Piensa en una conversación que has estado posponiendo. ¿Ya la tienes? Qué bien. Entonces vamos a empezar a desglosarla para ver los inconvenientes que se presentan. Iniciar una buena conversación, es crucial, difícil e importante, sobre todo, en aquellos momentos en los que sabes que debes hablar con alguien, pero no lo haces. Tal vez has tratado pero te fue mal o tienes miedo de que si hablas empeorará la situación. Sin embargo, se crea una sensación de que estas atrapado y que te gustaría liberar esa energía que tienes atascada para mejorar la relación con la otra persona.
Te voy a presentar una breve lista de estrategias para mejorar esta práctica, es una serie de los puntos que debes tener en cuenta cuando entres en acción, y pienses antes de entablar una conversación, y estas sugerencias, te podrán ayudar a mantener enfocada tu energía y que fluya de manera natural.
Hay un tema que es crucial. Tú tienes más poder de lo que piensas.
– El trabajo sobre ti mismo. Como prepararte para una buena conversación.
Antes de comenzar una conversación, hazte las siguientes preguntas:
1- ¿Cuál es tu propósito para iniciar esta conversación? ¿Qué esperar lograr? ¿Cuál sería el resultado ideal para ti?
Mira los propósitos ocultos. Tú puedes pensar que tienes metas honorables, como tratar de enseñar algunas tareas a un empleado o mejorar la relación con tu hijo, pero tu lenguaje es demasiado crítico o condescendiente. ¿Crees que quieres ayudar a mejorar la relación, pero terminas castigando? Algunos efectos son más útiles que otros. Trabajar sobre uno mismo, para entrar en una conversación con una postura de apoyo, se necesita despertar ciertas cualidades dentro de cada persona.
2- ¿Estás haciendo suposiciones sobre las intenciones de la otra persona?
Te puedes sentir intimidado, despreciado, ignorado o marginado, pero ten cuidado con estos supuestos porque no siempre son las verdaderas intenciones de la otra persona. Este impacto no es necesariamente la intención de igualdad.
3- ¿Qué actitudes tuyo están siendo empujadas hacia el exterior? ¿Eres más emocional de lo que la situación lo amerita? Dale un vistazo al “trasfondo” de esa circunstancia. ¿Qué historia personal se ha disparado a la superficie con tus emociones? Todavía puedes tener esa conversación, pero toma consciencia de que algunos estados emocionales tienen que ver, en su mayoría, contigo.
4- ¿Cómo percibes tu actitud cuando se está desarrollando esa conversación? Si crees que la charla va a ser terriblemente difícil, probablemente lo será. Si consideras que pase lo que pase, vas a sacar en limpio algo bueno de ella, sin dudas que será el caso. Trata de ajustar tu actitud para alcanzar el máximo de eficacia de tus emociones.
5- ¿Quién es el adversario? ¿Qué podría estar pasando en esa situación? ¿Eres consciente del problema? Si es así, ¿Cómo crees que la otra persona lo percibe? ¿Cuáles son tus necesidades y tus temores? ¿Qué solución crees que tú sugerirías? Comienza a replantear a tu oponente como un socio.
6- ¿Cuáles son tus miedos? ¿Hay alguna preocupación que sea en común con la otra persona? ¿Podría suceder?
7- ¿Cómo has contribuido para que se produzca ese problema entre ustedes? ¿Cómo ha reaccionado la otra persona?
4 pasos para alcanzar un resultado exitoso.
La mayoría de los trabajos, en cualquier tipo de conflicto dentro de una conversación, debe comenzar dentro de ti. No importa lo bien que comience la conversación, tendrás que sostener esa postura, tu propósito y tu energía emocional, en el mismo estado de cómo se inició. Respira profundo, céntrate, mantiene esa posición, y cuando te desvíes, opta por regresar a ella. Aquí es donde radica tu poder. Al elegir la calma, ayudas a tu oponente o compañero a ser más centrado. Focalizarte no es un paso, sino es concentrarte en cuál es la finalidad de esa conversación.
El primer paso es “La Investigación”
Cultiva una actitud de descubrimiento y de curiosidad. Haz de cuenta como que no sabes nada, pero en realidad no lo estás haciendo, y trata de aprender tanto como te sea posible acerca de tu oponente, pareja, amigo o compañero y cuál es su punto de vista sobre ese tema en conflicto. Imagina que estas entreteniendo a un visitante extraño y averigua como son las cosas en donde él vive. Pregúntale ¿Cómo lo afectan ciertos eventos? ¿Cuáles son sus valores y prioridades?
Observa su lenguaje corporal y la energía que emite. ¿Qué es lo que realmente quieres? ¿Qué es lo que no estás diciendo?
Deja que la otra persona hable hasta que termine. No interrumpas, excepto para asentir lo que está diciendo. Cualquier cosa que oigas, no lo tomes como algo personal. Quizás no se está refiriendo a ti. Trata de aprender tanto como puedas en esta fase de la conversación. Espera tu turno para intervenir. No apresures las situaciones.
El segundo paso es “El Reconocimiento”
El reconocimiento significa que demuestres que has escuchado y comprendido todo lo que la otra persona te quiere expresar. Trata de entenderla y que sienta que los argumentos que te expuso, juegan a favor de él. Adivina cuáles son sus esperanzas y cuida su honor. El no cambiará a menos que vea donde se encuentra parado. En esto no siempre hay garantías, porque también depende de las creencias y sentimientos para que modifique su actitud hacia ti.
