Armonización contable en Colombia

¿Es posible en nuestro medio hablar de armonización contable?. ¿Cuáles son los inconvenientes para desarrollar este proceso?. ¿estamos frente a problemas de adopción o armonización?

Para responder todos estos interrogantes es necesario tener en cuenta algunos procesos como resultado de la globalización e internacionalización de las economías, que están resultando determinantes en los esquemas de: estandarización y armonización internacional.

Podría decirse que los actuales procesos de estandarización y armonización, se explican desde posturas teóricas ligadas a la globalización, que en su origen se muestran unidas a la dinámica de las grandes corporaciones internacionales.

En realidad podemos decir que la armonización no es más que el resultado de las grandes corporaciones internacionales, que buscan orientar sus procesos hacia el logro de objetivos que tienen que ver más con sus ganancias y ahorros económicos que con el intereses general comunitario de los países y como es normal esta tendencia se postula mas bajo la presión que ejercen las grandes corporaciones.

Sin duda, el tema es más complejo si se mira la existencia de las diferencias económicas y financieras que caracterizan el sistema internacional.

Estas diferencias se hacen notables especialmente a los países en vía de desarrollo, es claro que la pretensión de grandes corporaciones internacionales perfilan estos modelos hacia el logro y consolidación de sus intereses económicos, desde luego la armonización hace referencia al ejercicio de un poder que tiene alcances nacionales e internacionales; como tal, su contenido tiene que establecer una fuerza vinculante de los Estados, para que en forma comunitaria decidan el logro de objetivos: económicos, jurídicos, sociales, contables y que deberá estar mediada por la legitimidad, la integración, la cooperación, la coordinación, como requisitos indispensables para que el desarrollo comunitario se dé efectivamente.

Por supuesto la armonización debe recorrer un amplio camino, superando las contradicciones que se presentan entre los diferentes modelos micro y macroeconómicos de cada país.

Este documento expone las razones por las cuales la búsqueda de la armonización contable se ha dado como una consecuencia de los fenómenos anteriormente mencionados y la necesidad de encontrar un lenguaje universal en las economías de todos los países.

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Armonización contable

¿próximamente un lenguaje universal?

La búsqueda de armonización contable resulta una clara respuesta a la necesidad del mundo económico de compartir un lenguaje que facilite la comunicación de los mercados internacionales, que bien se hacen a través del pensamiento humano.

Es por esto, que para darle satisfacción a esta necesidad que nos trae los procesos de globalización, los cuales evidentemente nos sorprendieron con la implementación de grandes avances tecnológicos en los sistemas de comunicación, se requiere de un normatividad común, que debería ser sinónimo de aceptación, pero es claro que no resulta relativamente fácil, pues a pesar de que la contabilidad es una disciplina universal, las necesidades contables responden básicamente a las políticas económicas y sociales de cada país, donde predominan los problemas monetarios y en cadena los requerimientos sociales de los habitantes.

La información contable debe ser identificable, y su principal meta, es presentar la suficiente claridad a sus usuarios de tal manera que se logre la optimización de los resultados que se presenten, ningún mercado internacional quiere quedarse atrás en la obtención e implementación de sistemas que permitan mantenerse en la competencia.

Es entonces cuando viene la solución que encuentran los organismos internacionales y proponen así mismo, llevar la contabilidad al campo de la globalización, y con esto, favorecer a las economías en no dejarlas atrás en el proceso de modernización que enfrenta el mundo en nuestros tiempos, y ahí se habla de “Estándares Internacionales de Contabilidad”, donde entonces viene el gran conflicto entre los estudiosos de nuestra disciplina en Colombia,

pues les resulta un buen tema de análisis, y es el hecho de querer establecer normas iguales a las de otros países en los que sin lugar a duda nos encontramos en una monstruosa diferencia de condiciones, en diversos campos, pero también es claro que existen realidades indiscutibles, como es la esencia de la norma tratando en lo posible de buscar una razonable uniformidad en éstas, con criterio pragmático, es casi imposible sostener que, a nivel mundial, todos los países acepten ceñirse a un modelo único, con diferentes realidades políticas y marcos constitucionales, convierte una idea de este tipo en casi utópica[1].

