En un artículo titulado “World trade returns to the law of the jungle” (el comercio mundial vuelve a la ley de la selva) el reportero y columnista de político.eu Jakob Hanke sostiene que el comercio mundial volverá a regirse bajo la vieja doctrina realista de las relaciones internacionales, de la realpolitik: “el poder siempre tiene la razón”.
La ley de la Jungla Comercial (Law of the Jungle)
Este argumento se basa en el accionar y enfoque actual del gobierno de Trump sobre el comercio global y las declaraciones de analistas y funcionarios de alto nivel que él cita.
El próximo paso de Trump seria vaciar la OMC, al bloquear el nombramiento de jueces en el Órgano de Apelación, máxima instancia regulatoria de la OMC, que dejaría en coma, en un “impasse” a la organización, con la meta de volver a un sistema de regulación del comercio global como el del GATT, Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (General Agreement on Tariffs and Trade, en ingles) un sistema de negociación basado en la regulación bilateral revisada entre los adherentes que:“permitía que prevaleciera algo más cercano a la ley de la selva. Los países más grandes y los bloques comerciales tenían una capacidad mucho mayor para aplastar con su voluntad a las naciones más pequeñas. Los conflictos eran resueltos por músculo diplomático antes que por una estricta carta de derecho comercial.”
Se nos informa que Alan Wolff, subdirector general de la OMC, admitió en un discurso el lunes 17 de diciembre en Washington que el pronóstico era malo:
-«Un ex miembro del Órgano de Apelación dijo que Estados Unidos estaba asfixiando al Órgano de Apelación. Mi opinión es: es más un suicidio asistido. Pero el resultado es el mismo y no es un buen resultado”.
Conecto la actual crisis de la OMC con un colapso más amplio del orden social y diciendo que era posible argumentar que:
– «los últimos 70 años fueron una aberración. Esa no era la norma. Los principales países van a la batalla entre ellos regularmente», el libre comercio no es la norma, un mundo Iliberal es la norma“.
Volver a un sistema como el GATT es inviable para la estabilidad económica global, porque grandes potencias como los EE.UU. se han vuelto demasiado agresivas para cumplir con las reglas: «¿Cumplirían los EE. UU con la decisión negativa de un panel que no fue vinculante? No lo creo«.
Reflexiones sobra la situación de la OMC
Visto los acontecimientos en pleno desarrollo, algunas reflexiones podrían ser:
Si se realizan las estimaciones en el artículo, las disputas comerciales entre China/EE.UU escalaran y tendrá implicancias en la economía global (desaceleración). EE.UU buscara un sistema de resolución de controversias más favorable, uno parecido al GATT, donde podrá ejercer más presión sobre Beijing.
Todo se trata sobre control. Toda la disputa se basa en el control, el control el partido comunista chino sobre la economía nacional y los efectos del exterior sobre la misma, en contraposición a la voluntad norteamericana de imponer mayor apertura (a sus exportaciones con trato preferencial inclusive , para achicar el déficit comercial, además de reformas en las prácticas comerciales chinas, pautas de propiedad intelectual, etc.) , y según lo ve el partido comunista chino, mayor vulnerabilidad frente a los movimientos cambiantes de la economía mundial, que pueden traer inestabilidad socioeconómica, que puede traducirse en inestabilidad política, y la posibilidad de la pérdida del control del partido sobre su propia población.
- Regreso de la competencia entre grandes potencias: Como venimos sosteniendo, se vislumbra en un mundo multipolar futuro. Habrán verdaderos choques de placas tectónicas y los actores se reacomodarán en el escenario y en sus tácticas.
- La competencia no necesariamente se materializara en un enfrentamiento militar, pero la competencia se expresara en múltiples canales, como la tecnología (geotecnologia) y el comercio/economía (geoeconomía), y movimientos diplomáticos, jugadas geoestratégicas.
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El regreso de la Realpolitik
A medida que esto suceda, aumentaran las prácticas de realpolitik para aumentar los cálculos de poder. El comercio global (¿Alguna vez fue distinto?) se verá cada vez más marcado por la lógica geopolítica de la competencia. El autor de este artículo de análisis informativo sostiene que siempre esta última siempre prevalece sobre la lógica económica/comercial en la mayor parte de las ocasiones.
La historia es abundante en casos de “potencias mercantiles” que no pudieron trasladar su influencia de la esfera económica a la del poder duro y la diplomacia. Por eso sabemos y oímos más de los persas y griegos, que de los fenicios, lo mismo que con los británicos sobre los holandeses, enumerando algunos casos.
El comercio nunca fue realmente libre y basado meramente en reglas económicas, los Estados más poderosos siempre han usado su poder y soberanía, para doblar estas reglas a su favor y aumentar su cálculo de poder, como lo sostuvo el mismo subdirector de la OMC Allan Wolff el comercio siempre ha sido “la ley de la selva”, la ley del más fuerte, el orden liberal nunca existió realmente (más bien fue el orden atlantista impuesto por EE.UU y sus socios en la posguerra, expandiéndose aún mas luego de la caída de la Unión Soviética).
De ahí la importancia aun mayor en los Estados más débiles (“en la periferia”) de controlar los resortes estratégicos de la economía nacional y su vinculación con el mundo por medio de su soberanía (el prof.Gullo nos habla de insubordinación ideológica).
Es de destacar el caso argentino, donde vemos verdaderamente una voluntad aperturista bastante torpe y boba del gobierno de Macri, frente a un mundo que se repliega y se reacomoda, se reagrupa frente a esta nuevas configuraciones, con verdaderas revisiones estratégicas en la inserción internacional.
Una brújula estratégica para Sudamérica
En base a lo anterior las naciones sudamericanas deben fortalecer sus economías internas y sus respectivos poderes nacionales, a la vez que integrarse en un proceso regional de forma que puedan conformarse verdaderamente en un bloque de poder que pueda resistir la voluntad de las grandes potencias de imponerles condiciones desfavorables en el tablero global.
Este proceso y dinámica aun está en disputa y aun sin resolverse. Y sigue siendo un imperativo estratégico y vital.