Historia de la industria petrolera en México y la reforma energética

La política de apoyo a la organización de los obreros y la fundación de Petromex (después PEMEX), seguida por parte del Presidente Lázaro Cárdenas, fueron los antecedentes más cercanos a la expropiación petrolera. En 1924, tras varios fallidos intentos de huelga reprimidos y disueltos por el ejército, se emplazó a huelga en Tampico contra la refinería «El Águila», en la cual los trabajadores resultaron triunfantes al lograr que la empresa reconociese al sindicato y se concertase la firma de un contrato colectivo de trabajo.

El 16 de agosto de 1935 se constituyó el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y una de sus primeras acciones fue la redacción de un proyecto de contrato en el que se solicitaba una jornada de 40 horas y el pago del salario completo en caso de enfermedad y que pretendía sustituir los distintos contratos colectivos que regían las relaciones laborales en las compañías petroleras, a las que se les envió.

El 3 de noviembre de 1937 se les exigió la firma del contrato colectivo y el 17 de mayo el sindicato emplazó a huelga en caso de no cumplir tal demanda. En los primeros días de junio el sindicato demandó a las compañías petroleras ante la Junta General de Conciliación y Arbitraje. Dicha huelga finalmente estalló el 31 de mayo y se levantó el 9 de junio.

La lucha de los trabajadores petroleros fue bien vista por el Presidente y la población, a pesar de los problemas causados por la escasez de petróleo. En el mes de julio, por indicaciones de la Junta General de Conciliación y Arbitraje, se integró una Comisión de expertos para que investigaran la situación financiera de las compañías petroleras, concluyendo que las ganancias obtenidas por éstas, permitían fácilmente cubrir las demandas de los trabajadores.

Pero para el 8 de diciembre se realizó otro paro de labores al no tener respuesta de la Junta de Conciliación. Para el 18 de diciembre de 1937, la junta dio el fallo en favor del sindicato mediante un laudo en el cual se pidió a las compañías el cumplimiento de las peticiones y el pago de 26 millones de pesos en salarios caídos. Las compañías petroleras interpusieron una demanda de amparo el 2 de enero de 1938 ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que les negó el amparo.

Como consecuencia, las compañías extranjeras se declararon en plena rebeldía y, en respuesta, la máxima Autoridad Judicial emitió su fallo el 1 de marzo, señalando que el tiempo límite para que las empresas pagaran los 26 millones de pesos el 7 de marzo.

Expropiación

El presidente Lázaro Cárdenas tuvo reuniones con las compañías el 3, 6 y 7 de marzo. Según relatos de testigos, en la junta del 7 de marzo cuando el presidente Lázaro Cárdenas solicitó el pago de los 26 millones como una garantía para levantar la huelga, uno de dueños de una de las compañías preguntó «¿Y quién lo garantiza?». «El presidente de la República» contestó Lázaro Cárdenas, a lo cual el dueño respondió «¿Usted?». A Lázaro Cárdenas se le subieron los colores a la cara y dio por terminadas las pláticas.

El viernes 18 de marzo de 1938, las compañías extranjeras, advertidas por personas dentro del gobierno de que el Presidente planeaba algo «fuerte» en contra de ellas, declararon en el último momento estar dispuestas a hacer el pago, pero el Presidente Cárdenas ya había tomado una decisión: a las 10 de la noche declaró la expropiación mediante la cual la riqueza petrolera, que explotaban las compañías extranjeras, tórnese propiedad de la Nación Mexicana. Este hecho fue efectuado de acuerdo a la Ley de Expropiación del 23 de noviembre de 1936 y al Artículo 27 de la Constitución Mexicana.

Las 17 empresas petroleras extranjeras expropiadas fueron: Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, (London Trust Oil-Shell), Mexican Petroleum Company of California (ahora Chevron-Texaco la segunda empresa petrolera global) con sus tres subsidiarias: Huasteca Petroleum Company, Tamiahua Petroleum Company, Tuxpan Petroleum Company; Pierce Oil Company, subsidiaria de Standard Oil Company (ahora Exxon-Mobil, la más grande empresa petrolera mundial); Californian Standard Oil Co. de México; Compañía Petrolera Agwi, SA., Penn Mex Fuel Oil Company (ahora Penzoil); Stanford y Compañía Sucrs.

Richmond Petroleum Company of Mexico, ahora (ARCO); Compañía Exploradora de Petróleo la Imperial SA., Compañía de Gas y Combustible Imperio y Empresas; Mexican Sinclair Petroleum Corporation, sigue siendo Sinclair Oil; Consolidated Oil Companies of Mexico SA, Sabalo Transportation Company; y finalmente la Mexican Gulf Petroleum Company (luego llamada Gulf).

