Cómo saber por dónde empezar a priorizar
¿Estás agobiada, saturada y aunque sabes que todo es cuestión de prioridades ya no sabes ni cuáles son las tuyas? Hay veces en que eres eficiente y productiva y no tienes problemas para sacar las cosas adelante. Otras veces estás tan saturada de tareas, o simplemente cansada que, aunque sepas cuáles son tus prioridades, qué es lo más importante, te cuesta ponerte en marcha. Todo normal. Pero también puede haber ocasiones en las que no solo tienes mucho que hacer sino que ni siquiera eres capaz de priorizar, todo te parece igual de importante y estás totalmente bloqueada.
Una de las cosas que siempre recomiendo en situaciones de este tipo es preguntarte: “Si sólo pudiera hacer una cosa hoy, ¿cuál elegiría?” Es una pregunta muy efectiva, pero si aun así no eres capaz de decidirte o de ver por dónde empezar, hay varias cosas que puedes tener en cuenta:
1. Empieza por lo urgente e importante.
Ya mencioné en un artículo anterior la técnica de los cuatro cuadrantes (del libro “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas” de Stephen Covey), que consiste en dividir tus tareas en: importantes y urgentes, importantes no urgentes, urgentes no importantes y no importantes no urgentes. Y que el grupo fundamental es el segundo, porque si eres capaz de hacerte cargo de las cosas que son importantes antes de que sean urgentes, no te sentirás agobiada.
Pero en este caso en que ya lo estás, lo suyo es empezar por el 1º cuadrante, por todo aquello que sea importante y urgente. Así luego te podrás centrar en el resto. La cuestión es empezar para salir del bloqueo.
Otra de las dudas que te pueden surgir en este punto es qué es lo verdaderamente importante, sobre todo cuando hay otras personas involucradas. Recuerda entonces lo primordial: hacer lo que tu de verdad quieres hacer, no aquello a lo que te sientes obligada para complacer a los demás. ¿Qué es lo verdaderamente importante? Lo que es importante para ti, coincida o no con lo que quieran los demás (sí, ya lo sé, no es nada fácil…)
2. Empieza por lo que te vaya a generar mayores beneficios o mejores resultados.
Por ejemplo, si tienes tu propio negocio, ¿qué acción supondría un mayor beneficio para tu negocio ahora mismo? ¿Actualizar las redes sociales, contactar con antiguos clientes para ofrecerles algo nuevo, leer blogs de competidores? Ya sabes la respuesta, empieza por ahí.
Que eres una profesional, ¿qué actividad te va a reportar más o mejores resultados ahora mismo? Recuerda la ley de Pareto, el 80% de tus resultados vienen determinados por el 20% de tus acciones. Céntrate en esas acciones. Y no me vengas con excusas, ya sabes cuáles son, normalmente las que vas posponiendo…
3. A veces necesitas algo visual porque pensando ya no llegas más lejos.
Entonces puedes probar esto: apunta cada tarea que tengas que hacer en un papel y ponlos todos delante de ti. Coge dos y decide cuál de ellos es más importante ahora mismo, y repite el proceso hasta que hayas descartado la mayoría. La cuestión es hacer algo que te saque del bloqueo.
Una vez tengas claras tus prioridades te será más fácil empezar y salir de dicho bloqueo. Así que elige una de las técnicas, la que mejor se adapte ahora mismo a tus circunstancias y ponte en marcha.