El autoestima: Raíz de una vida exitosa

El autoestima sana se trata de la aceptación y valoración personal de uno mismo, es aprender a vivir en congruencia con lo que somos, sentimos, pensamos y decimos. Refleja una actitud positiva hacia la vida y una manera de mostrar lo mejor de nosotros mismos en nuestra sociedad. En muchas ocasiones es la clave de nuestros éxitos o fracasos.

Quien logra una autoestima sana es aquel que ha construido una buena imagen de su persona ante sus propios ojos y puede, entonces, reflejarla a los demás.

La autoestima es el grado de autovaloración que pone en juego el concepto que cada uno tiene de sí mismo. Solemos hablar con cierta ligereza acerca del tema, pero pocos saben sobre las causas o las consecuencias de tal valoración. Los niños nacen y van creciendo viéndose a sí mismos y a los demás como lo más perfecto y maravilloso. Ellos no encuentran defectos en las personas a las que aman ni creen que aún deben ser mejores que otro bebé y superarse.

El origen de la baja autoestima debemos buscarlo en la infancia. Se calcula que en los primeros años de su vida un niño escucha cerca de 100.000 frases que contienen la palabra NO, por ejemplo; «no toques eso o aquello», «no te sientes así», «no, no y mil veces no». Estas expresiones poderosas de la madre o el padre van creando en el niño un pozo de inseguridad, rechazo o resentimiento hacia si mismo y que luego afloran en la edad adulta cuando se presentan las dificultades.

Entonces la subestimación o menosprecio del propio yo llega después, habiendo pasado tiempo e influencias suficientes como para sentirnos feos, inútiles y fracasados, o equilibrados, comprensivos y valientes. Enumerar las posibles causas es tarea sencilla; su correspondiente explicación requiere un poco más de tiempo. Pero veamos: ¿qué amenaza el autoestima? En muchos casos, la influencia de nuestros padres es determinante en la primera etapa de nuestro desarrollo y luego la influencia social que también ejerce poder para bajar nuestra autoestima, debido a las críticas, burlas, complejos sociales y presiones. En realidad, nos constituimos de acuerdo a como nos ven los demás, poca importancia tiene cómo somos realmente y cómo nos vemos a nosotros mismos.

En la primera etapa de nuestro crecimiento y luego en la adolescencia es importante que nuestros padres nos demuestren lo valioso que somos para ellos y cuán excelentes somos como personas. Por ejemplo, la mayoría de los niños que usan lentes son asediados en su entorno con burlas como «cuatro ojos», en este caso los padres deben hacerle entender a ese niño que las personas que usan lentes o anteojos también son valiosas, mostrándole al mismo tiempo fotografías de personajes importantes que usan lentes como Bill Gates (presidente de Microsoft), Gandhi (líder de la India), entre muchos otros. De ese modo se le muestra al niño o a la niña que las personas con lentes pueden ser muy importantes e inteligentes, esto le alimenta al niño su propia autoestima y le da seguridad en sí mismo.

Todos, sin excepción, pasamos por momentos de baja autoestima sin transformarse por ello en una característica «crónica» de nuestra personalidad.

Lamentablemente muchas personas en diferentes partes del mundo están pasando por un momento de baja autovaloración a causa del desempleo y los diferentes tipos de crisis. Ninguna explicación racional relacionada con estudios sociológicos y económicos que lo marcan como tendencia mundial parecen aliviar la sensación de sentirse «ser poco». Es una rara enfermedad que sólo sana al estar ocupados, al sentirse útiles y reconocidos.

Y es lógico. Conseguir un trabajo nos hace sentir valorados y reconocidos, lo que en sí no tiene que ver con lo que realmente somos pero, de todas maneras, así parece funcionar. El sentimiento de saber que alguien nos necesita es enormemente reconfortante y capaz de sanar rápidamente cualquier depresión aguda. Es mucho más efectivo que cualquier medicación.

Ya dentro de un empleo, esta responsabilidad se la cedemos a todos los pilares de la motivación (reconocimiento, capacitación, atención, corrección de errores, etc.) que son los que mantienen la autoestima elevada. Pero lo más increíble es la influencia que esto tiene sobre la vida personal. Porque todos los aspectos de nuestras vidas parecen converger en el punto de la carencia afectiva (o cómo nos enseñaron a querernos a nosotros mismos). Es así como, mágicamente, tuvimos un buen día de trabajo y sentimos la inmensa felicidad de llegar a casa. Porque nada parece tan grave cuando nos sentimos bien.

