Levantamiento de las huellas criminalísticas

Resumen

La ciencia Criminalística contribuye al esclarecimiento de los delitos sin perder de vista que, ante todo, se deben observar las exigencias planteadas por la Ley de Procedimiento Penal. Está comprobada la utilidad de las evidencias en los diferentes aspectos de la investigación criminal y todos los factores encargados del cumplimiento de la ley recurren, cada vez más, a los resultados del Laboratorio de Criminalística para conseguir evidencias difíciles de obtener por otros medios. A medida que progresa la investigación científico-criminalística, aumenta la importancia y el uso de las huellas, evidencias y muestras en la investigación de los hechos delictivos. Prácticamente cualquier cosa puede convertirse en una evidencia. Puede ser tan insignificante como una partícula de polvo o tan grande como la caldera de un central azucarero. Puede asumir la forma de un gas o de un líquido, o bien puede tratarse de un patrón muy simple o abarcar miles de páginas de documentos.

El principio básico para examinar las huellas y evidencias es bastante simple. Siempre que alguien abandona un lugar, se lleva algo consigo y a la vez deja algo suyo. Corresponde al perito criminalista examinar aquello que quedó en el lugar del suceso, formular una hipótesis acerca de su procedencia y determinar a quién pudo pertenecer. La Criminalística representa una herramienta indispensable que contribuye a establecer la objetividad necesaria en la ejecución de los dictámenes periciales, por lo que el auxilio prestado por las demás ciencias es completamente válido y proporciona un alto grado de cientificidad a la investigación de los delitos. De esta manera, todas las ramas del conocimiento que participan en el saber criminalístico (Biología, Química, Física, Medicina, Matemática, entre otras) han venido a enriquecer las opciones de estudio propias de la investigación de los delitos. Obviamente, la Criminalística en nuestros días es el resultado de la evolución tecnológica y de los nuevos descubrimientos de las ciencias naturales.

Como escribió el criminalista austriaco Hans Gross, citado por Jürgen Thorwald, 1969 «la Criminalística es un conjunto heterogéneo de conocimientos tomados de otras ciencias y utilizables en la investigación de los delitos.»

La Criminalística, debido a que en su nacimiento careció de la delimitación de un campo propio de estudio, en más de una ocasión y por diferentes autores ha sido considerada como Técnica Policial, como Policía Científica, como una rama auxiliar del Derecho o como parte de la Criminología. Para la Escuela Cubana de Criminalística es una ciencia jurídica independiente.

La Criminalística contribuye al cumplimiento de las exigencias planteadas por la ley penal, en cuanto al esclarecimiento rápido, multilateral y completo de los delitos que afectan tanto a nuestro país como a la comunidad internacional, con el fin de que todo autor de una acción delictiva reciba una justa sanción y que ningún inocente resulte sancionado.

Igualmente dirige sus esfuerzos hacia la prevención de los delitos y la erradicación de las causas que los generan. En nuestra opinión ella es una ciencia jurídica independiente, de perfil jurídico penal, tal y como lo son el Derecho Penal, el Derecho Procesal Penal, la Criminología y la Victimología.

Uno de los objetivos centrales de esta ciencia, es el estudio de las formas y procedimientos que se utilizan para la búsqueda, recolección, análisis, interpretación, clasificación y determinación de las huellas, evidencias y muestras derivadas de la investigación de una acción delictiva.

No obstante estos objetivos no siempre se alcanzan con plenitud, lo que nos lleva a plantear que se aprecia como problemática: Insuficiente preservación del lugar de los hechos para el levantamiento de las huellas criminalística en el esclarecimiento de los hechos delictivos en el proceso penal.

Para ello nos trazamos el siguiente Objetivo General: Evaluar la importancia de la preservación del lugar de los hechos, para el levantamiento de las huellas criminalística y la posterior utilización en el esclarecimiento de los hechos delictivos.

Evolución histórica de la Criminalística en Cuba

Lo que se conoce hoy como Policía Criminal surgió a mediados del siglo XVIII, cuando la delincuencia era una amenaza no sólo para el individuo, sino también para el Estado y a la que se le enfrentaba esta organización firmemente perfilada.