Reconoce todos los puntos de la conversación que consideras que estás de acuerdo, incluyendo tu actitud defensiva. Después puedes decidir cómo abordar el tema. Te doy un ejemplo, una vez tuve una discusión con un amigo que me dijo: “me doy cuenta de que estoy a la defensiva contigo, pero creo que es porque estás hablando en un tono fuerte y parecía que estabas enojada. Solo quiero hablar de este tema, no quiero convencerte de que decidas nada ni que tomes alguna dirección”. El reconocimiento ayuda a que la persona vuelva a centrarse en el tema y en las intenciones que tenía al entablarla.
El reconocimiento puede ser difícil, si lo asocias a que estas realizando un acuerdo con la otra persona. Trata de mantener estos temas separados. Puedes decir algo como “esto suena como que es algo importante para ti” o “lo que me estás expresando no quiere decir que voy a tomar la misma decisión que la tuya”.
El tercer paso es “La Promoción”
Cuando sientas que tu oponente o tu compañero ya termino de expresar todo lo que tenía para decir sobre ese tema, es tu turno para dar tu posición. ¿Qué puedes apreciar desde tu punto de vista que has perdido? Esto te ayudará a clarificar cual es la posición que debes tomar. Por ejemplo: “De lo que me has dicho, puedo llegar a la conclusión de que quizás sienta que no soy parte del equipo. Pero si lo soy. Cuando se presenta un problema con un proyecto, estoy pensando en el éxito a largo plazo. Mi crítica no es destructiva, aunque suene como tal. Tal vez podamos hablar acerca de cómo podemos abordar esta cuestión para que veas cual es mi real intención sobre el tema”.
El cuarto paso es “Practicar y practicar”
Ahora estás listo para comenzar a construir soluciones. Puedes tener una lluvia de ideas y la investigación te puede resultar muy útil. Pregúntale a tu oponente o compañero, lo que él está pensando y como podría funcionar sobre el tema en conflicto. Diga lo que diga, encuentra algo que te guste y construye soluciones en base a eso. Si la conversación se transforma en contradictoria, vuelve al paso de la investigación. Pedir a la otra persona que exprese su punto de vista, le crea seguridad y lo anima a participar. Si tú has tenido éxito en centrarte, ajústate a esa actitud y al compromiso de la investigación. Crear soluciones sostenibles te resultará fácil.
Crear buenas conversaciones es todo un arte, y como tal, se necesita practicar continuamente para adquirir esta habilidad.
Algunos consejos adicionales:
– Obtener un resultado exitoso dependerá de dos cosas: una es, cómo es la situación y lo que tú expresar en ella. ¿Cuándo tú entablas una conversación estás centrado, tienes una actitud curiosa o resuelves los problemas? La actitud que tomes, influirá en gran medida, el rumbo que tomará la conversación.
– Trata de reconocer cuál es tu energía emocional y la de tu compañero, y dirígela hacia un propósito útil.
– Conocer tu postura, te permitirá regresar a tu finalidad en los momentos difíciles.
– No tomes los ataques verbales como algo personal. Ayuda a tu oponente a que regrese al tema por el cual se reunieron.
– Practica la conversación con un amigo, antes de que la lleves al plano real.
– Sostén practicas mentales de esa conversación. Ver las distintas posibilidades y visualizándote que puedes manipularla, te ayudará a buscar las soluciones al inconveniente que tienen entre ambos.
¿Cómo se puede comenzar una conversación?
Una de las preguntas más comunes es ¿Cómo se puede iniciar una conversación? Aquí están algunas pautas que se pueden utilizar como iniciadores de una conversación y que te pueden resultar muy útiles.
– Tengo algo que me gustaría discutir contigo y creo que podría ayudar a trabajar juntos de manera más eficaz…
– Me gusta hablar de…… contigo, pero primero me gustaría saber cuál es tu punto de vista sobre….
– Necesito tu ayuda con lo que acaba de suceder. ¿Tienes algunos minutos para hablar?…
– Necesito tu ayuda con algo. ¿Podemos hablar sobre ello? Si la persona dice: “claro, no hay ningún problema”, entonces continúa expresando lo que necesitas.
– Creo que tenemos diferentes percepciones acerca de…….. Me gustaría escuchar cuáles son tus ideas sobre esto.
– Me gusta hablar de……………………. Creo que podemos tener diferentes ideas acerca de cómo…………….
– Me gustaría ver si podemos llegar a un mejor entendimiento acerca de……………. Tengo muchas ganas de escuchar tus sentimientos sobre esto y también compartir cual es mi punto de vista.
Luego escribe cuáles podrían ser las distintas posturas que tomaría la otra persona, y ver que sentimientos te produce cada una de ellas, así podrás entablar una buena conversación. Pero sobre todo, que llegues a un buen entendimiento de cuál es la finalidad de ese evento. Siempre trata de ser objetivo y respetuoso con la otra persona. Recuerda que tener otro punto de vista, no quiere decir que esta errado, sino que ve las cosas desde la otra acera. Focalízate en tu energía y trata de llevar la conversación hacia el camino que tú deseas.