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Consecuencias

El Reino Unido rompió relaciones diplomáticas con México, los Países Bajos y Estados Unidos decretaron un embargo comercial, y retiraron a todo su personal técnico. Estados Unidos dejó de adquirir plata mexicana y dio toda su preferencia al petróleo de Venezuela.

El 23 de marzo se reunieron miles de personas de todas las clases sociales según en una enorme manifestación de respaldo, regalando hasta gallinas para cubrir la indemnización. Las colectas y la emisión de bonos para cubrir la indemnización a las compañías petroleras estuvieron lejos de solucionar el problema económico pero sí constituyeron movilizaciones impresionantes de la opinión pública en apoyo de la nueva situación. Incluso sectores como la Iglesia y los empresarios conservadores, aplaudieron esta decisión. Para muchos, la expropiación significaba un sacudimiento final del imperialismo que por tanto tiempo había sangrado a México, impidiéndole confiar en su propia fuerza y capacidad.

Fueron momentos difíciles para el país ya que se agotaban las reservas de gasolina y no se tenía el conocimiento de cierto compuesto necesario para su sintetización. Se reunió a los mejores especialistas del todo el país para poder descubrir el proceso, y cuando ya iban muy avanzados en la investigación sucede un accidente y muere la mayor parte de ellos sin haber conseguido sintetizar el compuesto. En un segundo intento se reunieron a los estudiantes de química más destacados del Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México y después de muchos esfuerzos lograron sintetizar el compuesto.

Citas del discurso de Expropiación

Las compañías petroleras, no obstante la actitud de serenidad del Gobierno y las consideraciones que les ha venido guardando, se han obstinado en hacer, fuera y dentro del país, una campaña sorda y hábil que el Ejecutivo Federal hizo conocer hace dos meses a uno de los gerentes de las propias compañías, y que ese no negó, y que han dado el resultado que las mismas compañías buscaron: lesionar seriamente los intereses económicos de la nación, pretendiendo por este medio hacer nulas las determinaciones legales dictadas por las autoridades mexicanas.

Se trata de un caso evidente y claro que obliga al Gobierno a aplicar la Ley de Expropiación en vigor, no sólo para someter a las empresas petroleras a la obediencia y a la sumisión, sino porque habiendo quedado rotos los contratos de trabajo entre las compañías y sus trabajadores, por haberlo así resuelto las autoridades del trabajo, de no ocupar el Gobierno las instituciones de las compañías, vendría la paralización inmediata de la industria petrolera, ocasionando esto males incalculables al resto de la industria y a la economía general del país.

Las compañías petroleras han gozado durante muchos años, los más de su existencia, de grandes privilegios para su desarrollo y expansión; de franquicias aduanales; de exenciones fiscales y de prerrogativas innumerables, y cuyos factores de privilegio, unidos a la prodigiosa potencialidad de los mantos petrolíferos que la nación les concesionó, muchas veces contra su voluntad y contra el derecho público, significan casi la totalidad del verdadero capital de que se habla.

Planteada así la única solución que tiene este problema, pido a la nación entera un respaldo moral y material suficiente para llevar a cabo una resolución tan justificada, tan trascendente y tan indispensable. Y como pudiera ser que los intereses que se debaten en forma acalorada en el ambiente internacional, pudieran tener de este acto de exclusiva soberanía y dignidad nacional que consumamos, una desviación de materia primas, primordiales para la lucha en que están empeñadas las más poderosas naciones, queremos decir que nuestra explotación petrolífera no se apartará un sólo ápice de la solidaridad moral que nuestro país mantiene con las naciones de tendencia democrática y a quienes deseamos asegurar que la expropiación decretada sólo se dirige a eliminar obstáculos de grupos que no sienten la necesidad evolucionista de los pueblos, ni les dolería ser ellos mismos quienes entregaran el petróleo mexicano al mejor postor, sin tomar en cuenta las consecuencias que tienen que reportar las masa populares y las naciones en conflicto.

Fracciones del texto leído por el Presidente de la República, General Lázaro Cárdenas, en Palacio Nacional el 18 de marzo de 1938, decretando la Nacionalización de la Industria Petrolera en México

Situación durante la Segunda Guerra Mundial.

Sin la presión de la Segunda guerra mundial, Estados Unidos hubiera impedido la nacionalización para proteger sus intereses. Pero con la guerra mundial en ciernes, el presidente Franklin Delano Roosevelt tuvo más interés en la alianza estratégica con México como un bloque antifascista que en proteger las compañías privadas. A causa del boicot, los únicos compradores de petróleo mexicano eran Japón y Alemania. Sin embargo, a pesar de que la Anglo-Persian Oil Company (Hoy BP) no era una compañía privada sino dependiente directo del almirantazgo (British Admiral) y parte del poder mismo del Imperio británico, en 1941 los Aliados levantaron su embargo sobre el petróleo mexicano debido a la armonía entre Roosevelt y Cárdenas y a una fuerte escasez de este energético causada por la guerra.