El surgimiento de la Criminalística se enmarca en la segunda mitad del siglo XIX, cuando comenzaron a emplearse técnicas correspondientes a las ciencias naturales durante la investigación de los delitos.

Desde inicios de la colonización, en nuestro país se comenzaron a emplear diferentes métodos para lograr la identificación de aquellas personas que, de alguna forma, violaban el orden existente. Los encargados de aplicar la justicia desarrollaron métodos bárbaros para establecer la identidad de los transgresores. Por ejemplo, los negros traídos del continente africano para las labores más duras, cuando lograban escapar del infierno que constituían los barracones y lugares de trabajo, al ser nuevamente capturados eran marcados, inicialmente como las bestias con hierros candentes que les dejaban las marcas de sus amos. Posteriormente, se utilizó el método de cortarles una oreja.

Los inicios de la investigación criminal y de la Criminalística en Cuba pueden ubicarse alrededor de la mitad del siglo XIX. Los jefes libertadores y las estructuras legislativas de la República en Armas concibieron la idea de crear un cuerpo con funciones de Policía, En tal sentido se pronunció la Ley de Organización Militar, del 22 de julio de 1869, cuyo articulado detallaba sus funciones, composición, jerarquía y subordinación, además de prever la elaboración de su Reglamento propio.

Resulta motivo de admiración el elevado propósito con que los libertadores cubanos del siglo XIX centraron esfuerzos en la creación de un aparato destinado al mantenimiento del orden sobre bases legales y justas. Esto, por derecho propio, se inscribe en las tradiciones históricas y combativas de la Policía Nacional Revolucionaria.

Dos hechos importantes permiten enmarcar el surgimiento de la Criminalística en Cuba:

  1. La argumentación sobre la necesidad de crear la Documentología, como una disciplina independiente, dedicada a la investigación de los documentos relacionados con la comisión de hechos delictivos (falsificación de billetes del Banco Español de La Habana y sustracción y falsificación de documentos del Almacén General de Efectos Timbrados), propuesta realizada por Don Ramón Zambrana y Valdés, quien fue el primer cubano nombrado para ocupar una plaza de profesor en la Cátedra de Medicina Legal y Toxicología de la Universidad de La Habana.
  2. La organización del Archivo Fotográfico, en el que se registraban los retratos de los penados y reclusos sancionados por el Correccional de Vagos de la Plaza de La Habana. En esa época ya se utilizaba la impresión del dedo índice para la identificación que se hacía a los ciudadanos chinos que se contrataban para trabajar en nuestro país. La tradición de la Criminalística cubana en el siglo XIX se completa con el logro científico alcanzado por el matancero Dr. Oscar Amoedo Valdés quien, desempeñándose como profesor en la Facultad de Odontología de París, practicó por primera vez en la historia la identificación masiva de personas, que habían fallecido en un trágico accidente ocurrido el 4 de mayo de 1897 en el denominado Bazar de la Caridad, donde perecieron 126 personas debido a un incendio. La identificación de 30 de esas víctimas fue realizada por Amoedo sobre la base de la investigación del aparato dentario de los occisos. Al año siguiente escribió el libro «L’Art Dentaire en Medicine Legale» (El Arte Dental en Medicina Legal), que es considerada una obra clásica universal y, posteriormente, Amoedo fue calificado como el «Padre de la Estomatología Forense», lo que naturalmente vincula a nuestro país al surgimiento de esta Especialidad.

Los antecedentes criminalísticos del siglo XX comienzan con la Orden Militar No. 159, del 17 de mayo de 1902, del Gobernador intervencionista Leonardo Wood, que establece la creación del Laboratorio de la Isla de Cuba, dependiente de la Secretaría de Gobernación y que tendría las Secciones de Bacteriología, Histología, Química Legal y Epizootia.

La Ley General de Presupuesto del período 1904-1905 propició que la Sección de Química Legal adoptara una nueva estructura, independizándose de las restantes secciones del Laboratorio de la Isla de Cuba, contando con:

  • Departamento de Toxicología para la investigación de venenos volátiles y otros.
  • Departamento para la investigación de alcaloides, glucósidos, manchas de sangre, semen, escrituras, disparos de armas de fuego, etc.
  • Departamento de Calor.

