He hablado varias veces de la importancia de saber administrar bien tu tiempo. Ya sabes que el tiempo se va llenando de obligaciones y actividades y es mejor que seas tú la que decida qué cosas llenan tu tiempo, que es lo que de verdad vale la pena para ti. No sea que te vayas llenando de obligaciones y al final se pasen los días, los meses, los años y te des cuenta de que no has hecho nada que de verdad haya sido significativo para ti.
Sé que no es fácil y menos cuando una entra en la rutina de querer acaparar muchas cosas, estar en todo y para todos y siempre con una sensación interna de prisa. Pero si de verdad quieres algunos cambios, tienes que ponerte manos a la obra, empezando por tener en cuenta estas seis cosas:
- No lo puedes hacer todo a la vez. Si lo intentas, no solo no conseguirás hacerlo todo, sino que te estresarás y dejaras las cosas a medias o mal hechas. Por tanto, es hora de decidir qué vas a hacer. Proponte a partir de hoy mismo hacer menos cosas al día. Probablemente te parezca imposible con la cantidad de cosas que tienes que hacer, ¿verdad? Pero este es un paso imprescindible para aprender a valorar tu tiempo, a priorizar y, de paso, a estar más relajada. Si hoy, en lugar de hacer cuarenta cosas, decidieras hacer solo cinco (por decir un número), ¿qué cinco elegirías? No te queda otra que priorizar…
- Saca tiempo todos los días para hacer algo que, para ti, merezca la pena, ya sea relativo a tus amigos, familia, tiempo libre, desarrollo personal. Si no haces algo que merezca la pena todos los días, al final tu vida habrá pasado sin pena ni gloria, como quien dice.
- Cuidado con programar cada momento de tu vida, deja tiempo para la espontaneidad. ¿No te pasa que hay semanas que pasan volando y no sientes que hayas tenido tiempo para descansar aunque, de hecho, sí lo hayas tenido? Yo me he dado cuenta de que si todos los días los tengo llenos de actividades sin dejar ni un minuto libre, aunque sean cosas que me gusten, acabo agotada. Necesito tiempo libre de espontaneidad para decidir si me quedo en casa, si voy a dar una vuelta, si leo un libro o lo que sea. Aunque acabe haciendo lo que estaba planeado, pero sentir que tengo la libertad de elegir.
- Procura no querer hacer tu vida perfecta en un momento, es suficiente con empezar poco a poco, con hacer pequeños cambios. Si no, como con cualquier objetivo demasiado grande, te agobiarás y lo dejarás.
- Toma acción ahora. Para empezar esos cambios es importante hacerlo cuanto antes y centrándote en el ahora, en tu situación actual. No pienses en ayer ni en mañana, el único momento en el que de verdad puedes cambiar las cosas es ahora. Lo que elijas hacer ahora es lo que impactará tu futuro. Mejor empezar hoy mismo con una acción, por pequeña que sea, que dejarlo para mañana.
- Cuidado con la indecisión. La indecisión te mantiene paralizada, hay que aprender a establecer prioridades y a tomar decisiones. Sobre todo a la hora de empezar a hacer cambios. Si no hay decisión, no hay acción. Piensa qué quieres cambiar y por dónde puedes empezar y si estás bloqueada empieza por cualquier cosa, lo importante es empezar, siempre podrás modificar la estrategia luego, si es necesario. Recuerda, no se puede conducir un coche que está aparcado.
Quizá llevar esto a cabo te parezca casi imposible debido a tu estilo de vida actual, pero si no cambias las cosas, seguirán exactamente como están. Elige una de estas estrategias y pruébala, a ver qué tal.