El petróleo también fue el motivo por el cual México entró a la Segunda Guerra Mundial, ya que dos de sus barcos petroleros fueron hundidos por submarinos alemanes del Eje. Algunas versiones revisionistas de la historia sugieren que el buque petrolero Potrero del Llano fue realmente hundido por la marina estadounidense, como medida de presión para que México dejara de apoyar a Alemania.

Época Contemporánea.

La Reforma energética puede definirse como el cambio del marco jurídico que permita la participación de empresas privadas y sociales en la generación y distribución de la energía eléctrica, en la extracción y el procesamiento de petróleo, y en la producción de otras formas de energía.

El planteamiento formal de iniciar un proceso de reforma energética en el país se registra en 1999, con la iniciativa de ley que el titular del poder ejecutivo federal presentó ante la Cámara de Senadores, para que se legislara en torno a la privatización de algunas áreas del sector eléctrico y el relacionado con la actividad petrolera.

El 2 de febrero de 1999 el Presidente de la República, Ernesto Zedillo Ponce de León, envió a la Cámara de Alta del Congreso de la Unión, una iniciativa de reforma a los artículos 27 y 28 de la Constitución con el propósito de iniciar la reestructuración del sector eléctrico de México, que abriera espacios a la participación del sector privado en el sector eléctrico actualmente reservado exclusivamente al Estado, y ampliara la participación en la explotación y procesamiento de hidrocarburos.

La Secretaría de Energía estimó que durante los próximos años se requeriría invertir aproximadamente 250 mil millones de pesos en la ampliación y modernización de las plantas de generación y redes de transmisión y distribución de electricidad (el equivalente al 25% del gasto primario del gobierno federal del año 2000).

A cerca de los avances tecnológicos, se argumentó irracionalidad económica la instalación de varias plantas de generación eléctrica en una misma región, puesto que la escala de operación de solo una de ellas podía satisfacer la demanda. Muchos países han impulsado con éxito un cambio estructural en el sector eléctrico, donde la empresa privada en un ambiente de intensa competencia genera y comercializa electricidad de manera creciente.

En cuanto al petróleo, México está perdiendo terreno frente a la competencia internacional fundamentalmente por causas tecnológicas y operativas. Las reservas del petróleo están disminuyendo y hay reservas privadas para poco más de 9 años de producción. La producción ha caído, se extraen 300 mil barriles diarios menos que hace 3 años y se dejan de recibir 100 millones de pesos anuales. 4 de cada 10 litros de gasolinas que consumimos vienen de otros países, porque PEMEX no cuenta con la capacidad necesaria para refinar el petróleo.

Adicionalmente, PEMEX enfrenta un cuantioso pasivo laboral, que no está fondeado, y que crece con velocidad. Si bien esta problemática no es exclusiva de la empresa toda vez que atañe a la totalidad del sector público, constituye uno de los principales desafíos para el futuro del organismo.

El petróleo esta ligado de manera íntima al concepto de nación. A fines del siglo XIX con la Revolución Industrial el petróleo empieza a tener una importancia creciente, debida principalmente a que este recurso es capaz de cumplir con el principio de producir los mejores beneficios para el mayor número de personas. Pero, este principio fue olvidado en el siglo XX, pues se entregaron los yacimientos petrolíferos, no sólo a los inversionistas nacionales particulares sino principalmente a los extranjeros.

Porfirio Díaz argumentó entonces lo mismo que hoy Felipe Calderón; qué la modernización del país requería de las nuevas fuentes de energía, y la única forma de descubrirlas y alentar la producción era permitir la inversión del capital extranjero ya que tenía la tecnología para hacerlo.

Igual que hoy las compañías extranjeras se unieron con la clase política y aparecieron los Mouriño, los Bribiesca, los Nava, los Martínez, los Beltrones, etc. La Pearson hizo miembros del consejo de administración de «El Águila» al hijo de Porfirio Díaz, al gobernador del Distrito Federal, Guillermo de Landa y Escandón, a Enrique Creel, a Pablo Macedo y a otros miembros de la clase política de esa época. Decían también que actuaban en beneficio del país, cuando en realidad actuaban para beneficio de ellos mismos.

Dejaron a un lado el principio básico de la dignidad de todo ser humano. El de respeto y rechazo de toda manipulación: Redujeron los seres humanos a «cosas», como un medio para lograr sus fines personales.