El 23 de noviembre de 1904 se emitió el primer informe pericial de Química Legal y el 10 de febrero de 1905 el primero de investigación de sangre. El 28 de noviembre de 1907 Steegers emitió el primer informe técnico dactiloscópico, dirigido al Juez de Instrucción del Distrito del Centro de La Habana; dos años más tarde se creó el Gabinete de Identificación de Criminales, en el que se empleó su Sistema Dactilofotográfico.

Después de haber sido aceptado el informe titulado «La identificación dactiloscópica», presentado por Don Fernando Ortiz Fernández, quien es considerado el «Padre de la Criminalística Cubana», debido a los esfuerzos que realizó por el establecimiento de esta ciencia en nuestro país, se dictó el Decreto Presidencial No. 1173, del 20 de diciembre de 1911, mediante el cual se creó el Gabinete Nacional de Identificación (GNI), adscrito a la Secretaría de Gobernación. En la propia fecha Ortiz fue nombrado Inspector Técnico de Identificación, para implantar el sistema en todo el país.

El primer Director del GNI fue Juan Francisco Steegers Perera, quien se desempeñó en el cargo durante una década, hasta que falleció a la edad de 65 años, habiendo dedicado gran parte de su vida al desarrollo de su profesión y por lo que ha sido reconocido como el «Pionero de la práctica dactiloscópica en Cuba».

El 24 de octubre de 1913, el Presidente Mario García Menocal, con arreglo a la Ley del Poder Ejecutivo y mediante el Decreto Presidencial No. 963, dispuso que la Sección de Química Legal pasara, en su calidad de auxiliar de los Tribunales, a formar parte de la Secretaría de Justicia, manteniendo la organización, el personal y los materiales que tenía en ese momento. De esta forma surgió el Laboratorio de Química Legal y fue designado como su Director el Dr. en Farmacia José A. Fernández Benítez.

Después del triunfo de la Revolución el GNI (incluyendo el LQL) se mantiene adscrito a la Policía, pasando seguidamente al Departamento de Investigaciones del Ejército Rebelde (DIER).

En febrero de 1960 al Laboratorio de Química Legal se le cambia el nombre por el de División de Criminalística y se imparten los primeros cursos de Dactiloscopía. Al crearse el Ministerio del Interior, el 6 de junio de 1961, el Gabinete Nacional de Identificación y la División de Criminalística se integran a él, manteniéndose en los locales del antiguo SIM: los Registros ocupaban la primera y segunda plantas, la DCRIM ocupaba la tercera.

El 10 de septiembre de 1963 el GNI y la DCRIM se separan, creándose el Departamento Nacional de Identificación (DNI) y el Laboratorio Central de Criminalística (LCC), respectivamente. En 1964 el LCC pasó a formar parte de la Dirección General Técnica (DGT), hasta el año 1972 que se convirtió en un Departamento Independiente, subordinado a la Jefatura del MININT.

La labor pericial del LCC tuvo un alcance nacional hasta el 19 de junio de 1971, que fue creado el primer Laboratorio Provincial de Criminalística en la ciudad de Santiago de Cuba. Posteriormente se fundaron los Laboratorios de las provincias Matanzas, Las Villas, Camagüey, Pinar del Río y La Habana, en ese orden.

A partir de la nueva división político administrativa, adoptada en nuestro país en el año 1976, se crearon Laboratorios de Criminalística en las nuevas ocho provincias y en el Municipio Especial Isla de la Juventud, lo que permitió extender las labores periciales criminalísticas a todo el país.

La Dirección de Criminalística dejó de existir en agosto de 1997, convirtiéndose en la División de Criminalística (DCRIM), estructurada con el Departamento Pericial (LCC) y el Departamento Operativo. El Departamento Nacional de Identificación pasó a formar parte de la Dirección de Identificación y Registro. El Departamento Nacional de la Técnica Canina se subordinó posteriormente a la Jefatura del MININT.

