Vivimos en un mundo en el que los bienes y servicios abundan en grandes cantidades, sin embargo, acceder a ellos nos limita a tener un método de pago. El contexto anterior hace fuerte referencia al consumo, el cual representa una disminución en la cantidad de productos que logramos adquirir. Un colombiano consume diariamente, ya sea en alimentos, transportes, e incluso en entretenimiento (cerveza, viajes, cine, fiestas, entre otros). Sin embargo, muchas veces este consumo no es balanceado, pues se puede producir un consumo excesivo o viceversa. En este orden de ideas, la filosofía tiene mucho que ver, específicamente la ética, que representa una de las ramas de esta ciencia, y que en términos de consumo se puede hacer referencia a una “ética de consumo”.
Cada hogar reporta gastos mensuales por 1,9 millones de pesos en bienes y servicios como alimentación, comida, diversión, educación, salud, transporte y comunicaciones, entre otros, así lo informa el periódico EL TIEMPO (2018). Por ende, es posible pensar que cada acción de un colombiano genera consumo, y que incluso aquellas personas que laboran, como paga respectiva reciben una cantidad de dinero que les permitirá acceder a dicho consumo.
En este sentido, el consumo es el principal indicador de este país, sin embargo, para nadie es un secreto que Colombia experimentó problemas en cuanto a su economía debido a diversos factores que incluso correspondían a otras partes de la sociedad, como la política. Este desequilibro político impactó negativamente los hogares colombianos durante las últimas décadas pues en busca de reducir el déficit fiscal y ampliar la deuda externa, se aplicaron medidas económicas regulatorias para cubrir esta situación.
De este modo, con la ley de financiamiento, específicamente la Ley Nº 1943 28 dic 2018, “Por la cual se expiden normas de financiamiento para el restablecimiento del equilibrio del presupuesto general y se dictan otras disposiciones” (MinHacienda, 2019) el IVA del 13% sobre la mayoría (por no decir todos) los productos de la canasta familiar colombiana entraron en vigor, lo cual significó un impacto en el consumo de los colombianos, ya que en estos términos, cada persona reconsideraba si realmente necesitaba dicho artículo en su hogar, por lo cual el consumo se volvió limitado frente a fechas anteriores en los que el IVA del 13% representaba la adquisición de otro producto, por lo que en cierto modo, este comportamiento se iba relacionando con la ética del consumo.
El consumo colombiano se ve regido bajo tres (3) supuestos: marca, calidad y precio. El primero hace referencia a las empresas productoras y distribuidoras de bienes y servicios tanto dentro como fuera del país, que se encargan de llenar los almacenes y tiendas en donde se puede adquirir estos productos por un monto determinado de dinero. La influencia que tiene la marca sobre el consumo.
“la función de la marca es la de diferenciar e individualizar en el mercado unos productos o servicios de otros productos o servicios idénticos o similares, así como identificar su origen empresarial y, en cierta manera, ser un indicador de calidad y un medio de promoción de ventas. Por lo que la marca es el signo distintivo usado por el empresario para diferenciar en el mercado sus productos o servicios de los productos o servicios de los competidores. (Valera ,2015: p.3)
En cuanto a la calidad, esta representa una relación directa con la marca, y que junto a esta permite aumentar el consumo de un producto. Lo anterior, se entiende en el sentido de que la calidad permite que un producto esté por encima de otro, pues en la mayoría de los casos calidad significa más duración frente a otro de menor calidad.
Así pues, el precio reúne los dos supuestos mencionados en los párrafos anteriores, y representa el principal factor que da lugar al consumo, pues se puede pensar que, sin la existencia de este, el consumo representaría inestabilidad y volatilidad. Entre más alto sea el precio, la probabilidad de consumo disminuye, y en el caso contrario, aumenta. De esta manera, la ética debe tener en cuenta todo lo anterior, es decir la ética es necesaria para un consumo estable y responsable, por tanto, la ética de consumo existe
“La ética del consumo estudia y analiza la forma como se debe consumir y cómo debe ser un consumidor informado; ésta intenta responder a la pregunta sobre qué se debería consumir, para qué se debería consumir y quien debería decidir lo que se consume; además de las consecuencias que debe tener al consumir y las limitaciones que tiene el consumir ilimitadamente” (RNPC, 2019).
Finalmente se puede inferir que, la ética es importante para entender el consumo respondiendo a los interrogantes planteados por el autor en la afirmación anterior, sin embargo, este articulo no pretende resolver estas preguntas pues, como se planteó desde un principio, el punto al que se quería llegar es que la ética es necesaria e importante en el mercado de consumo, y bien, siguiendo la idea sobre ética de Aristóteles, aplicarla en el consumo permite alcanzar la felicidad suprema.
Por ende, los colombianos deberíamos comenzar a practicar con más ímpetu la ética de consumo al momento de consumir, pues al responder las preguntas que esta sugiere, estaríamos evaluando realmente el consumo, y no caeríamos en la tentación de acceder a adquirir un producto apresuradamente y después estar arrepentidos.
Referencias bibliográficas:
- Economía y negocios (2018). En promedio, cada hogar gasta $ 1,9 millones mensuales. Periódico EL TIEMPO. Bogotá, Colombia. Recuperado de: https://www.eltiempo.com/economia/finanzas-personales/gasto-de-los-hogares-al-mes-segun-el-dane-252782
- MinHacienda (2019). Ley de Financiamiento. Ley Nº 1943 28 dic 2018
- Red nacional de protección al consumidor (RNPC), (2019). Ética del consumo. Definición. Recuperado de: http://www.redconsumidor.gov.co/publicaciones/consumo_responsable_pub
- Valera, L (2015). ¿Cómo influye la marca en el consumidor en los productos de consumo no duradero? Estudio empírico entre marcas líderes y marcas blancas.
- Universidad Politécnica de Cartagena. Trabajo de Fin de Grado en Administración y Dirección de Empresas. Colombia, Bogotá. Recuperado de: http://repositorio.upct.es/bitstream/handle/10317/5816/tfg-val-com..pdf?sequence=1&isAllowed=y