Pero la Revolución Mexicana hizo que los gobiernos de Madero y Carranza fueran contra los intereses de las empresas extranjeras y sus gobiernos. La constitución de 1917 devuelve a la nación la propiedad del petróleo. De todas formas, americanos y europeos no abandonaron sus intenciones argumentando igual que ahora, que sin el capital y la tecnología del exterior, la empresa mexicana era inviable.

Después de la segunda guerra mundial los Estados Unidos vio al petróleo mexicano como reserva estratégica. Con la intención de aprovechar la debilidad económica de PEMEX para forzar a México a dar marcha atrás en su política nacionalista. En pleno entreguismo, en 1948 Miguel Alemán abrió la puerta de servicio a los norteamericanos. Alemán utilizó argumentos similares a los del gobierno actual: era urgente que PEMEX aumentara sus reservas y producción para un mercado interno creciente.

Alemán también anuncio que en virtud de nuevas reservas, y ante las limitaciones de PEMEX, se había tenido que firmar cinco «contratos riesgo» con petroleros norteamericanos para que buscaran petróleo. Como ahora, se dijo que el acuerdo era óptimo, pues México lograba inyectar capital a su actividad petrolera sin que Washington hubiera tenido que prestárselo. Alemán y su clase política se enriquecieron escandalosamente.

Con Fox en la presidencia y Felipe Calderón en la Secretaría de Energía, revivieron los contratos riesgo, ahora llamados «contratos de servicios múltiples» y con duración de 15 a 20 años.

Calderón defendió esta forma de asociar a PEMEX con capital privado externo con los mismos argumentos que en su momento usara Miguel Alemán: PEMEX necesitaba del capital y la tecnología externas para hacer frente a las crecientes y urgentes demandas energéticas de México.

Lo que intentan es «legalizar», aun en contra del texto constitucional, los contratos de riesgo ya concedidos y las operaciones en curso. De esta manera, aseguraría que el gran capital petrolero internacional sea dueño de la producción y transporte de gas, petróleo y refinados, y además un poderosísimo aliado económico y político que continué apoyando a la derecha en México.Lo hacen con un desprecio absoluto del principio general de respeto y más específicamente de los principios de no malevolencia y de benevolencia, y el principio de doble efecto.

Es importante mencionar que México desde 1990 No ha expandido en forma importante su capacidad y su crecimiento es marginal 0.1%.

En la actualidad vivimos una crisis en cuanto a los recursos energéticos con los que cuenta el país, es por eso que urge una reforma energética que beneficie a todos los mexicanos y no a unos cuantos. Así mismo, es importante que esta reforma abarque las diferentes formas de energía, que no solo se relacione la reforma energética con lo que a petróleo se refiere, pues la reforma energética según Alfonso Hickman, ingeniero jubilado de PEMEX y miembro del Grupo Constitución del 17, “debe contener aspectos como el derecho universal al uso de la energía, el uso eficiente y ahorro de la misma, recursos no renovables y renovables, desarrollo armónico de fuentes primarias y secundarias, integración y desarrollo de los ramos petrolero y eléctrico, interrelación con los sectores privados y sociales en temas de transporte e industria, y seguridad y medio ambiente”.

Siendo realistas, las reformas que se están proponiendo por los diversos partidos políticos prácticamente están enfocadas al manejo y explotación del petróleo, y cada partido defiende sus ideales de tal manera que tengan un beneficio propio y político en vez de que sea para bien de la Nación Mexicana.

Primero que nada es importante mencionar la gran importancia del petróleo en la economía de nuestro país, puesto que de él se derivan diversos productos que son de vital importancia a nivel mundial, y que la venta de estos representaría una enorme fuente de ingresos a nuestro país si existiese una reforma hecha a conciencia y sin fines políticos, por lo que sería una buena opción que ésta fuera propuesta por gente especializada en el petróleo, economía, y en la tecnología que se requiere para la refinación del petróleo; por ejemplo investigadores de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

El Camino de PEMEX

Las actuales actividades y los temas que giran alrededor del polémico tema de la reforma energética se han ido agraviando debido a los ánimos partidistas que impulsan las constantes disputas entre los partidos y sus representantes. El verdadero trasfondo del problema es el miedo que arroja el mal manejo de este importante recurso y lo que podría significar para el país esta decisión. Desde 1938, petróleos de México (PEMEX) no ha tenido una reforma consistente que le permita crecer de manera conjunta con el resto de las empresas petroleras internacionales, se ha demostrado de manera fehaciente que la paraestatal no logra crecer de manera sostenida en producción o infraestructura a pesar del sin precedente crecimiento de los precios del petróleo en los últimos años.

