Capitalismo y tercera vía ¿una ecuación socioeconómica?

1. Introducción

Es indudable que nadie podría poner en tela de juicio y dudar de las capacidades y experiencia de estos dos filósofos, escritores, catedráticos y expertos en distintos temas y conceptos.Desde un marco de referencia macroeconómico, sociológico y organizacional hasta en un ambiente e instancia de tecnológica aplicada, cada uno en su dimensión y especialidad ha querido formular sus opiniones y comentarios sobre temas que tienen significados diferentes pero que tienen, como común denominador un proyecto de cambio de la sociedad actual, proyectándola a una sociedad democrática con un enfoque mas social, equilibrada en oportunidades, integradora, colectiva y participativa en el cual el individuo pueda reestablecer sus valores , su confianza activa y su capacidad reflexiva, respetando el medio ambiente.

El objetivo del presente trabajo es poder realizar un resumen interpretativo de estos dos temas y enfocar un análisis comparativo en el cual se puedan rescatar sus similitudes, diferencia y sus propuestas de orientaciones o de criticas.

2. Notas Biográficas

George Soros es norteamericano, aunque nació en Budapest en el año 1930 emigrando a Inglaterra en el año 1947 y graduado del London School of Economics en 1956. Es uno de los hombres más ricos del mundo, pero también ha sido emigrante, pintor de brocha gorda y mozo de estación. A pesar de ser un mito de la especulación financiera, defiende la supremacía de la economía productiva. Gestiona miles de millones de dólares en los mercados de todo el mundo, mientras cultiva su vocación filantrópica internacional , a través de subvenciones a organizaciones de derechos humanos, becas para estudiantes negros en Sudáfrica y ayudas a diversos proyectos sociales en Europa del Este , su fortuna personal ronda los 12.000 millones de dólares y es fácil suponer que se trate de un hombre acostumbrado a ganar. Sus apariciones en la prensa y en el mundo editorial (The Alchemy of Finance,) y sus conocidas obras filantrópicas completan lo más sobresaliente de este personaje en cierto modo pintoresco.

Anthony Giddens es director de la London School of Economics y autor de La tercera vía. Es considerado en el Reino Unido como el ideólogo de Anthony Blair y uno de los más importante de una generación de políticos europeos apenas mayores de 50 años; es decir, de una generación de hombres de izquierda que vivieron y padecieron un largo ciclo de gobiernos neoliberales e influyo en formas decisiva en la evolución del nuevo Laborismo sus obras en especial » Mas allá de la Izquierda y la Derecha suscito en el mundo numerosos debates sobre el futuro de la social democracia

El notable volumen de la producción escrita de este sociólogo británico, sin duda uno de los protagonistas destacados de la discusión académica desde el despuntar de la década de 1970. En segundo lugar, por el amplio espectro que recorre: desde la historia intelectual y las reflexiones teóricas generales sobre la constitución de la vida social, a los análisis temáticos sobre la estructura de clases en los países capitalistas y socialistas (Giddens, 1979), los fenómenos del Estado-nación, el poder militar, la vigilancia y la violencia (por ejemplo, Giddens, 1985), o las transformaciones asociadas a la modernidad, tanto en términos institucionales (Giddens, 1993, 1997a) como de los estilos de vida individuales (Giddens, 1995b), o, más específicamente, de las relaciones afectivas y los comportamientos sexuales de los hombres y las mujeres (Giddens, 1995c), pasando por la incursión en el terreno del debate político-ideológico, incluso con pretensiones programáticas (Giddens, 1998). En tercer y último lugar, por la innegable relevancia de sus aportaciones, amplia y justamente reconocida, que –resulta gratuito decirlo– no vamos a descubrir a estas alturas. La conjunción de estos factores aconseja atemperar el atrevimiento y circunscribir la mirada a alguno de los ámbitos enumerados. Lo que resta de audacia nos compele, sin embargo, a elegir el más genérico y basal en el proyecto investigador de este profesor de Cambridge: aquel que atañe nada menos que a la teorización de la naturaleza del «objeto» de estudio de las ciencias sociales; esto es, a la formulación de una teoría del ser social históricamente conformado, o, si se quiere, de una ontología de la sociedad humana. En cualquier caso, y dado que estas líneas no tienen otra pretensión que la servir de invitación a la lectura, remitiremos casi con exclusividad a trabajos traducidos al castellano.

