Puede que todavía no seas consciente de que lo pienses hoy, lo que digas hoy y lo que hagas hoy está colaborando en crear las circunstancias que vivirás mañana. Sin embargo si te paras un momento a observar tu día a día, aquí, ahora en este momento presente, seguro que llegas a relacionar tus pensamientos y acciones pasadas con los acontecimientos de tu presente.
“¡Ay! si yo no hubiera hecho, no hubiera dicho, no hubiera ido… ahora estaría mucho mejor” ¿te suena esto?
¿Sabes lo que es la causalidad? Toda acción genera una fuerza energética que vuelve a ti en igual cantidad. Esto es causa y efecto. Acción y la consecuencia de esa acción.
(Por lo tanto sería muy recomendable que a partir de ahora observes tus decisiones y mires de frente los efectos que esa decisión podría traer a tu vida y a la vida de las personas que te rodean y se pudieran ver afectadas por ello.)
Estar alerta y dejar de actuar en automático es algo se puede aprender, y el resultado de esto te lleva a ser más consciente de las experiencias que puedes vivir según tus decisiones. ¡Ojo! No te conviertas en una persona controladora, la incertidumbre es un ingrediente muy bueno para añadir en tus recetas. Aunque no conozcas el resultado final, disfruta de cada momento de tu vida.
¿Por qué el presente es terreno fértil para crear tu futuro? Sencillamente porque el tiempo no existe; el pasado son recuerdos, digamos que forman nuestra memoria. Pensar en el futuro es crear expectativas, y esto siempre crea ansiedad.
El presente es conciencia, es lo que realmente estas experimentando. Por tanto si entiendes la relación de tus pensamientos y acciones pasadas con tu situación actual, te será mucho más fácil tomar las riendas de tu mente actual para limpiarla, poner tierra fértil y empezar a sembrar para que, cuando llegue el momento, experimentes algo diferente, más satisfactorio, que te ayude a sentirte plena y realizada.
Como ya sabes, acechar tus pensamientos y comprobar si son potenciadores de buenas vibraciones o, por el contrario, drenan tu energía es tarea muy importante para encaminarte al cambio, y es conveniente que empieces por ahí. Pero hoy te voy a dejar dos claves fundamentales para potenciar tu enfoque: Atención e Intención.
La atención te carga de energía y la intención transforma tu realidad. Si estás continuamente prestando atención a lo que no quieres, y lo apoyas con quejas y lamentaciones, tu intención no transformará nada porque sencillamente no hay intención, o es intención vacía.
Atención e intención van de la mano dándose apoyo mutuo. Si prestas atención a tu presente, enfocándote en lo que realmente quieres provocarás una intención que se manifestará en el futuro, pues ese “futuro” se crea ahora y luego sin remedio será tu presente.
En este punto hay que recurrir a la paciencia pues recuerda que el tiempo no existe y tu deseo tomará forma en tu realidad cuando sea el momento justo y oportuno.
¿Cómo puedes llevar a la práctica estas dos claves?
Imprescindible tu compromiso personal de llevarlo a cabo y luego lo que sigue:
Atención: Enfócate en tu situación actual, anota en tu diario
- ¿Qué es lo que te gusta?
- ¿Qué lo que no te gusta?
- ¿Cuál es tu actitud ante lo que te gusta?
- ¿Cuál es tu actitud ante lo que no te gusta?
- ¿Qué crees necesitar para cambiar lo que no te gusta?
- ¿Qué es lo que quieres?
Cuando te enfocas (prestas atención) a lo que no quieres y estás continuamente quejándote de ello te cargas de energía negativa, la cual ralentiza la intención o la anula por completo.
Si te centras en lo que si quieres, con solo pensarlo te hinchas de energía con un alto nivel de vibración y esto potenciará la intención.
Ahora presta atención a lo que Sí quieres y…
Intención: La intención el poder que está detrás del deseo, es el deseo sin apego al resultado.
Esto quiere decir que una vez que te enfocas deliberadamente en lo que quieres con todo tu corazón, el poder de la intención actuará sin que te des cuenta. Sencillamente las cosas comenzarán a suceder, se darán las situaciones oportunas para que tu intención se manifieste, tu acción estará bien dirigida.
La atención hace sitio para lo nuevo y la intención hace que lo nueve llegue y ocupe su sitio.
Te deseo una próspera cosecha.