Desde que se fijo un precio estándar para la venta del crudo por el Congreso de 49 pesos por barril, la producción petrolera ha ido en decadencia, nuestro pozo mas importante, Cantarell, ha demostrado una reducción en su producción del 1.2% este año y los pozos probados solo han asegurado una producción sostenida para un aproximado de 9.2 años.

Según Hacienda (SAT), por cada peso ganado por la venta del petróleo producido por PEMEX, 49 centavos son cobrados como impuestos y destinados al gasto de la nación, esto significa que tenemos una dependencia presupuestal del 40%, me refiero a que de los ingresos nacionales anuales, el 40% de estos son solo de la venta del petróleo y también, como el otro 60% restante, son destinados al crecimiento y desarrollo del país así como a los diferentes rubros que lo mantienen funcionando, rubros como: educación, salud, infraestructura, seguridad social, etcétera.

Siendo un país tan dependiente de este recuso como lo somos, el gobierno tiene el deber y la obligación de lograr que el país ya sea a mediano o largo plazo, no dependa tanto de la venta de este recurso, esto lo puedo lograr ya sea con un fortalecimiento en el mercado internacional e incrementando la producción del país para ganar más de la venta de los productos que el país produce o impulsando el crecimiento de la infraestructura de PEMEX con el fin de crear las herramientas necesarias que la paraestatal necesita para la transformación del crudo y lograr así la producción de los derivados que el país se ve obligado a comprar al mercado extranjero. Lo que si no puede hacer es cortar por completo y de manera inmediata la venta de este recurso a las potencias extrajeras ya que esta actividad sostiene nuestra economía hoy en día.

Otro tema que se ha tratado con repetida insistencia es la de darle autonomía de gestión a PEMEX, pero como mencione en líneas anteriores, el país tiene una gran dependencia hacia las ganancias que se generan de la venta de crudo, esto quiere decir que si destináramos a PEMEX el resto del dinero que Hacienda le cobra en forma de impuestos, dejaríamos un gran déficit en la economía estatal que habría que llenar de alguna manera y uno de los procesos más rápidos que hay para hacer este tipo de resaneamientos es el de aumentar los impuestos, esto quiere decir que al final, nosotros terminaríamos pagando esta nueva inversión dirigida hacia PEMEX.

De los 22 puntos del PIB anual, un poco más de 8 puntos vienen de la venta de este recurso, y como todos sabemos, basta un solo año con que el PIB no crezca para que a su vez el país no se desarrolle; una reducción en el PIB, por más mínima que esta sea, significa una reducción en el presupuesto nacional y de manera más específica y directa, una reducción en el presupuesto destinado a los rubros mencionados anteriormente, devolver a PEMEX los ingresos que la paraestatal destina a Hacienda para el crecimiento de la nación crearía el vació capital que explique en el párrafo anterior.

El petróleo y la constitución

Desde el punto de vista constitucional, la pregunta no debe ser si la reforma es anticonstitucional sino si la constitución tiene la razón correcta de ser, cualquier herramienta que resulta inadecuada para realizar un trabajo se modifica o se cambia por otra para volverla útil de nueva cuenta. Conforme avanza el tiempo, nuestra constitución se vuelve obsoleta y tarde o temprano tendremos que lidiar con la idea de modificarla y dudo mucho que cuando lo hagamos nos llamemos los unos a los otros traidores a la nación. La constitución fue creada para el beneficio del pueblo mexicano pero en algún momento esta se vuelve obsoleta y hay que hacerle cambios, muchas veces los cambios no nos pueden parecer agradables o completamente beneficiosos, pero cuando las condiciones nos llevan a un marco delimitante en donde nos vemos obligados a aceptar resoluciones que nos ayudan y perjudican de manera simultánea simplemente tenemos que reconocer que ha sido nuestra culpa y afrontar estos cambios.

Debido a todos estos años en los que los diferentes partidos ofrecieron soluciones para contrarrestar este escenario pero no se aceptaron debido a diferencias políticas, económicas o idealistas han llevado a la actual condición de la paraestatal la cual hace casi obligatoria una reforma energética, digo casi por que todavía tenemos petróleo en reservas, pero nos afrontamos a la cruda realidad de ver el capital estatal reducido año con año si no hacemos algo ahora.

La constitución es una herramienta que debe servir a la nación y no la nación a la constitución, esta fue creada para beneficio de los mexicanos y si ahora está ya no está a la altura de las circunstancias debe de ser revisada y modificada. Siempre nos quejamos de que tenemos una constitución obsoleta y que no hacemos suficientes esfuerzos para mejorarla, ahora es uno de esos momentos en los que debemos preguntarnos si de verdad es necesaria esta modificación.

