En la vida, uno avanza, permanece inmóvil o retrocede. El objetivo, debe ser, por supuesto, progresar.
El inicio de año se presta “emocionalmente” para este tipo de reflexiones; pero debemos hacerlo cada mes, mejor aún… cada semana.
El análisis personal anual debe descubrir si se han realizado avances y si es así, en qué medida. También ha de descubrir los pasos que se hayan dado hacia atrás. La eficaz venta de unos servicios personales, precisa que uno avance aun cuando el progreso sea lento.
Te sugiero que analices y te respondas estas 28 preguntas básicas, muy personales y muy privadas, para saber: ¿Dónde te encuentras? ¿A dónde quieres llegar? Y para que determines: ¿Qué debes hacer cada día para llegar a tus resultados deseados?
Veinte ocho preguntas muy personales:
- ¿He alcanzado la meta que me había propuesto como objetivo para este año que terminó?
- ¿He proporcionado un servicio de la mejor calidad que yo podía ofrecer, o podría haberlo mejorado?
- ¿He realizado un servicio en la cuantía que yo era capaz de hacer?
- ¿Ha sido armonioso el espíritu de mi conducta y he cooperado en todo momento?
- ¿He permitido que el hábito de la dilación disminuya mi eficiencia y, en tal caso, en que medida?
- ¿He mejorado mi personalidad, y si es así, en qué forma?
- ¿He sido perseverante en mis planes hasta el final?
- ¿He tomado decisiones definidas y rápidas en todas las ocasiones?
- ¿He permitido que mis temores disminuya mi eficiencia?
- ¿Me he mostrado excesivamente precavido o excesivamente despreocupado?
- ¿Han sido agradables o desagradables las relaciones con mis asociados en el trabajo?
- ¿He desperdiciado parte de mis energías por falta de concentración o de esfuerzo?
- ¿Me he mostrado tolerante con respecto a todo?
- ¿En qué forma he mejorado mi capacidad de prestar mis servicios personales?
- ¿He mostrado intemperancia en algunas de mis costumbres?
- ¿He expresado bien abiertamente o secretamente alguna forma de egolatría?
- El modo como me he comportado con mis asociados: ¿Ha merecido su respeto?
- ¿Se han basado mis opiniones en conjeturas o sobre una seguridad de análisis y pensamiento?
- ¿He seguido el hábito de presupuestar mi tiempo, mis gastos y mis ingresos y he perseverado en estos presupuestos?
- ¿Cuánto tiempo he dedicado a esfuerzos inútiles que podrían haberse vertido con mejor ventaja?
- ¿Cómo podré reorganizar mi tiempo y cambiar mis costumbres para ser más eficiente durante el año que comienza?
- ¿Soy culpable de alguna conducta que no apruebe mi conciencia?
- ¿En qué aspectos he prestado más y mejor servicio que el que me han pagado?
- ¿He sido injusto con alguien y, en qué caso, en qué forma?
- Si yo hubiera sido el comprador de mis servicios: ¿Hubiese estado satisfecho con mi compra?
- ¿Es este trabajo mi verdadera vocación, y si no lo es, por qué razón?
- ¿Ha quedado satisfecho el comprador de mis servicios y en caso negativo por qué motivo?
- ¿Cuál es mi presente posición por cuanto respecta a los principios fundamentales del éxito?
Las preguntas fueron escritas hace más de 30 años por el famoso y reconocido escritor Napoleón Hill. Él termina su mensaje con una pregunta, que también de hago hoy:
¿Prosperaste en el año que acaba de terminar?
Así que siéntate, toma un cuaderno o tu computadora. Responde cada una de esas preguntas; pero no te levantes hasta que tengas un Plan de Acción para prosperar más aún en el año que comienza.
Te deseo, de corazón, que este año que comienza sea de grandes logres y satisfacciones. Que logres llevar tu empresa al siguiente nivel de crecimiento.
