Para quienes no conocen esta famosa y muy simple herramienta, se las explicaré brevemente (igual, repito, no reviste ninguna complejidad conceptual).
Consiste en realizar un análisis sobre cuatro conceptos bien definidos: las Fortalezas, las Oportunidades, las Debilidades y las Amenazas. De allí que su nombre es FODA.
Cada concepto representa un doble análisis: por un lado, si responde al interior o exterior de la empresa, emprendimiento, o hasta persona; y por el otro, implica si es un factor o aspecto positivo o negativo según el criterio de valor de la empresa o persona y su entorno (el mercado, la competencia, los clientes, etc.).
Gráficamente podemos resumir el análisis FODA transformándolo en una simple matriz de dos entradas como la que vemos aquí a la izquierda.
Para quienes han utilizado alguna vez esta herramienta saben que es extremadamente simple de comprender y aplicar.
Pero en esta ocasión quiero que nos preguntemos si la información que el FODA nos ofrece resulta ser consecuencia de un análisis: estático o dinámico, es decir: tomar una foto o grabar un video, mirar un instante en particular o analizar su pasada o futura evolución.
Claro está que si nos quedamos únicamente con la definición de FODA que hicimos más arriba, dudo que alguien se atreva a aseverar que es “dinámico”. Además, si bien puede resultar útil tomar una instantánea, no hay nada mejor que poder entender las tendencias e, incluso atreverse a poder pensar cómo será el mañana.
FODA permite ser leído desde otros aspectos, generando un clarísimo enfoque dinámico.
¿Cómo se hace?
En primer lugar puede pensarse la “dinámica” como la mera agregación de varios FODA en distintos momentos y hacer un análisis de la comparación (horizontal) sobre la evolución, positiva o negativa.
Otra mirada, a mi criterio, mucho más profunda (y útil) es comprender en qué consiste la dinámica que el propio modelo encierra.
Hay que tener muy presente que las variables que se estudian no se pueden entender solamente en el presente. Las fortalezas y debilidades, como aspectos internos, seguramente son en su totalidad presentes. Por el contrario, oportunidades y amenazas, sujetas a fuerzas del entorno (pocas veces al alcance de la influencia del “interior”) se vinculan en eventos tanto del presente como del futuro. Siendo quizás algo filosóficos, las oportunidades y amenazas son positivas o negativas en sentido teórico, en sentido práctico no tienen influencia de ningún signo hasta que se producen y allí, en función de las previsiones tomadas con anterioridad se efectivizan como fortalezas o debilidades. Es por eso que hay que entender los aspectos externos (oportunidades y amenazas) como futuros aspectos internos (fortalezas y debilidades).
El FODA puede ser analizado como un modelo a optimizar, es decir, maximizar o minimizar, según el caso, mejorando nuestro alcance de los objetivos propuestos. Ellos, en términos generales podrán ser dos:
1.Minimizar los aspectos negativos (debilidades y amenazas).
2.Maximizar los aspectos positivos (fortalezas y oportunidades).
En cada caso podemos dar un paso más y decir:
1.Minimizar los aspectos negativos, teniendo como eje evitar que las amenazas se conviertan en debilidades. Es decir, evitar que lo externo pase a lo interno.
2.Maximizar los aspectos positivos, enfocados en promover que las oportunidades se traduzcan en fortalezas. Promoviendo que lo externo se ubique en el interior.
De esta forma, definimos objetivos mucho más claros (considerando ambas variables del modelo: positivo/negativo e interno/externo) que son bases sólidas para desarrollar modelos estratégicos a corto, mediano y largo plazo.
Hasta aquí los objetivos genéricos los podemos resumir como:
1.Evitar que las amenazas (externas) se asienten como debilidades (internas).
2.Capitalizar las oportunidades (externas) en fortalezas (internas).
Seguramente piensa lo mismo que yo y, rápidamente, podemos completar estos objetivos genéricos de la siguiente forma:
1.Evitar que las amenazas (externas) se asienten como debilidades (internas).
2.Transformar las debilidades (negativas) en fortalezas (positivas).
3.Anticiparse e influir sobre las amenazas (negativas) para convertirlas en oportunidades (positivas).
4.Capitalizar las oportunidades (externas) en fortalezas (internas).
El foro de atracción se nota en las Fortalezas. El objetivo central es maximizar los aspectos internos-positivos. Para ello mejorar lo interno-negativo (debilidades), y lo externo-negativo (amenazas) convertirlos en positivos (oportunidades) y así llevar desde el exterior al interior lo favorable.
Como conclusión quiero remarcar la importancia y la utilidad de esta tan simple y, por ello, muchas veces, despreciada herramienta. A la hora del planeamiento y la definición de estrategias es un poderoso simplificador de la realidad y sienta las bases para un análisis más ordenado y “pensado”. Aprendamos a sacarle su máxima utilidad, que les aseguro no tiene límites.