Pero creo que mi labor más concreta con respecto a este tema es la crear conciencia en lo importante que es revisar nuestra constitución de manera más frecuente, los legisladores le hacen constantemente modificaciones ligeras sin tocar las leyes en si, tal vez evitando lo que ahora ha surgido debido a lo que se intenta hacer con la propuesta de reforma, pero esto solo nos indica que vivimos en un México que no está listo para el futuro, vivimos con recuerdos demasiado frescos del pasado, un pasado en extremo nacionalista, un pasado que tal vez nos está impidiendo avanzar de manera saludable a través del tiempo.

Nunca se han preguntado ¿por qué hay países más desarrollados que nosotros si tenemos las mismas capacidades para crecer?, a mi parecer es porque seguimos viviendo en el pasado y nos asusta aceptar el futuro, recordamos los viejos tiempos como los buenos tiempos y queremos que estos vuelvan, preferimos la tranquilidad de lo conocido y nos alejamos del miedo que nos causa la incertidumbre del futuro. También creo que siempre es un buen momento para arriesgarnos a algo nuevo, para mirar nuevos horizontes y descubrir lo que se encuentre mas allá de lo que hemos decidido ver; aplicado a este tema, países como Cuba, China y Brasil, países con un pasado de nacionalismo extremo, han logrado echar adelante su futuro petrolero, todos ellos manejan ayuda de empresas transnacionales y todos ellos han aumentado su productividad en este campo, esto debería crearnos la pregunta de si también nosotros deberíamos permitir la entrada de capital privado para ayudar a PEMEX, por supuesto, se sugiere que esta colaboración sea más limitada que la que los anteriores países aceptan.

Es cierto que la tendencia actual es la de nacionalizar el petróleo, nosotros comenzamos con esta tendencia y nos ha llevado a la actual situación, por la corrupción, por la falta de financiamiento, por las limitantes tecnológicas entre otras, tal vez sería bueno intentar otro enfoque, no necesariamente la entrada de capital privado, pero si uno diferente.

El petróleo y otros países

Como mencione anteriormente, países como Cuba, Brasil, China, Venezuela entre otros han logrado incrementar su producción petrolera con el tiempo y todos estos países obtienen ayuda de compañías petroleras extrajeras. Brasil y PETROBRAS han demostrado y son un ejemplo de sostenibilidad a nivel mundial en materia de compañías petroleras. Esta compañía mantiene colaboración con compañías privadas para actividades como: distribución, comercialización, transporte, permuta de activos, entre otras (compañías privadas tales como Petrobrás distribuidora, Petroquisa, Gaspetro, Transpetro, Downstream, etcétera). Pero no fue siempre así, este tipo de colaboraciones no se dieron hasta 1997 (PETROBRAS nació en 1953) y ya va más de una década que estas participaciones han resultado de gran ayuda para la compañía. Es la séptima compañía más importante a nivel mundial y hoy en día generan una producción diaria de 1,965 millones de barriles y esperan que para el 2008 alcancen los 2,100 millones de barriles.

Cuba y CUPET son otro ejemplo de crecimiento en producción petrolera con la participación de capital privado en distintas áreas, aunque el modelo seguido por Cuba es verdaderamente privatizador debido a que este país entrega un 40% de su producción a la compañía que le ayuda en la extracción del petróleo, aun así, Cuba, en 10 años ha aumentado su producción de crudo 8 veces. Una de las compañías que le ayuda a CUPET es PEBERCAN y está envuelta en la exploración, desarrollo y explotación de los recursos petroleros de Cuba.

China y CNPC (Comisión Nacional de Petróleo de China) al lado de PetroChina y otras corporaciones nacionales privadas reparten utilidades y actividades entre sí, pero PetroChina se ocupa principalmente de las siguientes actividades: exploración, producción, mercadeo, refinamiento, petroquímica y gas natural y se alió con la CNPC en Noviembre 5 de 1999. Otra compañía petrolera a cargo de ayudar a la CNPC es la de Sinopec y sostiene un 50% de las acciones mientras que otras compañías como Saudi-Aramco (Arabia Saudita) y ExxonMobil (E.U.A.) solo tienen entre ellas el 25%. Como podemos apreciar en este caso, también es un modelo privatizador donde estas compañías comparten la propiedad del petróleo de China. Venezuela y Petróleos de Venezuela S.A. al lado de compañías como Shell, BP o Texaco comercializan, mercadean y trasportan productos del petróleo desde 1996 donde gracias a la llamada “apertura petrolera” se les permitió a estas empresas participar en las actividades antes mencionadas ajustándose a las limitaciones que la constitución de Venezuela establecía. Esta competitividad les ha llevado a tener uno de los precios más bajos a nivel mundial en lo que se refiere a gasolina promediando los .045 y los .032 pesos el litro de gasolina para los 95 y 91 octanos respectivamente.