En el ámbito nacional se crearon las Secciones Provinciales de Criminalística, que integran al Laboratorio Provincial de Criminalística y a las Unidades Territoriales, conformadas por peritos criminalistas y técnicos caninos, verticalizándose de esta forma la Especialidad en el nivel provincial.

Para el esclarecimiento de los hechos delictivos en el proceso penal, juega un papel fundamental la preservación del lugar, para el levantamiento de las huellas criminalística.

Esta acción es de vital importancia, en virtud de que el no llevarla a cabo implicaría prácticamente un fracaso científico en la investigación criminal.

Tiene como objetivo: conservar la forma primitiva del escenario después de sucedido el hecho.

De ello se desprende que al existir una buena conservación del lugar las pesquisas periciales, policiales y ministeriales serán oportunas y verídicas sobre evidencias originales, cumpliendo las tres reglas fundamentales de protección.

Ellas son:

  • Llegar con rapidez al lugar, desalojar a los curiosos y establecer un cordón de protección.
  • No mover ni tocar nada, ni permitirlo, hasta que no haya sido examinado y fijado el lugar.
  • Seleccionar las áreas por donde se va a caminar, con objeto de no alterar o borrar indicios.

Al cumplir eficazmente con las tres reglas anteriores se habrá ganado mucho en la consecución de las investigaciones. En caso de que algún policía preventivo o policía judicial tuviera primeramente conocimiento del hecho y arribara de inmediato al lugar, hará cumplir las tres reglas citadas mientras llegan al lugar el Ministerio Público y los peritos.

Recomendaciones:

  • Si el hecho ha sido cometido en un lugar cerrado (cuarto, recámara, almacén, edificio, vecindad), todas las vías de acceso (puertas y ventanas) serán vigiladas.
  • Si el hecho ha sido cometido en un lugar abierto o casa aislada, el acceso al área quedará prohibido al público cuando menos a 50 metros de diámetro.
  • El acceso al lugar cerrado o abierto deberá quedar prohibido a toda clase de personas ajenas a la investigación.

La Escuela Cubana de Criminalística ha elaborado las siguientes definiciones de huella, evidencia y muestra.

Huella:

Señal, marca, vestigio o cambio material presente en un lugar, persona u objeto, relacionado con un hecho delictivo que se investiga por la Criminalística, con vistas a determinar su origen o pertenencia a una persona, a un animal o a un objeto.

Ejemplos:

  • Dermatoscopía: Huellas digitales, palmares, podorales y otras dérmicas.
  • Trazología: Huellas de dientes, de calzados, de neumáticos, de frenaje, de instrumentos de fractura, de animales.
  • Balística: Huellas del disparo de armas de fuego.
  • Documentología: Escrituras manuscritas y mecanografiadas, firmas.
  • Biología: Máculas de sangre, pelos, fibras textiles, fragmentos de hueso, fragmentos vegetales, tejidos, máculas de saliva y de semen.
  • Drogas y Toxicología: Restos de picadura, residuos de drogas o sustancias tóxicas.
  • Químico-Físico: Huellas del disparo en prendas de vestir, en manos y en armas de fuego, maculaciones de sustancias de Aplicaciones Químicas Operativas, partículas de suelos, vidrios, metales, plásticos, pinturas.
  • AVEXI: Huellas de averías, explosiones e incendios.
  • Odorología Criminalística: Huellas olorosas.

Huellas Dérmicas: Se busca con las lupas en superficies lisas, en la vías de accesos de los autores u objetos que pueda haber tocado, al encontrarla se revelan con polvos reveladores se fijan fotográficamente y luego se extrae con escortey y se coloca en la base de color blanca, se descarta la huella con las personas del domicilio, se embala y rotula, y posterior envío al Laboratorio Provincial de Criminalística ( LPC ) y se introduce al sistema.

