La receta para que «no te pille el toro». No Procrastinar…

Te suena la frase: “no sé cómo me las apaño, pero al final siempre se  me junta todo para el último momento”?. ¿O te encuentras  muchas veces diciendo “esto lo dejo para mañana”, y al día siguiente tampoco lo haces, y el día que no queda más remedio hacerlo, viene el estrés del último momento?. Porque estoy segura de que estás acostumbrado a enfrentarte  a cosas difíciles, y hasta te sorprendes de la cantidad de tareas  que has hecho en un mínimo tiempo con un buen resultado; digamos que ha sido una constante toda tu vida. Y a pesar de ello,! Si quieres unos trucos muy básicos que FUNCIONAN  para que esto no te ocurra más, lee atentamente este post.

Este fin de semana,  he  estado  en la  inauguración  de un barco factoría  gigante.    Un proyecto empresarial   muy     interesante   que ha     costado muchos  años  de  desarrollo  y también  una  gran inversión.  Entre  los invitados,  éramos  pocos españoles,  y  muchos islandeses. En una de las conversaciones que manteníamos en inglés, en plan  de broma, una persona dijo una  única  palabra en español:  “mañana”.  Y  es  que  aunque no nos identifiquemos con los tópicos, en algunos foros, los latinos tenemos fama de tomarnos las cosas con  calma y aplazarlas más de la cuenta.

Lo cierto  es  que  en  todo el mundo, independientemente de la nacionalidad, hay  una  tendencia a “procastinar”, o posponer las tareas difíciles. La prueba es que en la literatura sobre estrategia empresarial, de la que hay  mucha en inglés, lo reconocen como un mal a evitar  al objeto de  aumentar la efectividad.

Con  este recuerdo en mente, hoy  me he encontrado con  que en mi  agenda tocaba una tarea que  me  costaba  bastante,  y  mientras  otras  veces  me pongo con  ello, y  doy lo máximo para hacerlo bien y pronto, esta  vez, me resistía.   Como no  sentía   sensación   de urgencia,   ni   de  una  necesidad imperiosa  por   el  resultado,  ya  estaba “dejándolo  para mañana”. ¡No es posible que las previsiones de  mi interlocutor fueran ciertas!”, me he dicho a mí misma. Así que me he puesto manos a  la obra con  la receta que te cuento más abajo y he  hecho lo que  te  comento a continuación.

Pienso que  en la sociedad actual, estamos  todos muy acostumbrados a  trabajar bajo presión. Son comportamientos que he visto en muchos clientes y en mí  misma: se nos exige, o nos exigimos tanto, que se nos acumula el trabajo e instalamos como hábito esta forma de actuar.  Sin darnos cuenta, dejamos las cosas para  última hora, lo que implica trabajar con estrés  de manera  habitual.   En muchos casos es  porque nos hemos  acostumbrado a ello, porque tendemos a   posponer  e inconscientemente  damos por hecho que no vamos a ser capaces de conseguir la misma efectividad sin sentir ese estrés.  Como no es urgente y es difícil, la inercia es a aplazarlo, hasta que no quede más remedio  que  hacerlo.  Estamos tranquilos en  la intranquilidad, y estamos acostumbrados a la química que se genera  con el estrés,  que aunque no es  nada cómoda, es la que reconocemos  como habitual.  Así que  te voy a  dar  unas  pautas  que utilizo yo, y que he aprendido de los mejores mentores, para conseguir la misma efectividad, sin sentir esa sensación de urgencia o agobio.  Si a partir   de ahora, decides   hacerlo siempre así, te aseguro que tu calidad de vida  va  a  mejorar sustancialmente.

Es más, es un auténtico lujo, conseguir los  mismos resultados de siempre, que han sido muy satisfactorios la mayor parte de las veces, (estoy segura de ello) con la diferencia de que ahora también disfrutas el proceso.

  1. Planifica con antelación  en tu agenda,  con   la cabeza fría,  cómo te gustaría hacer las  cosas,  dando  el  tiempo  razonable  para   ello,  con un   pequeño  margen. Te recomiendo que  pongas  primero lo que más te cuesta, la tarea más difícil, la más importante. También escribe cómo lo  vas a celebrar cuando lo hayas terminado.
  2. Por la noche, antes de acostarte, repasa la agenda y fíjate en esa tarea o tareas difíciles que  vas a  hacer al  día siguiente. Mientras dormimos, nuestra mente trabaja y se va preparando   para  lo que  vamos  a hacer  al despertarnos.
  3. Al día siguiente, cuando llegue la hora, ponte a ello sin pensarlo, en los momentos que has estipulado. Está “prohibido” ponerse a hacer otras cosas, aunque los demás sean muy insistentes.
  4. Cuando lo hayas terminado, celébralo como habías planeado. Aunque otros no nos feliciten por nuestros logros, es mucho más importante que nos felicitemos a nosotros mismos.
  5. Repítelo varios días seguidos. Para instaurar un hábito hace falta práctica.

Los beneficios de  hacer las   cosas  de  esta manera  se  sienten desde el primer momento, pues sentirás una sensación de entusiasmo, satisfacción, y motivación y te darás cuenta de  que era  mucho  más fácil que lo que habías  imaginado. Si  con  la  repetición te acostumbras a esta sensación, a partir de ahora, esta sensación de seguridad y confianza, va  a ser la habitual. Es la química  de  la vida  maravillosa  como consecuencia  de estar en  paz  con  uno mismo.  Hazme caso: practica esto  hasta la  saciedad. ¡Es un hábito de las  personas altamente eficientes!

Cita esta página

Cañada Patricia. (2017, junio 20). La receta para que «no te pille el toro». No Procrastinar…. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-receta-no-te-pille-toro-no-procrastinar/
Cañada Patricia. "La receta para que «no te pille el toro». No Procrastinar…". gestiopolis. 20 junio 2017. Web. <https://www.gestiopolis.com/la-receta-no-te-pille-toro-no-procrastinar/>.
Cañada Patricia. "La receta para que «no te pille el toro». No Procrastinar…". gestiopolis. junio 20, 2017. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/la-receta-no-te-pille-toro-no-procrastinar/.
Cañada Patricia. La receta para que «no te pille el toro». No Procrastinar… [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/la-receta-no-te-pille-toro-no-procrastinar/> [Citado el ].
Copiar

Escrito por:

Imagen del encabezado cortesía de jobless_photoman en Flickr