¿Te consideras una mujer emprendedora? ¿Estás pensando en independizarte y montar tu propio negocio? A lo mejor te hace muchísima ilusión y estás soñando con la libertad de ser tu propia jefa, la flexibilidad de horarios y el poder tener más tiempo para ti y para tu familia. O con la libertad económica que crees que te va a suponer.
He recibido muchos mensajes de mujeres como tú que tienen una idea en mente y les gustaría llevarla a la práctica, o que no saben muy bien qué quieren hacer pero tienen claro que desean tener su propio negocio y trabajar por su cuenta; o incluso que tienen claras las dos cosas pero no saben por dónde empezar. Pero también recibo mensajes de mujeres con problemas económicos que creen que montando su propio negocio todo se solucionará. Antes de dar ese paso quiero que tengas claras unas cosas (no todas buenas, te anticipo):
1. Un negocio no es una píldora mágica. Probablemente ya lo sepas, pero te lo confirmo, montar un negocio no es un camino de rosas. Un porcentaje altísimo de nuevas empresas se arruinan en los 5 primeros años. No es fácil y quiero que lo tengas presente, no es una pastillita mágica para salir de tu estado actual. Así que piensa muy bien cuál es tu motivación, la razón por la que quieres montar tu negocio. Si es porque quieres dinero rápido o porque te aburre tu trabajo actual y no sabes qué hacer, puede que no sea la mejor opción para ti. (Si estás dudando te recomiendo el libro “El libro negro del emprendedor” de Fernando Trias de Bes).
2. No vas a generar beneficios inmediatamente. Tienes que ser consciente de que tardarás entre 6 meses y varios años en tener beneficios (dependiendo del tipo de negocio y de cómo te muevas), por tanto, es importante que cuentes con ahorros o apoyo económico para superar esa fase. Porque abrir un negocio cuando no tienes suficientes recursos económicos será muy estresante y no te dejará pensar con claridad ni invertir en tu negocio (algo imprescindible). Así que por favor no lo dejes todo de la noche a la mañana, compagínalo con tu trabajo si puedes, empieza a ahorrar, averigua formas de financiación o ayudas disponibles.
3. Tendrás que convivir con la incertidumbre (y disfrutar). Una cosa en común entre la ciencia y tu propio negocio es la incertidumbre. No sabes si un experimento va a salir o no, si te van a dar la beca o proyecto, donde vas a ir cuando se acabe la financiación. Con tu negocio pasa igual, no sabes cuando empezarás a generar beneficios, ni donde estará tu negocio de aquí a dos años, ni si encontrarás todos los clientes que quieres, si les gustará tu producto, etc. Una característica importante de un emprendedor es que disfruta con la incertidumbre. ¿Y tú? Si necesitas una gran estabilidad para ser feliz (sueldo fijo a final de mes, todo controlado) puede que no sea para ti.
4. Tienes que ser fuerte y perseverante. No sólo los comienzos son duros sino que recibirás críticas y opiniones desinformadas y además cometerás errores. Si te rindes a la primera de cambio, ante el primer contratiempo, no vas a llegar muy lejos. Ignora todo eso, sé fuerte y perseverante. Sigue tus convicciones y metas y busca gente que te apoye y sepa por lo que estás pasando. Rodéate de otros emprendedores, en eventos, por medio de las redes sociales, conferencias. Aprende de los errores y considéralos un paso más hacia el éxito. Si tienes claro que esto es lo que quieres, haz lo que haga falta para recobrar los ánimos cuando te de un bajón.
5. Tienes que aprender y rápido. Una de las cosas más gratificantes (para mi) de tener tu propio negocio es que necesitas estar continuamente en formación, aprendiendo y adaptándote a los cambios y a lo que tus clientes quieren. Esto te permite desarrollarte como persona y aprender muchísimo. Procura estar al día de lo que pasa en tu negocio, de lo que falla, de lo que se puede mejorar, de lo que quieren tus clientes, etc. Aprende de los mejores, no tiene sentido que reinventes la rueda, sino que aprendas de los que están donde tú quieres estar.
6. ¡Es muy gratificante! No quiero que te quedes con lo negativo. De hecho, si hasta ahora te ha parecido todo negativo piénsatelo dos veces antes de dar el paso. Para mi, dejar mi carrera científica y montar mi propio negocio, pasar de un sueldo fijo al mes (al menos mientras durara la beca) a tener que buscarme yo las habichuelas supuso un gran desafío y un cambio radical de mentalidad. No es lo mismo ser una empleada (o una becaria) que una emprendedora. Es muy gratificante ser capaz de crear y montar tu propio negocio. Tener que estar continuamente aprendiendo y adaptándote a los cambios; tener que implementar nuevas técnicas, superar la inseguridad y el miedo y poder controlar lo que haces, cuando lo haces y cómo lo haces.
En resumen, aunque no es mi intención desanimarte, quiero que seas realista y sepas en qué te estás metiendo; que tengas clara la razón por la que lo vas a hacer, tu principal motivo. Que te asegures de que tienes (o que puedes conseguir) los recursos económicos que necesitas, que no pierdas el tiempo intentando hacerlo todo tú sola y sin ayuda, y te rodees de gente que ya ha pasado por eso y te puede aconsejar. Que si estás convencida de que es lo que quieres te armes de valor y des el primer paso, y para inspirarte te dejo esta cita del libro “Rojo y Negro” de Stendhal:
«Que un camino no deja de ser hermoso porque haya espinas que lo flanquean.»