Ocupados o desocupados, satisfechos o no con nuestro empleo, debemos aprender a buscar los soportes de nuestro amor propio también fuera de nuestra ocupación, examinando la posibilidad de desarrollar actividades en principio no rentadas que nos demuestren que estamos más allá de la mirada y del juicio de los demás. Esperar que los otros aprueben lo que hacemos (que es lo que somos) puede tardar toda una vida o gran parte de ella. Y este es un precio muy alto porque, en definitiva, todo lo que tenemos es a nosotros mismos.

Tu responsabilidad

Pero, ¿en dónde reside nuestra autoestima y de quién depende? Si bien ayuda el apoyo y aceptación familiar durante la infancia, es cierto que cada persona es dueña de su destino y que todo depende de sí misma. Mucha gente con antecedentes de familias disfuncionales, culpan a sus padres o a sus circunstancias familiares de la pobre imagen de sí mismos. Nada afecta más a la autoestima que asumirse como víctimas. Nadie es víctima del mundo, somos víctimas de nosotros mismos.

En realidad, lo que hacemos en interactuar con el mundo y cada una de nuestras acciones desencadena una reacción que puede crear cambios positivos o negativos en el futuro. Vivimos las consecuencias de nuestras acciones. Asimilar este hecho, «yo soy responsable de mi propia imagen; sólo yo puedo sanearla ante mis propios ojos. Es mi responsabilidad», es el primer paso para trabajar en tu autoestima.

Reconócete a ti mismo

Tu grado de autoestima influye poderosamente en todos los aspectos de tu vida. A mayor autoestima, más altas serán tus aspiraciones intelectuales, emocionales y económicas. Las personas con sana autoestima muestran estas pautas de conducta. Una autoestima sana es la raíz de una vida plena de éxitos, es la semilla que germina para luego convertirse en un árbol frondoso y lleno de frutos. Cuando un ser humano se siente pleno, vigoroso, seguro y libre de complejos, es un ser con una autoestima sana. La autoestima sana facilita la confianza, la independencia, la autonomía, la responsabilidad y la certeza de la libertad.

Ejercita tu autoestima

* Asume con tranquilidad tus logros y fracasos. Esto te ayudará a aceptar la realidad tal y como es.

* Identifica tu lugar en el mundo. Asume los distintos roles que juegas en la vida: Hijo, padre, hermano, jefe, subalterno, trabajador, ciudadano. Analiza tus limitaciones y potencial. Ubica tu lugar en el mundo y reconoce que el mundo es inconstante.

* Escucha serenamente la crítica constructiva a tus errores. Es parte de tu aprendizaje y crecimiento personal.

* Acepta, sin ansiedad, que no eres perfecto (nadie lo es) y permítete ser espontáneo.

* Sé flexible ante los retos y desafíos que se te presentan. Abórdalos como oportunidades y no como problemas.

* Sé enérgico, dinámico e inconforme con lo establecido y comienza a producir cambios positivos.

La persona con alta autoestima se muestra tal cual es. No esconde su esencia, trabaja en resolver sus conflictos internos para salir fortalecida, conoce sus limitaciones y sabe qué tan lejos puede llegar, pero sobre todo, trata a los otros con respeto, justicia y benevolencia, pues busca recibir y ver lo mismo en cada uno de ellos.

«La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito«.

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Hassan María Eugenia. (2010, agosto 31). El autoestima: Raíz de una vida exitosa. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/autoestima-raiz-vida-exitosa/
Hassan María Eugenia. "El autoestima: Raíz de una vida exitosa". gestiopolis. 31 agosto 2010. Web. <https://www.gestiopolis.com/autoestima-raiz-vida-exitosa/>.
Hassan María Eugenia. "El autoestima: Raíz de una vida exitosa". gestiopolis. agosto 31, 2010. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/autoestima-raiz-vida-exitosa/.
Hassan María Eugenia. El autoestima: Raíz de una vida exitosa [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/autoestima-raiz-vida-exitosa/> [Citado el ].
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