3. Analisis de los textos

George Soros : La crisis del Capitalismo Global

» La Sociedad abierta en peligro «

El libro se estructura en dos partes. La primera se centra en lo que Soros llama marco conceptual, a través del cual intenta explicar los conceptos con los que resume todo su pensamiento: falibilidad, esto es, que nuestra comprensión del mundo es imperfecta, por la que nuestro pensamiento influye también en la realidad que analizamos; y la sociedad abierta, que él entiende como el momento social en el que existe equilibrio entre las creencias e ideologías que forman la sociedad, basadas todas en el principio de falibilidad.

La segunda parte es más interesante y con contenidos que el autor conoce más: la aplicación de los conceptos anteriores a la situación política y económica actual. Lamentablemente, este capítulo combina el análisis realista con la especulación de corte filosófico, el detalle con la más absoluta generalización. Soros pasa inadvertido sobre la crisis de los fondos de inversión o la crisis asiática y de esta manera no da opción al lector a comprender por qué las soluciones que él ofrece pasan por el control de los tipos de interés, el control del movimiento de capitales internacionales y por la intervención de instituciones supranacionales como el Fondo Monetario Internacional.

Es una lástima que el talento que Soros demuestra para denunciar los fallos del sistema económico en que vivimos, que él bautiza fundamentalismo del mercado, se desperdicie en la multiplicación de conceptos pseudo filosóficos que aportan poco. A pesar de algunas obviedades sobre el hecho de que la teoría económica no prepara para la economía real,

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Soros introduce un aspecto positivo al sostener que el hombre es algo más que un actor del mercado, s un ser que debe preocuparse además por la sociedad y el medio ambiente en la que vive.

«El sistema capitalista global… se está desarmando en por sus grietas» Asi ha manifestado Soros en todos sus foros desde 1998. ¿Qué tiene en mente?

Por «sistema capitalista global» Soros no se refiere a lo que nosotros entenderíamos por este término, esto es, capitalismo como un sistema mundial de producción orientado hacia la utilidad, sino el sentido más estricto de los presentes arreglos financieros mundiales que permiten el más o menos libre movimiento de capital a través del mundo:

«La economía global se caracteriza no solo por el libre mercado de bienes y servicios sino por sobre todo por el libre movimiento de capital. Las tasas de interés, las tasas de cambio y los precios de la bolsa en varios países están íntimamente relacionados, y los mercados financieros globales ejercen una tremenda influencia en las condiciones económicas.

Dado el rol decisivo que el capital financiero internacional juega en las fortunas de los paises individuales, no es inapropiado hablar de un sistema capitalista global (Indroducción).

Son estos arreglos , este simple mercado financiero mundial el que él dice está en peligro de desintegración; lo cual por supuesto no sería de ninguna manera lo mismo que el colapso del capitalismo que ha sido a veces erróneamente previsto por algunos escritores de la tradición marxista.

Soros siguiendo, concientemente o no, una distinción hecha por una escuela de pensadores anti imperialistas en los años 70 y 80, divide el»sistema capitalista global» en dos grandes grupos en un centro (US, Europa Oriental, Japon) y una periferia (Asia, America Latina, Rusia, Europa Occidental, Africa). Bajo este sistema el capital fluye del centro a la periferia y viceversa, supuestamente para el beneficio mutuo de ambos. El ve el peligro de la desintegración proviniendo de los países en la periferia que dan pasos para parar el libre fluyo de capital en un esfuerzo por evitar los efectos negativos de la inestabilidad del sistema sobre sus economías y poblaciones:

«En forma más directa, la alternativa que enfrentamos es si regularemos los mercados financieros globales internacionalmente o dejaremos a cada estado individual que proteja su propio interés de la mejor manera que pueda. Lo último seguramente redundará en el fracaso del gigantesco sistema circulante, que camina bajo el nombre de capitalismo global» (p.176).

Por lo tanto a lo que Soros se refiere cuando habla de «fracaso» o» desintegración» del capitalismo global no es el colapso del sistema mundial de producción -utilidad basado en la explotación de la fuerza laboral, sin lo solo a los estados que adoptarán medidas para impedir el libre movimiento del capital financiero.

Soros no cree que esto será un proceso inevitable esta seguro que puede ser detenido si se toman las medidas necesarias en el ámbito internacional; se deben crear instituciones globales para establecer ciertas reglas bases para la operación del capitalismo global.