Obviamente todas las palabras escritas en líneas anteriores significaran nada si no logramos tener una cuidadosa revisión de las alianzas con compañías privadas, si dejamos lagunas de ley, si no tenemos cuidado en la redacción, podríamos vernos en aprietos a la hora de negociar términos con estas, podríamos perder la posesión de este importante recurso y nos veríamos en el mismo escenario como en el que nos vimos cuando perdimos TELMEX y Banco de México, por supuesto, este es un pasado que nadie quiere revivir, pero no puedo evitar pensar que tratado con cuidado y meticulosidad, las asociaciones con empresas privadas podrían ser de gran provecho para nuestro país.

El petróleo y Petróleos Mexicanos

PEMEX es una empresa pública paraestatal creada en 1938, cuenta con un monopolio constitucional para la explotación de los recursos energéticos en territorio mexicano, aunque también cuenta con diversas operaciones en el extranjero. Es la onceava petrolera más importante a nivel mundial y con una producción de crudo de 2,100 millones de barriles diarios; aporta 49 centavos de cada peso que gana con la venta de este recurso y soporta el 40% de la economía mexicana siendo el aportador fiscal más grande del país. La producción de la paraestatal se iguala a la de la compañía brasileña PETROBRAS que también es de 2,100 millones de barriles diarios (para finales de este año). Como mencione en el párrafo anterior, PEMEX es una de las compañías más importantes a nivel mundial y se le considera un competidor fuerte en el ámbito petrolero.

¿Pero cuál es el verdadero problema?, el verdadero problema que se le plantea a la paraestatal es el de la reducción de sus reservas petroleras. En lo que va de este primer trimestre del 2008, la producción de barriles de petróleo a decaído 1.2% y se espera que caiga aun mas. Con los volúmenes que Cantarell produciría serian suficientes para mantener el consumo nacional de combustible, pero ya no será posible la venta de este recurso en el extranjero, actividad que es el principal sostén económico de este país.

¿Pero acaso no hay mas pozos?, la respuesta a esta pregunta es, si, si hay mas pozos, pero ahí es donde se encuentra el otro problema. Los pozos con mayor posibilidad de explotación se encuentran en aguas profundas del Golfo de México y hoy por hoy carecemos de la tecnología necesaria para acceder a ellos. El gobierno estima que estos pozos pueden contener alrededor de 30 mil millones de barriles de petróleo, pero según las empresas petroleras Exxon y Shell, hay un 90% de probabilidades de que estén secos. Dado que no contamos con la tecnología para las actividades necesarias de extracción petrolera en estos pozos, solo nos quedan dos opciones; la primera seria rentar la tecnología necesaria a compañías privadas capaces de estas actividades o la segunda que sería dejar que estas empresas y bajo su propio riesgo nos ayuden a explotar estos pozos. Ambas opciones cuentan con sus desventajas, en la primera, sabemos que a la larga, la renta de cualquier equipo es más costosa que la compra y las 4 compañías más importantes que manejan esta tecnología, Exxon, Shell, Petrobrás y Estatoil ya están ocupando estos equipos y si México pactara un acuerdo para el uso de esta tecnología, tendría que esperar hasta el 2010 para disponer de esta. Otro problema que tiene esta opción es el alto costo de esta renta, se calculo que se necesita 1,296 millones de dólares solo para cubrir un año de producción y se requieren al menos 6 años para colocar la tecnología que permita la extracción.

Es por esto que ninguna empresa, ya sea pública o privada entra a esta actividad sola. La otra opción también tiene sus defectos, el primero está en que dejar que entre ayuda de empresas privadas no significa que dejaremos de pagar por sus servicios, claro está que nos ahorraríamos los costos de exploración, pero una vez instalada la maquinaria tendríamos que colaborar de manera conjunta para la extracción de este recurso. Lo que se plantea es que el pago de esta colaboración sea en monetario y no en crudo, prohibiendo así que la compañía que nos ayuda con esta actividad adquiera más ganancias de las acordadas, pero permitiéndonos a nosotros explotar todo el petróleo.

Otra de las dificultades que nacen de la segunda opción es que el pasado de México con respecto a la entrada de empresas privadas es desmoralizante; debido al mal manejo de estas empresas y por el descuido de los anteriores gobiernos hemos perdido empresas estatales a manos de particulares y el miedo generado por estos hechos crea problemas con solo nombrar la palabra “privado”, dado que no hemos tenido un buen ejemplo de participación de este tipo, se nos hace difícil dejar de pensar que perderemos la propiedad del petróleo.