Pues bien, este asunto nos atropelló de frente, somos protagonistas en la opinión y discusión al respecto, pues es la contaduría la implicada, y empezamos el camino al analizar que este proceso se interesa únicamente por las grandes economías, las multinacionales y otros entes económicos de gran envergadura y desconoce en mayor medida los problemas sociales y los atropellos a los pequeños agentes de mercado que habrían al instaurar otros aspectos que también responde a la globalización como el ALCA y El libre comercio entre monstruos de la producción y pequeños países productores con técnicas a su nivel casi rudimentarias.

Realmente nos encontramos ante una imposición de los Estados Unidos que aprovechó la necesidad de fácil intercambio de información para ser ellos, sin participación alguna de los que también adaptarían y sufrirían estos cambios, no negaríamos en ningún momento que corregir las necesidades de comunicación en cuestión de las herramientas que son los Estados Financieros y otros de sus derivados;

en todos estos campos se aprecia claramente la intervención de la política mundial en acaparar todas las áreas que les afecten en buena medida, y obviamente la contabilidad tiene que interesarles dado que su papel consiste en sustentar la elaboración de información orientada a determinar la magnitud de la riqueza creada en los procesos productivos y en establecer la asignación de tal resultado entre los diversos agentes participantes en el proceso de distribución[2].

Nuestras inclinaciones responden a la creencia académica en Colombia de que este tema de que los llamados parámetros, normas o estándares se han acostumbrado a versiones criollas de todo y a redactar con nuestras propias palabras los distintos elementos que conforman los problemas.

En Colombia no existe una adecuada identificación del concepto de normas y estándares. Para ello incluso se utilizan traducciones poco serias que crean más confusión. Identificar normas con estándares podría ser cierto en los círculos legales, normativos, pero no lo es en ambientes interdisciplinarios y sistémicos.

Hoy, en una economía globalizada, se impone una cultura de estandarización, frente a la cual ceden los regímenes normativos locales no solo en lo referente a contabilidad, auditoria y contaduría profesional, sino en toda la amplia gama de los negocios (bienes y servicios).

El problema, en Colombia, implica, por consiguiente, una dura decisión para el gobierno nacional, por un lado puede seguir jugando a lo normativo, que es el camino fácil y que impone por la fuerza de la ley[3], pero que es inefectivo en la práctica, o va a tener que aprender a jugar a la estandarización.

Estas posturas inflexibles sobre un tema de tanto impacto, parecen ignorar aspectos fundamentales como son las particularidades de nuestro entorno, la conveniencia práctica, las características de los negocios, el tamaño de la economía y otros varios factores que por lo menos recomendarían un proceso juicioso antes de tomar cualquier decisión afirmativa de cambio rotundo.

Se refuerza también desde sectores gubernamentales la necesidad de la rápida armonización por los compromisos que al respecto ha hecho el gobierno nacional por un lado con la banca multilateral y por otro con la Organización Mundial del Comercio, O.M.C., que en el primer caso supone según ellos, el deber de iniciar un proceso inmediato de adopción como parte de las condiciones de financiación impuestas por esos organismos y en cuanto a la O.M.C. por la obligación contraída con ese organismo con el cual, se señala “el Estado colombiano tiene la palabra empeñada”.

Estas explicaciones suenan irrespetuosas con la condición de independencia que fundamenta el trabajo del Contador Público quien no puede ser objeto de influencia alguna y menos en temas tan delicados como el de la armonización contable que de hecho afectan tantos intereses, entendido además, que tales principios deben surgir de los estamentos profesionales y académicos y no de organismos estatales.

Un acuerdo de tales características no puede obligar a la profesión de contador a seguir disposiciones que carecen del debido proceso de investigación, estudio y análisis que son de rigor para una adecuada socialización, consecuente apropiación y adecuada implementación.