Para Soros parte de su libro es un ataque devastador sobre aquellos que llama los «Fundamentalistas de mercado»,los seguidores de Von Mises, Von Hayek y otros, quienes abogan que a las fuerzas de mercado les fueran dadas rienda suelta y quienes fueron los asesores más preminentes en los tiempos de Reagan y la Thatcher. Soros les hace dos cargos. Primero, que piensan que los mercados tienen una tendencia intrínseca a crear una situación estable por medio de una oferta y demanda equilibrada, aunque este no es el caso. Segundo, que ellos predican que el mercado es la mejor manera de regular las actividades humanas. Escribiendo a partir de su propia experiencia, admitiendo que no es sobre la economía real sino solo de los mercados financieros, Soros desafía la teoría del equilibrio:

Los fundamentalista de Mercado tienen un concepción fundamentalmente defectuosa de como operan los mercados financieros. Ellos creen que los mercados financieros tienden al equilibrio… Los mercados financieros se caracterizan por booms y quiebras y es muy sorprendente que la teoría económica continúe confiando en el concepto de equilibrio, que niega la posibilidad de estos fenómenos, a pesar de la evidencia. El potencial desequilibrio es inherente al sistema financiero; es sólo el resultado de los shocks externos» (Introducción)

Los shocks externos que los fundamentalistas de mercado generalmente invocan son , por supuesto, intervenciones gubernamentales de una u otra clase. De acuerdo a ellos, si los gobiernos permanecen al margen y dejan que la magia del mercado opere, no habría depresiones, solo un crecimiento estable y continuo Pero no hay evidencia de esto. A través del siglo 19 los gobiernos británicos persiguieron una política del lessez-faire y aun así las depresiones ocurrieron regularmente.

El hecho es que el sistema de mercado no tiene una tendencia intrínseca hacia la creación de booms y quiebras en lugar de crecimiento continuo y estable. Como destacó Marx, esto aplica al mundo real de la producción orientada al mercado y no solo a los mercados financieros. Soros està preparado para dar cierto crédito a Marx en este punto:

«… el sistema capitalista por si mismo no muestra tendencia hacia el equilibrio. Los propietarios del capital buscan maximizar sus ganancias. Abandonado a sus propios recursos, continuaran acumulando capital hasta que la situación pierda el equilibrio. Marx y Engels hicieron un muy buen análisis del sistema capitalista 150 años atras, mejor en alguna forma, debo decir, que la teoría del equilibrio de los economistas clásicos» (Introducción)

El argumenta, sin embargo, que gracias a «intervenciones políticas compensatorias en los países democráticos» las predicciones fatalistas de Mark no se hicieron realidad». Esto se basa en un mal entendido de la visión de Marx. Las predicciones fatalistas que Soros menciona no fueron, como parece asumir, que la búsqueda de riqueza no regulada de los capitalistas llevaría al colapso de los sistemas capitalistas, sino simplemente que su lucha competitiva por ganancias significó que el crecimiento continuo y estable era imposible y que el crecimiento procedería por medio de booms y quiebras.

El capitalismo no ha colapsado porque esto no iba a suceder, no por la intervención del gobierno que Marx no previó. Y la intervención no ha sido capaz de eliminar los ciclos de boom/quiebra que Marx vio como una característica inevitable del capitalismo.

Según algunos sociólogos y filósofos los principales enemigos de su «sociedad abierta» eran las ideologías totalitaristas del fascismo y marxismo (no sólo eran las visiones de Marx sino aquellas mezcladas con las de Lenin y Stalin). Soros agrega una tercera , la cual dice ha cobrado preeminencia desde el colapso del «comunismo»: el capitalismo incontrolado

Soros ve el peligro proveniente de la penetración de los valores de mercado en todos los aspectos de la vida, llevando a la desintegración social. «Los valores monetarios», escribe, «han usurpado el rol de los valores intrínsecos y los mercados han llegado a dominar áreas de la sociedad donde no pertenecen apropiadamente» (p. 206). Es de hecho, bastante enérgico en su crítica de este aspecto del capitalismo global:

«Las funciones que no pueden y no deberían estar gobernadas puramente por las fuerzas de mercado incluyen muchas de las cosas mas importantes en la vida humana, desde los valores morales, a las relaciones familiares a los logros intelectuales y estéticos. Aunque el fundamentalismo de mercado està constantemente tratando de extender su dominio a estas áreas, en una forma de imperialismo ideológico. De acuerdo al fundamentalismo de mercado, todas las actividades sociales ylas interacciones humanas deberían ser vistas como relaciones transaccionales en base a contrato, y evaluadas en términos de un solo común denominador, dinero. Las actividades deberían ser reguladas, tanto como sea posible, no existe nada más penetrante que la mano invisible de la competencia para la maximización de ganancia. Las incursiones de la ideología de mercado en campos fuera de los negocios y la economía están teniendo efectos sociales desmoralizadores y destructivos.»