Huella de Olor: Se levanta en el lugar donde penetro el autor o donde estaba situado lo sustraído, se extrae el paño odorífico con la pinza metálica del frasco de cristal y se ubica en el lugar seleccionado, se coloca un papel encima para la protección y se deja por 40 minutos, luego se extrae con la pinza metálica, introduciendo en el frasco de cristal. Se tapa, rotula y luego se envía al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Biológica de sangre: Se emplea el raspado cuando esta seca la sangre, se embala y rotula, luego se envía al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Se utiliza un hisopo o gasa húmeda con solución de cloruro de sodio (sal común) o con agua destilada y cuando seque se embala y rotula, se envía al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Biológica de pelo: Se busca con lupa o a simple vista en los lugares de acceso del o los autores, se fija fotográficamente, se levanta con la pinza y embala y rotula, se envía al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC).

En este peritaje no se peritan los pelos animales.

Huellas de Microfibras Textil: Se busca con lupa o simple vista s lugares de acceso del o los autores , se fija fotográficamente y se extraen con escortey , luego se fija en el porta huellas, se embala y rotula para el envío al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Trazológica de Corte: Se busca en la vía de entrada o salida, se fija fotográficamente, se levanta se conserva con grasa y embala y rotula para enviar al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Trazológica de Calzado: Se busca en la vía de entrada o salida, se fija fotográficamente con la utilización de la escala. Se coloca la rejilla, se coloca encima de la huella, se prepara el yeso y se vierte encima de la rejilla .Hasta que se seque, se extrae, se pone a secar a temperatura ambiente, se limpia y se rotula en la parte de superior de la huella, para el traslado al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Trazológica de Pies Descalzo: Se busca en la vía de entrada o salida, se fija fotográficamente con la utilización de la escala. Se coloca la rejilla, se coloca encima de la huella, se prepara el yeso y se vierte en la rejilla. Hasta que seque, se extrae, se pone a secar a temperatura ambiente, se limpia y se rotula en la parte superior de la huella. Se traslada al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Trazológica de Dientes: Se buscas en restos de alimentos sopeteados por los autores, fija fotográficamente y se puede extraer con silicona, se embala y rotula, se traslada al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Trazológica de Huella de Transporte: En superficie terrestre se procede con el yeso, de otro modo se fija fotográficamente, se traslada al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Física de Suelo: Se extrae restos de suelo (tierra) del lugar del hecho, se embala y rotula, se traslada para el Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Biológica Vegetal: Se extrae la hulla vegetal se embala y rotula se envía para el Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huella Química de Pintura: Se raspa donde esté, se embala y rotula, se envía al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Huela Química de Aceite: Se extrae con una gasa en los restos de aceite, se embala en nylon y rotula, se envía al Laboratorio Provincial de Criminalística (LPC)

Evidencia:

Objeto relacionado con un hecho delictivo, ocupado en el lugar del suceso o durante la realización de una acción de instrucción que, generalmente, es portador de huellas y que se remite a los laboratorios criminalísticos para su investigación.

Ejemplos:

  • Objetos portadores de huellas dérmicas.
  • Frutas o alimentos con huellas dentales, objetos con huellas trazológicas.
  • Armas de fuego, casquillos, proyectiles.
  • Documento o cualquier objeto que conserve la imagen de letras, cifras o signos convencionales.
  • Objetos portadores de huellas biológicas.
  • Objetos portadores de restos de picadura o residuos de drogas o sustancias tóxicas.
  • Prendas de vestir, armas de fuego y otros objetos portadores de huellas químico-físicas, objetos con maculaciones de sustancias de Aplicaciones Químicas Operativas.
  • Objetos portadores de huellas olorosas.

Muestra:

Elementos indubitados (de origen conocido) que contienen, o permiten obtener con ellos, impresiones para hacer comparaciones en los peritajes criminalísticos identificativos.

Ejemplos:

  • Modelos digitopalmares con impresiones dérmicas.
  • Disparos experimentales de armas de fuego.
  • Modelos comparativos libres o experimentales de escrituras manuscritas y mecanografiadas, de firmas, impresiones de cuños, así como muestras de papel o tinta.
  • Muestras de sangre, saliva, pelo, vegetación, tejido textil.
  • Muestras de suelo, vidrios, metales, plásticos, pinturas, explosivos, combustibles.
  • Impresiones olorosas.