La Contaduría Pública es una disciplina, encerrar su filosofía bajo una sola doctrina así se llame normas internacionales, ayuda a los usuarios de la información, pero afecta apreciablemente la investigación y por lo tanto a la academia. Es lógico que si somos profesionales globales y aspiramos a entrar en las bolsas internacionales debamos hablar y entender el lenguaje técnico y de comunicación que allí se utiliza.

Por lo pronto puede plantearse que los principios contables de aceptación general, malos o buenos actualizados o desactualizados, lo importante es que se sigan fielmente de tal manera que aporten en forma efectiva a los propósitos de alcanzar transparencia en la información. Los recientes escándalos mundiales validan claramente esta apreciación.

Recientemente ha surgido un elemento nuevo, que se refiere al costo en que tendrían que incurrir las empresas cuando accedan al mercado internacional de capitales y que por lo tanto deberían adecuarse a las correspondientes normas; El tema de la normalización en la realidad de nuestra economía, nos encontramos que las empresas, que por lo menos hoy, o en el inmediato futuro pueden llegar con algunas posibilidades a las bolsas internacionales, se podrían contar con los dedos de la mano.

La fecha límite para adoptar se ha fijado para presionar de mala manera, la inmediata adopción de las normas internacionales. En la medida en que la fecha se acercó y no se alcanzó el propósito, se observó que también se atenúa la evidente forma de presión.

Por tanto no se puede continuar con la práctica nociva de adaptar normas creadas para entornos diferentes al nuestro, ya que las experiencias nos han demostrado que esto solo crea un sistema sin bases, sin fundamentos que termina fracasando.

A nivel de la profesión el problema interno es grave, si observamos el grado máximo de despreocupación demuestra su principal estamento, la Junta Central de Contadores “Un ente del Estado que en vez de responder a los intereses comunes de la profesión y los involucrados en ella (empresarios… sociedad), lo hace para defender un modelo de la profesión (todavía arraigado en la fe pública).

El profesor Harold Álvarez quien si bien, es consciente de la urgencia que tiene el país para tomar una decisión, hace especial énfasis en que ésta debe ser una buena decisión que, no debe ser tomada a la ligera, ya que está en juego el bienestar común, según él “la toma de esta decisión debe hacerse teniendo como fundamento un estudio profundo y detenido del contenido normativo, así como también los aspectos económicos, financieros, sociales y políticos que implican tal decisión”. Esta posición aunque conservadora es muy sensata.

Los promotores de la adopción están impulsando la idea de dolarización, cuya misión es la de procurar las condiciones para que prevalezcan las economías más fuertes “sin importar que los índices de desempleo, pobreza- miseria, analfabetismo, etc., vayan en aumento, con el argumento de que la liberación de los mercados traerá el progreso mundial”.

Con lo anterior podemos remarcar el hecho de que la globalización no nos beneficiaría, ya que no poseemos las características necesarias para competir de tal manera que podamos obtener algún beneficio.

Al respecto del tema de la globalización Harold Álvarez opina: “No pretendemos aislarnos del proceso de globalización mundial, sino que entremos en él sin los afanes irracionales que ya han significado la pérdida de buena parte de la riqueza nacional de nuestro país, y de otros países, sino el ingreso pausado, planificado, a partir de respetuosos procesos armonizadores y de adecuación jurídico- económica, que preparen las circunstancias y posibiliten la permanencia de nuestras empresas en condiciones competitivas y convenientes para el interés nacional”.

En otras palabras la armonización nos permitiría entrar a un proceso de reconciliación en el cual se reconozca nuestra idiosincrasia a fin de evitar una desestabilización económica, contable y social. El problema radica en que no hay tiempo para este proceso, lo que para nosotros es lamentable.

Existen algunos organismos mundiales especialistas en armonizar la situación de todo el mundo, algunos son de carácter público como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); y otros de carácter profesional como son la Federación Internacional de Contadores (IFAC) y el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad (IASB).