(Introducciòn)

«Una sociedad transaccional deteriora los valores sociales y relaja los limites morales. Los valores sociales expresan una preocupación por el otro. Ellos implican que el individuo pertenece a una comunidad, sea esta una familia, una tribu, una nación o la humanidad, cuyos intereses deben tener precedencia sobre los intereses individuales. Pero una economía de mercado transaccional es cualquier cosa menos una comunidad. Cada uno debe mirar por su propio interés y los escrúpulos morales pueden llegar a ser un impedimento en un mundo de competencia despiadada. En una sociedad puramente transaccional, las personas que no tienen ninguna consideración por el o los otros pueden moverse más fácilmente y probablemente ganar delantera.» (p.75)

Soros no se da cuenta lo fundamental de su crítica del capitalismo. Aunque el dice correctamente que «una sociedad puramente transaccional»,en la cual el único vinculo entre la gente seria el vinculo monetario,»no podría existir.

El error de Soros es pensar que se puede tener capitalismo y de alguna manera protegerlo de que sus relaciones bien-dinero se expandan a todos lados. La historia del capitalismo es la historia de la expansión continua de tales relaciones transaccionales – esto es, el mercado – en mas y mas campos de la actividad humana. Es un proceso que no puede ser parado dentro del capitalismo, dado que la marketizaciòn creciente es una característica del capitalismo como lo es la acumulación de capital; sin duda las dos van juntas.

Soros, sin embargo, es un partidario del capitalismo:

«Quiero dejar en claro que no quiero abolir el capitalismo. A pesar desus deficiencias, es mejor que las alternativas. En su lugar, quiero prevenir el sistema capitalista global de su autodestrucción»

(Introduccion)

Dudamos que él haya considerado seriamente la alternativa de una sociedad global, basada en la propiedad común de los recursos y producción mundial dirigida a satisfacer las necesidades de la humanidad. No es que esperemos esto de él. Algunos de sus amigos capitalistas piensan que ha ido muy lejos en su crítica del sistema.

Anthony Giddens : La Tercera vía

» La Renovación de la Socialdemocracia «

Sería muy presuntuoso poder escribir un resumen de estos capitulo, lo que intentaré es desarrollar, relacionar y interpretar dentro del contexto cuales son las preocupaciones tendencias y argumentos centrales de esta nueva teoría (La «tercera vía» ) y su marco de referencia dentro de Europa; sus raíces, orígenes, cultura y que se entiende por proceso de globalización.

La tercera vía no es un modelo que se adapte a todos los países, es el esfuerzo de modernización de la socialdemocracia frente a la nueva influencia dominante en nuestra vida: la globalización y la revolución de la información.

La «tercera vía» es importante: es una oportunidad para pensar globalmente aquellos puntos de equilibrio entre las necesidades de crecer y de vivir mejor en esta parte del planeta sin querer renunciar a lo inevitable: la interconexión económica internacional, la «tercera vía» puede ser la puerta que se abre para las reformas necesarias a escala mundial.

Es muy posible que no estemos ante una moda conceptual. De hecho, el trabajo de Giddens lleva varios años, décadas, de elaboración y discusión entre muy diversos sectores de la izquierda europea; no estamos ante un intelectual advenedizo que busca popularidad publica ; Sino por el contrario, es un veterano de la política y la sociología que ha pasado largos periodos de hibernación y marginación en el extenso dominio conservador de los últimos 20 años en Gran Bretaña.

Su premisa de fondo se podría resumir en que la izquierda europea (como la izquierda mundial) necesita reinventar un proyecto de gobierno que mejore el nivel de vida de la gente en un contexto de transición económica. En otras palabras, se trata de mantener y mejorar las redes de convivencia y de seguridad mínimas, mientras atravesamos un periodo de cambios económicos y técnicos profundos y drásticos.

