La tecnología no es lo primordial si antes no se cuenta con una cultura adecuada para sacarles el mejor provecho, por lo que los responsables de las organizaciones deben preocuparse por la capacitación de los trabajadores antes de introducir las mismas.
La actual revolución científico técnica, el overflow de información, y la globalización de las economías, provocada por la aparición del Internet, ha dado lugar a que el conocimiento se haya convertido en un factor emergente y diferenciador entre la pobreza y la riqueza, el cual ha traído consigo la aparición de una nueva disciplina para su administración, distribución y uso; la Gestión del Conocimiento.
Ahora, ¿Qué es la Gestión del Conocimiento?
Existe una gran variedad de conceptos dados, por distintos investigadores, a la Gestión del Conocimiento; pero todos concuerdan en que la Gestión del Conocimiento es un proceso continuo de adquisición, distribución (en tiempo y forma a los que la necesiten) y análisis de la información que se mueve en el entorno de la organización para hacer más inteligente a sus trabajadores (entiéndase como más creativos e innovadores) y de esta forma ser más precisos en la toma decisiones, dar una respuesta más rápida a las necesidades del mercado, obtener un desarrollo sostenible y ser más competitivos en este entorno tan turbulento, cambiante y lleno de incertidumbre.
Si bien puede parecer una actividad reciente, la Gestión del Conocimiento siempre ha sido factor decisivo en el surgimiento de civilizaciones y organizaciones. Por lo menos durante 60.000 años, los hombres de Cro-Magnon vivieron simultáneamente con los de Neandertal. Hace unos 30.00 años estos desaparecieron. ¿Por qué sobrevivió una especie y la otra pereció si ambas se servían de herramientas y de lenguajes? Los hombres de Cro-Magnon tenían un calendario lunar y correlacionaron este transcurso de los días con los hábitos migratorios del bisonte, el alce y el ciervo rojo. Esta percepción quedó documentada en pinturas rupestres y en series de 28 muescas en astas de venados. El hombre de Cro-Magnon aprendió que le bastaba ponerse al acecho ciertos días, jabalina en manos, en el paso de un río, mientras que el de Neandertal dispersó sus recursos y hombres en busca de encuentros ocasionales. Asignó mal sus recursos y desapareció.
Pero ¿cómo consiguió el hombre de Cro-Magnon los conocimientos sobre los hábitos migratorios? Sin duda mediante múltiples observaciones realizadas por diferentes individuos en diversas etapas. ¿Qué hubiese sucedido si el primer hombre de Cro-Magnon que observó los hábitos migratorios de los animales no hubiese comunicado su observación a sus congéneres? El conocimiento se habría perdido con él y otros de Cro-Magnon habría tenido que comenzar de nuevo, desde el principio.
- El hombre de Cro-Magnon utilizó los métodos tecnológicos disponibles en ese momento –pinturas y astas de venado -para transmitir sus conocimientos a sus descendientes.
- Con el tiempo acumuló los conocimientos de múltiples observadores, llegando a poder planificar sus actividades de caza cada vez con mayor eficiencia.
- El resultado final fue que el hombre de Cro-Magnon fue mucho más competitivo que el de Neanderthal, y consiguió triunfar en un mercado donde lo que estaba en juego are la supervivencia.
Después de esta anécdota cabe hacer la siguiente reflexión: Muchas personas piensan que en la automatización o introduciendo las tecnologías de las telecomunicaciones y la informática en la organización, si que antes no se halla arraigado una cultura de sacarles el mejor provecho a las mismas, está la solución de todos los problemas de la organización; esto es un grave error.
Es cierto que las computadoras aceleran el trabajo y permiten que el conocimiento se expanda por toda la organización o por el mundo con mayor rapidez, y que en el curso de estos últimos cuarenta años las organizaciones han invertido miles de millones de dólares para automatizar las tareas que antes se hacían manualmente. Sin duda la automatización permite realizar algunas tareas más rápidamente; pero, en el fondo están haciendo los mismos trabajos y eso significa que no ha habido mejoras fundamentales en los rendimientos y también cuando no se hace un buen uso de las mismas pueden ser perjudicial para las organizaciones ya que pueden contribuir a la creación de barreras y obstáculos al aprendizaje, innovación y creatividad, derivado de su desventaja más significativa, aíslan al hombre de la sociedad y aparece una gran barrera entre los amantes de las de las mismas y los apáticos, que en la mayoría de los casos son los que tienen el conocimiento implícito más importante.
Pienso que en esta nueva era económica, donde cada vez más los errores son imperdonables, las organizaciones antes de introducir estas tecnologías, deben primeramente preocuparse por crear una cultura organizacional que facilite que se comparta el conocimiento y cuando esto se logre entonces hacer ver que las tecnologías son el mejor medio para lograr esto; primero la necesidad o el problema y después la solución, y no como sucede en la mayoría de las ocasiones, el medio y después vemos para que nos pueda servir. ¡Las nuevas tecnologías de las telecomunicaciones y la informática son una herramienta y no una moda!
Esta nueva era se diferencia de las otras en que mientras en la economía agraria, la tierra determinaba quién ganaba y quién perdía, y en la economía industrial, la súper conocida cadena de valor de M. Porter era la base de la competitividad, en la “economía Internet” las nuevas reglas son creadas por el conocimiento, el tiempo y la información. Una parte cada vez mayor de las actividades económicas está concentrándose en la creación, manipulación y distribución de información. Por lo que si todo lo que se hace e invierte no esté encaminado en función de estos aspectos, se puede afirmas que se está jugando con el futuro de la organización.
Todo esto ha traído como consecuencia, que la competitiva lucha se hace más rigurosa en condiciones de un extraordinario incremento de la productividad del trabajo que se refleja en los costos y en la calidad de productos. En la competitividad crece el papel de las ventajas competitivas creadas en relación con las ventajas naturales.
Quien iba a decir que hace 30 años atrás que las pequeñas y medianas empresas con fuerza de trabajo reducida y sin una larga historia; pero con un alto nivel de calificación iban a desplazar, como tendencia, a las tradicionales grandes empresas de abundantes mano de obra, por lo general poco calificada, con un alto nivel tecnológico; por lo que la calificación del personal se convierte en la principal ventaja de las empresas, hasta el punto que el principal factor para medir el valor de las organizaciones en la actualidad es su capital intelectual (sus recursos humanos, su relación con los clientes y sus estructuras organizacionales.)
Para concluir podemos afirmar que la tecnología no es lo primordial si antes no se cuenta con una cultura adecuada para sacarles el mejor provecho, por lo que los responsables de las organizaciones deben preocuparse por la capacitación de los trabajadores antes de introducir las mismas, debido a que nos ha tocado vivir en una época en la que la capacitación constante del personal se ha convertido en una ventaja competitiva.