maestro plantea las actividades tomando en cuenta la perspectiva o maduración del estudiante o lo hace solo desde su perspectiva?
- ¿El maestro está atento al lenguaje / expresividad del estudiante que le puede brindar información sobre paradigmas o barreras para el aprendizaje?
- ¿El maestro está atento a su propio lenguaje / expresividad que pudiese transmitir sus propios paradigmas, creencias, juicios de valor (a manera de filtros de la realidad)?
- ¿El maestro demuestra una disposición de acompañar el aprendizaje de sus estudiantes?
- ¿El maestro ayuda o colabora a descubrir las motivaciones e intereses del estudiante?
- ¿El maestro plantea sus relaciones, desde el trabajo cooperativo-participativo que beneficie a todos, o solo desde la obediencia?
- ¿El maestro busca desarrollar relaciones de confianza y empatía para encontrar motivaciones, deseos, necesidades con sus estudiantes y colegas?
- ¿El maestro toma en cuenta la opinión de los demás para la mejora continua de su propia práctica?
- ¿El maestro establece conexión entre los contenidos y contextos conocidos por el estudiante?
- ¿El maestro valora el error como oportunidad de aprendizaje o lo sanciona?
- ¿El maestro asume el error como una vía de aprendizaje personal o la evita?
- ¿El maestro busca incrementar la autoconfianza de todos sus estudiantes?
- ¿El maestro practica y promueve el respeto a las diferencias, capacidades particulares y recursos personales de sus estudiantes?
- ¿El maestro se muestra como un facilitador o provocador de aprendizajes?
- ¿El maestro fomenta las soluciones diferentes, creativas, o perspectivas distintas en sus estudiantes?
- ¿El maestro respeta la realidad particular del estudiante mediante una retroalimentación de manera personal y asertiva?
Reflexión final:
Estas reflexiones a manera de preguntas pueden servir como un medio de cuestionamiento personal o grupal. Si se toma en cuenta que cada acción realizada, tiene un efecto en los resultados finales, puede ser muy oportuno evaluar estas acciones desde una mirada crítica que provoque una reflexión. La reflexión favorece el aprendizaje personal que permitiría reorientar el propio rol y actividad y por consiguiente, el efecto positivo que traerá en la realidad de cada uno de sus estudiantes.
Un maestro que descubre la trascendencia de su propio aprendizaje, está cada vez mejor preparado para generar situaciones de aprendizaje efectivas en la vida de sus estudiantes.