La advertencia de Giddens es precisamente ahí : cobrar conciencia de que en la economía mundial algo esencial no está funcionando, que el ciclo liberalizador está agotado, es demasiado riesgoso, y es necesario pasar a un periodo de reforma social.

Dice Giddens: «Los mercados han cumplido su tarea, ahora ha llegado el momento de que el Estado cumpla la suya». Pero lo más interesante de la tercera vía es que no se trata de una mera reedición de las recetas intervencionistas del pasado: se trata de inventar una socialdemocracia postkeynesiana, por así decirlo. En otras palabras, «la tercera vía» no quiere un Estado que use al gasto público como instrumento privilegiado, anticíclico; pugna por intervenciones más finas, más intencionadas, más estructurales en la distribución de los recursos globales y en el mercado de trabajo.

Giddens lo sabe: la globalización no es parte de una tremenda conspiración mundial de las transnacionales o del imperio; la globalización es «la condición material de la vida económica y social de fin de siglo», y el neoliberalismo «un reconocimiento teórico de esa realidad».

La globalización no es una mera intensificación de la competencia económica mundial, sino un cambio en nuestra forma de vida. Todos estamos aprendiendo a adaptarnos a la nueva sociedad cosmopolita, una sociedad que produce seísmos que dislocan instituciones que conocemos bien, desde el matrimonio y la familia al puesto de trabajo, el Estado nación y otras organizaciones de ámbito superior.

El Grupo de Lisboa define los áreas de la Globalización y sus factores.

Área Factores

  • Globalización de las relaciones financieras Desregulación, aumento de la movilidad del capital , aumento de la concentración de alianzas tecnológicas, orientación al Shareholder value
  • Globalización de mercados y estrategias de las empresas Alianzas estratégicas; empresas interconectadas; formando cadena de valor globalizadas
  • Globalización de tecnología y investigación y desarrollo Redes empresariales internacionales; difusión global de nuevos modelos de producción
  • Globalización de modelos de consumo, estilos de vivir y cultura Papel incrementando de medias y publicidad, adaptación dentro de grupos de corazón de la población, fuerte actividad de viaje y turismo
  • Globalización como uniformación política Naciones hegemoniales; Emergencia de organizaciones no gubernamentales, ascenso de regímenes internacionales
  • Globalización de conocimiento y percepción «Ciudadano del mundo»; modelo ecológico de un mundo

En conclusión algunos pensadores vanguardistas sugieren que la globalización es un fenómeno ambiguo con efectos positivos y efectos económicos y sociales negativos.. El término globalización no es neutral sino significa en positivo modernización y en negativo imperialismo. Estos ven en la globalización un proceso enteramente positivo de progreso económico y social, innovación técnica, productos diversificados, acceso libre a la información y libertad cultural están enfrentes de marxistas, liberales, multiculturales y conservadores que ven la destrucción de tradiciones locales, subordinación de las naciones pobres a las más ricas y una homogenización de cultura y vida diaria.

No estamos equivocados si pensamos que en los próximos 50 años la población mundial se duplicará, y su multiplicación tendrá como escenario principal a los países del Tercer Mundo: si no existe un ambiente y un esquema de cooperación mundial, si la socialdemocracia no mira más allá de su ámbito de Europa, el futuro está amenazado con inestabilidad, miseria global, flujos migratorios incontrolados y un largo y desesperante etcétera.

La comparación entre una gama más amplia de sociedades muestra que lo general es que las pautas de seguimiento y apoyo político hayan cambiado. Prácticamente en todos los países occidentales, el voto ya no se ajusta a pautas clasistas, y ha variado desde una polarización izquierda/derecha hacia un diseño más complejo. El eje económico que solía separar a los votantes entre posturas «socialistas» y «capitalistas» tiene una preeminencia mucho menor, mientras que los contrastes entre libertarios y autoritarios, y entre «modernos» y «tradicionalistas», han aumentado. Otras influencias más contingentes -como el estilo de liderazgo- han adquirido más importancia de la que solían tener.

Los lideres políticos de la Social Democracia declararon que en la vida económica «el Estado no debía remar, sino llevar el timón», y subrayaron también que, si bien unos servicios públicos decentes eran de importancia vital para los socialdemócratas, la «conciencia social no puede medirse por el nivel del gasto público», sino por la eficacia de ese gasto.