El proceso para la obtención de las huellas debe recorrer determinados pasos:

  1. Búsqueda y descubrimiento: es el rastreo o exploración que se realiza en los distintos lugares al practicar la inspección del lugar de los hechos y otras acciones de instrucción normadas por la ley.
  2. Revelación: Hacerlas visibles marcándolas a simple vista al trazar un círculo alrededor, ponerles señaladores.
  3. Fijación: Consiste en la tarea que se realiza con vista a dejar constancia informativa de las características y síntomas de la prueba, tendiente a conservar esta información se realiza para su ulterior investigación.
  4. Extracción: Es la que comprende la ocupación de las pruebas y se realiza por variados métodos y con el empleo de medios especiales en cada caso.
  5. Conservación: Después de extraídas las pruebas es necesario preservarlas de determinadas situaciones que pueden afectarlas o destruirlas.

Este tema está amparado en los artículos 125 y 126 de la Ley de Procedimiento penal cubano vigente, los que expresan:

ARTÍCULO 125. El Instructor, cuando tenga conocimiento de un delito procederá de inmediato a la inspección del lugar de los hechos y fijara, recogerá y conservara los vestigios y pruebas materiales que haya dejado el delito y que puedan tener relación con la existencia y naturaleza del hecho. A este fin hará consignar en las diligencias la descripción del lugar del delito en que se hallan descubierto sus pruebas, el sitio y estado en que se hallen los objetos que en el encuentren los accidentes del terreno o situación de las habitaciones y todos los demás detalles que pudieran servir para la acusación y la defensa.

ARTÍCULO 126: Cuando resulte absolutamente indispensable para demostrar los hechos o circunstancias esenciales del acto objeto del proceso, se levantarán plano suficientemente detallado del lugar , se tomaran fotografías , tanto de este como en su caso , de las personas que hallan sido objeto del delito y de los efectos o instrumentos del mismo ; se fijarán fotográficamente y se levantarán las huellas de cualquier clase que se hubiesen hallado y, de ser útil , se confeccionarán los oportunos diseños de los mencionados efectos o instrumentos, adoptándose ,cuando fuere necesario, cualquier otro medio de conservar o fijar dichos elementos de juicio .

Conclusiones

El levantamiento de las huellas criminalística en el esclarecimiento de los hechos delictivos en el proceso penal es la etapa más importante de todo el proceso investigativo de un hecho dado que tenga características de delito, demuestra la importancia que tienen cada uno de las huellas en la investigación, que es en esta etapa donde se logra acumular todo el material probatorio que sirve de base a la pretensión punitiva que formula el Ministerio Fiscal ante el Tribunal donde se le imputa o no, la responsabilidad de un hecho a determinada o determinadas personas.

Este trabajo contribuye a la comprensión de la importancia que tienen las distintas huellas obtenidas en el lugar del suceso para determinar la participación delictiva de cada uno de los implicados en el hecho, resaltando como la más importante las huellas dérmicas por constituir una prueba irrefutable para incriminar a los implicados. El perito es quien desempeña un papel fundamental por ser el sujeto que recopila todas las huellas para el sostén de la posterior acusación.

Recomendaciones

  • Elevar la cultura de la población sobre la necesidad de preservar el lugar de los hechos.
  • Coordinar con la Policía Nacional Revolucionaria, para ganar en la concurrencia de la guardia operativa al lugar de los hechos.

Bibliografía

  • Ley de Procedimiento Penal Cubana, editorial Félix Varela La Habana año 2009.
  • Temas de criminalística, colectivos de autores, Dr. De la Torre Hernández Rafael, Dr Febles Brito Osualdo, Ms Remigio Martínez Zareska, Es Pereira Fernández A Julio, Lic Jústiz Dustet Carlos, Editorial Félix Varela La Habana año 2004.
  • Teoría General, Técnicas, Táctica y Metodología Criminalísticas, autor Pereira Fernández Julio, editorial Félix Varela La Habana año 2006.

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Rojas Ramírez Gerardo. (2014, julio 10). Levantamiento de las huellas criminalísticas. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/levantamiento-de-las-huellas-criminalisticas/
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Rojas Ramírez Gerardo. "Levantamiento de las huellas criminalísticas". gestiopolis. julio 10, 2014. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/levantamiento-de-las-huellas-criminalisticas/.
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