Por eso la decisión correcta está en manos de los mexicanos, ambas tienen desventajas y ventajas, pero debemos decidir cuál de las dos conviene más a México, fuera de visiones políticas o partidistas, haciendo oídos sordos a aquellos que se señalan los unos a los otros y se descalifican, ya somos un país de grandes decisiones y si no aprendemos a tomarlas un día nos encontraremos con la vergonzosa realidad de que en verdad nos manipulan y que nuestra opinión de nada cuenta.

Partidos Políticos

¿Tenemos el futuro del país en las manos correctas?

Los pasados y actuales sucesos políticos y partidarios han logrado dividir al pueblo mexicano en diversas facciones y todas ellas tienen una rivalidad entre sí solo por tener posturas diferentes. ¿Acaso podemos decir que esta rivalidad se debe porque pecamos de altruistas?, desde mi punto de vista, pecamos mas de orgullo y necesidad que de buena voluntad.

Tendemos a elevar al grado de dioses o héroes a aquellos que comparten nuestro punto de vista y que tiene el valor de expresarlo, de manera contraria, tildamos de traidores y blasfemos a los que no comparten nuestro punto de vista; olvidamos que todos somos México y que en una vida en sociedad siempre habrán opiniones contrarias, no se trata de combatir las diferentes posturas, se trata de estudiarlas, de analizarlas y de aplicar las mas benéficas, de amalgamar las soluciones para hacer una solución que sea positiva y útil.

En la actualidad, el conflicto sobre la reforma energética, más específicamente, sobre la propiedad y el futuro del petróleo, ha dividido a los partidos y los ha convertido en enemigos acérrimos, olvidando así la verdadera meta que da razón a su existencia, «el bien común y el futuro del país». ¿No se pueden acaso amalgamar las propuestas más benéficas y hacer de estas un solo proyecto de reforma?

Si he de pronunciar una opinión personal acerca de los actuales acontecimientos, tendría que llamar la atención a los 3 principales partidos políticos del país.

Al PRD le hago un atento llamado para que tome conciencia del poder que ahora ostenta y de la responsabilidad que este conlleva; la obligación de un partido de izquierda no es solo la de velar por el bien de la gente que representa, sino también de respetar a aquellos que no representa. Insiste en llamar «resistencia pacífica» al movimiento que lideran, pero violentan os derechos y libertades de las demás personas que no comparten su punto de vista. No solo la violencia física es violencia y hay maneras de expresar desacuerdo o descontento de maneras más civilizadas. Ya no vivimos en tiempos violentos y no cabe en la actual sociedad comportamientos como los que este partido ha demostrado.

El PAN, como actual partido en el poder, tiene la obligación no solo de proponer, sino también la de escuchar y de tomar en cuenta las diversas opiniones; no debe de jactarse de pacifista si violenta la libertad de expresión de los demás por no compartir el mismo punto de vista, no debe autonombrarse de protector del país si su opinión no refleja la completa opinión de este. Debe de recordar que en el pasado sufrió de falta de voz por ser considerado un grupo minoritario y no debe de poner estas mismas cadenas a las demás minorías. Por último, debe de olvidar razones partidistas y enfocarse en el beneficio del país, no debe defender su propuesta solo porque es «suya», debe fortalecer su propuesta y de enriquecerla, hacerla de todos, hacerla «nuestra».

Al PRI hacerle un llamado para que actúe como mediador, que tranquilice los ánimos y que ayude a acelerar este proceso, que colabore para que de manera conjunta se haga un proyecto de propuesta útil y benéfica. Por lo antes dicho, también tiene la labor de plantear una propuesta de reforma eficiente, real y unificadora, una reforma capaz de potenciar al país y sacarlo de su letargo.

En fin señores legisladores, poneos a trabajar que para eso les pagamos y sacad una reforma que beneficie a México y a los mexicanos. Salud pues.

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Lara Martinez Octavio Rolando. (2008, agosto 6). Historia de la industria petrolera en México y la reforma energética. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/historia-de-la-industria-petrolera-en-mexico-y-la-reforma-energetica/
Lara Martinez Octavio Rolando. "Historia de la industria petrolera en México y la reforma energética". gestiopolis. 6 agosto 2008. Web. <https://www.gestiopolis.com/historia-de-la-industria-petrolera-en-mexico-y-la-reforma-energetica/>.
Lara Martinez Octavio Rolando. "Historia de la industria petrolera en México y la reforma energética". gestiopolis. agosto 6, 2008. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/historia-de-la-industria-petrolera-en-mexico-y-la-reforma-energetica/.
Lara Martinez Octavio Rolando. Historia de la industria petrolera en México y la reforma energética [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/historia-de-la-industria-petrolera-en-mexico-y-la-reforma-energetica/> [Citado el ].
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