En la totalidad de Europa continental, múltiples corrientes confluyen en los esfuerzos de la tercera vía por adaptarse a la globalización. Con relación a lo que ha ocurrido en Dinamarca con sus programas de «bienestar generador de empleo» (paralelos a programas semejantes en Estados Unidos y el Reino Unido), o en Holanda con su política de «difusión del trabajo» y «contención salarial en favor del empleo». Incluso en Francia, el primer ministro, Lionel Jospin, se ha embarcado en un extenso programa de privatización. Y el proceso de implantación de la semana laboral de 35 horas se ha transformado esencialmente en una versión francesa de la flexibilidad laboral: un mecanismo de negociación entre empresarios y trabajadores para crear un mercado laboral menos rígido.

Todos los Gobiernos de centro izquierda de Europa han renunciado a su tradicional hostilidad hacia los mercados, al mismo tiempo que han abrazado la idea de que deben existir nuevas regulaciones de los flujos internacionales de capitales y empresas globales. Todos los líderes socialdemócratas de Europa tienen un interés similar en la forja de un nuevo modelo de capitalismo responsable porque saben que no hay alternativa a una economía global de mercado.

Todas estas políticas contribuyen al proyecto de lograr que los valores de izquierda , la justicia social, la solidaridad y la protección al vulnerable se tengan en cuenta en una situación radicalmente nueva.

Algunos críticos han sostenido que la cultura angloamericana, con sus tradiciones de individualismo y libre empresa, es más dúctil a la transición de la tercera vía hacia una sociedad de «más alto riesgo», que sustituirá al Estado de bienestar, más «seguro», al que se inclinaba en el pasado la Europa continental.

Es cierto que la cultura individualista de libre empresa refleja las raíces históricas de los países anglosajones y tendrá un lugar central en la modernización del objetivo de la justicia social en esas sociedades. Pero hay muchos caminos políticos que conducen al mismo punto. Las modificaciones de la tercera vía en otros países también reflejarán la cultura nacional. Las reformas danesa y holandesa, por ejemplo, se han alcanzado mediante intensas negociaciones entre trabajadores, Gobiernos y empresarios, y no a través de la desregulación expeditiva. Este abandono gradual y más cooperativo del corporativismo es un camino perfectamente legítimo hacia la tercera vía. No es probable que Alemania se encamine hacia un modelo angloamericano, sino que adoptará un enfoque más similar al de Holanda y Dinamarca.

En estos momentos, la cuestión clave para la izquierda europea es la de cómo incorporar un mayor grado de justicia social e igualdad a la política de la tercera vía. Por ejemplo, en Alemania, como en otros países, debe reconocerse que los antiguos mecanismos del Estado de bienestar muchas veces impiden lograr una mayor igualdad, en vez de contribuir a realizarla, puesto que los modelos de desigualdad actuales difieren de los del pasado; ahora tienen más relación con los niveles de cualificación y conocimiento de los trabajadores que con la «explotación por el capital».

Los Gobiernos socialdemócratas de toda Europa harían bien en seguir el ejemplo de Clinton y Blair en el problema de la delincuencia. En general, no han logrado una buena integración multicultural y han aplazado la resolución del problema de la delincuencia a un futuro en el que la desigualdad se reduzca de algún modo. Por tanto, la seguridad personal de los ciudadanos debe ser una cuestión clave de la izquierda aquí y ahora; lo contrario no hará sino mejorar las perspectivas de la nueva derecha.

Va a ser un camino difícil. Pero el proyecto de reconciliación de la izquierda tradicional y la izquierda modernizadora tiene ahora una importancia fundamental en toda Europa.

Estos cambios no han condenado a los socialdemócratas a una posición política marginal. A mediados de 1998, hay partidos socialdemócratas o coaliciones de centroizquierda que ocupan el poder en el Reino Unido, Francia, Italia, Austria, Grecia y varios países escandinavos, entre otros, en Europa occidental, mientras que en Europa del este tienen una influencia creciente.

A pesar de sus éxitos electorales, los socialdemócratas no han configurado todavía una ideología política nueva e integrada. La socialdemocracia estuvo siempre ligada al socialismo. ¿Qué orientación debería tener en un mundo en el que no hay alternativas al capitalismo? El mundo bipolar fue el contexto en el que se modeló la socialdemocracia de posguerra. Los socialdemócratas compartían al menos algunas de las ideas del comunismo, aunque también se definían a sí mismos en oposición a él. ¿Tiene todavía algún sentido estar en la izquierda ahora que el comunismo se ha desplomado completamente en Occidente, y el socialismo, más ampliamente, se ha disuelto? Los debates políticos que tuvieron lugar en Europa a finales de los años ochenta y a comienzos de los noventa sin duda reconstruyeron sólidamente la socialdemocracia, pero también produjeron una gran confusión ideológica.

