Quiero proponer en este espacio una sencilla técnica de creatividad que podría usarse en organizaciones necesitadas de ideas que refresquen su repertorio de acciones o iniciativas.
Pensemos en una organización que desea hacer cambios en su cartera de productos o, cuando menos, introducir variantes en los ya existentes. Para ello, dividamos esta propuesta en tres.
1. Estire, adelgace, dilate:
Imagine su producto como un trozo de masa flexible, como arcilla, plastilina o goma de mascar. La característica principal de estos elementos es, justamente, su elasticidad o plasticidad. Podemos alargar o extender esta masa, dentro de ciertos límites. Entonces, ahora piense en cómo hacer llegar su producto a más personas. Esto significa que tal vez pueda dotarse al producto de otro formato o dimensiones que lo hagan accesible a un segmento más general o amplio del mercado, esto es, del público consumidor. Esto trae, en paralelo, la posibilidad de una presentación con un precio de venta más cómodo. Asimismo, este planteamiento encierra la posibilidad de explotar aquellos canales que hasta la fecha no se han empleado. Identifique igualmente qué característica es valorada por un amplio sector del público, que quizá se encuentra en su producto y puede ser comunicada más enfáticamente.
2. Corte, divida, segmente:
Haga ahora lo inverso con esta masa imaginaria. Córtela en varios trozos o fragmentos pequeños. Traducido al mundo real, esto significa que debe pensar en cómo llegar a aquel segmento o aquellos segmentos a los que hasta ahora no se ha llegado o entre los que se ha tenido un éxito marginal. Idee, previo estudio de mercado, las características que harían atractivo su producto para tales sectores. Quizá esto signifique invertir para dotar a la nueva versión de características especiales pero altamente valoradas por sus potenciales destinatarios.
3. Rodee, circunde, abrace:
Ahora visualice su masa como una forma delgada y larga, como una serpiente. Con ella puede formarse una forma circular y cerrada o un espiral. Ya en concreto, esto debe llevarle a agotar todas las opciones de acercamiento a sus segmentos objetivos, como tiendas específicas u otros canales de promoción, como venta por teléfono o correo electrónico masivo.
En conclusión, las metáforas son un recurso creativo interesante y potente. La clave radica en emplearlas convenientemente para beneficio de la organización.