En torno a la Armonización mundial se mueven grandes intereses, los medios de comunicación dedican gran espacio a este tema, escritores políticos, sociólogos, ilustres contables se han encasillado en discutir al respecto, pero la gran verdad es que la Armonización es ineludible, una prueba de ello es que el plazo para la adopción de estándares internacionales se cumplió el 1 de enero del 2005 y no fue posible puesto que las diferencias económicas y entorno contable que existe en cada país, el proceso de armonización tiende a ser largo y cauteloso para lograr no ser tan doloroso.

A pesar de que esta armonización es tediosamente lenta es la decisión adecuada para contrarrestar la adopción que era intransigente e imposible de imponer en nuestro país.

Bibliografía

Alvarez A. Harold. “Segundo coloquio internacional de la contaduría pública: panel sobre la Armonización contable”.

Araújo Ensuncho, Jack Alberto. Marzo-septiembre, 1994. Un nuevo paradigma contable para Colombia: La utilidad de la información –o el decreto 2646 de 1993. Revista Contaduría Universidad de Antioquia, No 24 y 25; (Págs. 127-137).

Cavero Rubio José Antonio. 2003. Últimas Tendencias en Armonización Contable. Técnica contable No 650.

Calagari de Grosso Lydia E., Grosso Gustavo. Agosto de 2003. Armonización de las Legislaciones.

García Diez, Julita y Lorca Fernández Pedro. abril-junio 2002. La aceptación de las Normas Internacionales de Contabilidad: un proceso no exento de dificultades. En: Revista Contador No 10; (Págs. 15-44).

Gil, Jorge Manuel. abril-junio 2001. Normas Internacionales de Contabilidad y transferencia de tecnología. Revista Contador. No 6; (Págs. 87-102).

Jarne Jarne, José Ignacio y Laínez Gadea, José. julio-septiembre 2002. El proceso de Armonización contable en la Unión Europea: hacia los estándares internacionales. Revista Contador; (Págs. 11-38).

Mantilla B. Samuel Alberto. Septiembre de 2000. Adoptar no es Adaptar. Revista El Contador Público No. 82; (Págs. 32-37).

Mantilla Blanco, Samuel Alberto. abril-junio 2001. Adopción de Estándares Internacionales de Contabilidad. Revista Contador. No 6; (Págs. 103-140).

Robledo, Jorge Enrique. “Alternativas y acciones en la lucha contra el ALCA”.

Rueda Delgado, Gabriel. enero-marzo. 2002. Desarrollo alternativo y contabilidad: una aproximación. En: Revista Contador No 9; (Págs. 11-128).

Tua Pereda, Jorge. julio-septiembre 2001. Normas internacionales de contabilidad y auditoría sobre la incidencia del medio ambiente en la información financiera. Revista Contador. No 7; (Págs. 117-166).

Tua Pereda, Jorge. enero-marzo 2003. España reflexiona sobre las Normas Internacionales. Revista Contador No 13; (Págs. 93-154).

Vásquez Tristancho, Gabriel. Enero-Marzo 2001. Prospectiva de la contabilidad. Revista del Contador No 5; (Págs.67-92).

[1] Eutimio Mejia Soto, el papel de la contaduría en la globalización de la economía

[2] Alvarez Alvarez Harold, Adopción o Armonización De La Normativa Contable. Ponencia presentada en el segundo coloquio internacional de la Contaduría Pública.

[3] S.A.Mantilla / ADOPTAR NO ES ADAPTAR / Septiembre 2000.

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Aguirre Calderón Paula Andrea. (2005, abril 17). Armonización contable en Colombia. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/armonizacion-contable-colombia/
Aguirre Calderón Paula Andrea. "Armonización contable en Colombia". gestiopolis. 17 abril 2005. Web. <https://www.gestiopolis.com/armonizacion-contable-colombia/>.
Aguirre Calderón Paula Andrea. "Armonización contable en Colombia". gestiopolis. abril 17, 2005. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/armonizacion-contable-colombia/.
Aguirre Calderón Paula Andrea. Armonización contable en Colombia [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/armonizacion-contable-colombia/> [Citado el ].
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