Ante este escenario, ¿qué provecho podemos sacar hablando de una tercera vía? La expresión parece haberse acuñado y a finales del siglo pasado, y fue común entre los grupos de derechas en los años veinte. Sin embargo, ha sido utilizada mayormente por socialdemócratas y socialistas. A comienzos del período de posguerra los socialdemócratas estaban convencidos de que estaban encontrando una vía distinta al capitalismo de mercado norteamericano y al comunismo soviético.

En nuestros dias se esta extendiendo un término que pretenden que parezca sinónimo de la panacea a los problemas de nuestra sociedad. Con la Tercera Vía, la socialdemocracia europea pretende dar una imagen renovada de si misma, vendiéndonos una nueva marca política en la que une el libre mercado con el humanismo liberal. Pero la pregunta que se hace la sociedad es ¿qué es la Tercera Vía? y ¿ cuando surgió?. progresismo burgués decimonónico, no es precisamente una fórmula alternativa al sistema neoliberal imperante, sino más bien la sumisión a unos criterios y la asunción de una derrota ideológica.

En la actualidad, las clases populares y más desfavorecidas por el neoliberalismo y el neo socialismo burgués se ven frustradas en el sistema y alejadas del mundo consumista que se les ofrece por los medios de comunicación. De esta forma, aunque el capitalismo actual parece ofrecer una gran diversificación de ofertas de empleo, siempre son en condiciones de precario y para el más especializado, quedando los menos capacitados al borde de caer en el mundo marginal, sin posibilidad de integrarse de nuevo. Estas clases depauperadas que demandan soluciones a unos problemas que ven se van haciendo crónicos y que empiezan a plantear problemas de orden público importantes ante su alta tasa de destructuración familiar son las que actualmente pueden clientes fijos de algunos populismos emergentes.

4. Conclusiones Y Epilogo

La clave para Soros se llama «reflexividad» significa, una conexión de doble sentido entre lo que pensamos y lo que ocurre en el mundo, una conexión que no existe en la naturaleza porque es inerte pero que es propia de las relaciones entre seres humanos donde actuamos en base a nuestra visión del mundo y al actuar lo cambiamos irremediablemente.

Las ideas que los consumidores tienen sobre el mundo, sobre sí mismos, sobre el futuro y las condiciones de la economía, acaban cambiando la economía misma, y a los propios consumidores, y ellos a los mercados, en una secuencia interminablemente reflexiva donde la separación entre causa y efecto es una permanente complicación. Según Giddens, concuerda con Soros. «..nuestras vidas son cada vez menos determinadas por las rigideces de la tradición y de la naturaleza. …Deben tomarse decisiones en muchas áreas sobre eventos que previamente solo eran datos establecidos, decisiones que transformarán las decisiones de otros. Y eso es lo que son los mercados futuros realmente, una continua reflexión del riesgo doblado sobre otro riesgo y ése doblado sobre otro interminablemente». Soros usa la reflexividad para encontrar lo que llama fracasabilidad o «fallibility», es decir, el riesgo equivocarse. Con gran inteligencia Soros admite que la visión que tiene él mismo del mundo es la incorrecta «porque somos parte del mundo en que vivimos y al serlo, no podemos comprender como es realmente. Hay una realidad, ciertamente, pero es imposible conocerla completamente. Hay algunas partes que conoceremos pero no lo sabremos todo porque una parte de ése todo es contingente con lo que pensamos». Para Soros, entonces, todo en el mundo tiene una falla más o menos escondida, cuya localización es imposible pero que obliga al conocedor de los mercados a entrenarse en pensar críticamente y retirarse lejos de la certeza de algún hallazgo clave. «Por eso», dice Soros «funciona tan bien en los mercados financieros porque lleva a buscar la falla permitiéndote ajustar tu posición de mercado». Soros vive así siempre al borde del caos total tratando de comprender cómo se detiene o se desata muchas veces viniendo de uno mismo. «La amplitud de posibilidades es mucho mayor si la realidad no está dada sino es parte de la creación propia». Así, las sociedades abiertas tienen la mayor amenaza no en el caos que pueden provocar con esa reflexividad dinámica que explica su mecánica diaria, sino más bien en el dogmatismo y fundamentalismo.

