Ciencia democrática y periodismo científico

La disciplina científica es fuente de tenebrosidad en la sociedad actual. Circunstancia que se acentúa en España de un modo especial, teniendo en cuenta que los medios de comunicación informan escasamente sobre materias relacionadas con el campo del conocimiento, y cuando así lo hacen, pecan a menudo de ambigüedad.

Borrat afirma que las fuentes de carácter científico-técnico se convierten en ocasiones en “resistentes”. Esta característica, dice Borrat, les otorga a su vez la necesidad de encontrar a un periodista que tenga credibilidad. Pues bien, siguiendo su teoría, podríamos deducir de este modo que la Ciencia necesita al Periodismo y viceversa, con el fin claro de que el ciudadano tenga conocimiento de materias en las que él sea el auténtico protagonista. Con ello, me refiero a que la divulgación del campo científico no debe ceñirse a ofrecer unas pinceladas sobre el hecho noticiable, sino que la transmisión de esta información debe hacerse en profundidad, con la consecuente explicación del desarrollo de la investigación.

Esto es, no sería suficiente con explicar que la Fundación Científica de la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer) ha puesto en marcha un proyecto de investigación denominado “Diseccionando las bases genéricas del cáncer hereditario”, dirigida por el Doctor Javier Benítez, sino que habría que argumentar al público que este plan está basado en el estudio de muestras derivadas de pacientes que adolecen de la enfermedad, con el fin de conocer las causas de la misma. Pero hay que incidir en que no solo se trata de conocer los orígenes, sino que este proyecto concluirá con la idea de establecer unos parámetros de prevención ante la dolencia. Y esto, verdaderamente, es la esencia de la difusión de la información científica, su repercusión directa en la sociedad. Así mismo, sería interesante llevar a cabo una continuidad informativa en este sentido, con la idea de que el público sea consciente de la manera en que se desarrolla dicha investigación. En este sentido, cabe destacar una frase del comunicador científico Daniel Prieto Castillo, quién en una entrevista sentenció que lo que nunca se debe hacer en el periodismo científico es olvidarse del público. Sobran las palabras.

Por otra parte, y en materia de comunicación organizacional, son muchas las instituciones y empresas relacionadas con el área de la Ciencia, la Tecnología, o la Salud que gozan de gabinetes proveedores de información. Aquí, de manera especial, el periodista al servicio de esa organización tiene una tarea fundamental, y es hacer llegar a los medios una información compleja de la forma más sencilla posible, con el objetivo de que éstos se sirvan de ella para ofrecérsela al lector de igual forma. Pero para ello, y siguiendo a la periodista científica Valeria Román, es esencial trasladar esa noticia de la forma más atractiva posible. En este sentido, añade, es fundamental que las palabras utilizadas de una determinada jerga estén “bien explicadas, pues nada se puede dar por supuesto”. Esta circunstancia se acentúa aún más en la Administración Pública, que en los últimos años ha visto aumentado el número de periodistas dedicados a determinados sectores de la misma, lo que le obliga a ser rigurosa y a su vez “seductora” en la divulgación de sus acciones, pues influye, de forma más directa si cabe, en el ciudadano.

Manuel Calvo Hernando, experto en Periodismo Científico habla en su obra “El Nuevo Periodismo de la Ciencia”, siguiendo a Almodóvar, de “desdramatizar la Ciencia” como método efectivo para unirla a la sociedad. Resulta interesante en este apartado de su obra su afirmación sobre la “necesidad de conciliar la democratización con la selección”, esto es, convertir esa información desconocida en conocimiento carente de rigor y seriedad, rozando, por qué no, el humor.

Volviendo a la especialización en el conocimiento de la Ciencia a través del Periodismo, cada vez se hace más necesario que las jóvenes promesas de la profesión sean artífices en la materia, pues el desarrollo de nuestra sociedad actual y los descomunales avances científicos y tecnológicos exigen una sociedad informada y formada. El pensador Peter Drucker afirmó que “el conocimiento será el mayor determinante de la riqueza”. Pues bien, para que esa riqueza genere sus frutos es necesario producirla, y entonces, el origen de la misma está en manos de quiénes han de generarla, primero, y luego de los que se encargan de repartirla a la humanidad. Por ello, en la época actual, las universidades deberían ejercitar al alumnado en la difusión de una noticia de origen complejo para el ciudadano de a pie. Por su parte, el docente ha de “reciclarse” para poder transmitir las nuevas tendencias a ese futuro periodista, motivarlo e incentivarlo para que sea amante de una información que sólo él posee, y por tanto, único responsable de que su lector lo entienda.

Cuando un ciudadano comprende qué es la nanotecnología, o cuáles son las propiedades de la energía renovable, y que los continuos avances son un logro de todos, entonces, el profesional, ha descubierto el secreto del Periodismo Científico: el misterio consiste en convertir la Ciencia en Literatura.

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Soria María del Mar. (2009, septiembre 18). Ciencia democrática y periodismo científico. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/ciencia-democratica-y-periodismo-cientifico/
Soria María del Mar. "Ciencia democrática y periodismo científico". gestiopolis. 18 septiembre 2009. Web. <https://www.gestiopolis.com/ciencia-democratica-y-periodismo-cientifico/>.
Soria María del Mar. "Ciencia democrática y periodismo científico". gestiopolis. septiembre 18, 2009. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/ciencia-democratica-y-periodismo-cientifico/.
Soria María del Mar. Ciencia democrática y periodismo científico [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/ciencia-democratica-y-periodismo-cientifico/> [Citado el ].
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