Giddens enfatiza que con respecto de que «las estructuras no son algo externo a la acción, sino que sólo pueden reproducirse a través de actividades concretas de la vida diaria, y se las debe analizar como formaciones históricas, sujetas a modificaciones: como estructuras constituidas por la acción, al mismo tiempo que la acción se constituye estructuralmente»

Giddens y Soros concuerdan que la globalización es uno de los vocablos más utilizados actualmente en todas las lenguas, pero no es un fenómeno nuevo y que es sinónimo de términos como internacionalización y transnacionalización cuando el significado es «el fenómeno de la conexión»; de la globalización actual entendida como «la expansión de actividades más allá de los límites de cada estado nacional en particular

Giddens ha insistido en que la sociedad es más que la suma de sus miembros. Las estructuras que la integran preexisten y sobreviven a los sujetos, creando un marco obligatorio para sus posibilidades de actuación. Los comportamientos se ven entonces condicionados, tal vez incluso gobernados, por esas fuerzas «supra-individuales», ante cuyo empuje las actividades cotidianas se convierten poco menos que en episodios triviales, apenas significativos. Adviértase que no estamos aludiendo con esta disputa a las preferencias por un objeto de estudio «micro» o «macro», sino al modo de entender la constitución misma de los fenómenos.

Giddens demuestra convincentemente que la aspiración a una aplicabilidad directa y cierta de los saberes sociales al estilo ingenieril no se sostiene. La dificultad no estriba en que las nociones y teorías no consientan una proyección sobre su universo. De hecho, en todas las culturas, y de forma radical en las de la era de la modernidad, se han revisado las instituciones comunitarias a la luz del conocimiento producido acerca de ellas. Lo que ocurre es que el vínculo entre los descubrimientos científicos y la conducta social es intrínsecamente inestable debido a la circularidad de esas ideas. Las observaciones y conceptos que se despegan de las situaciones para tratar de explicarlas no pueden permanecer aislados de ellas y de ordinario reingresan en las mismas, contribuyendo a su reestructuración

Si el conocimiento tiene una función crítica, viene a declarar Giddens, no es otra que la de ayudar a los individuos a aprehender mejor las condiciones causalmente involucradas en la producción de sus acciones, así como el modo en que contribuyen a su mantenimiento,

Consideró hoy que la Tercera Vía es más un debate económico que cultural y que tiene sus orígenes en la socialdemocracia que destaca el rol promotor del Estado, prioriza la educación y avanza en el aspecto social, es básicamente una propuesta en el área económica, y que el debate se centra actualmente en la eliminación de la inequidad, la injusticia y la desigualdad en los países más desarrollados de Europa, donde en la mayoría de los países de la Unión Europea gobiernan políticos de extracción socialdemócrata.

5. Bibliografía Utilizada

Artículo de ANTHONY GIDDENS en «El País» del 24-10-99

Revista Latina de Comunicación Social [Diciembre de 1998]

Efectos de la globalización y el nuevo orden mundial

EL NÚCLEO ONTOLÓGICO DE LA TEORÍA SOCIAL. A PROPÓSITO DEL PENSAMIENTO DE ANTHONY GIDDENS JESUS MORANDE 1997

Source: Group of Lisbon 1995, p. 20 modificaciones de Hübner (1998) p. 19FH

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Preminger Guillermo. (2001, mayo 7). Capitalismo y tercera vía ¿una ecuación socioeconómica?. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/capitalismo-y-tercera-via-una-ecuacion-socioeconomica/
Preminger Guillermo. "Capitalismo y tercera vía ¿una ecuación socioeconómica?". gestiopolis. 7 mayo 2001. Web. <https://www.gestiopolis.com/capitalismo-y-tercera-via-una-ecuacion-socioeconomica/>.
Preminger Guillermo. "Capitalismo y tercera vía ¿una ecuación socioeconómica?". gestiopolis. mayo 7, 2001. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/capitalismo-y-tercera-via-una-ecuacion-socioeconomica/.
Preminger Guillermo. Capitalismo y tercera vía ¿una ecuación socioeconómica? [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/capitalismo-y-tercera-via-una-ecuacion-socioeconomica/> [Citado el ].
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