La pregunta por el sentido de la vida

A lo largo de nuestra vida surgen diversas preguntas que apuntan hacia la cuestión acerca del sentido de la vida: ¿Cuál es el propósito de mi existencia? ¿Por qué el dolor y la enfermedad en el mundo? ¿Qué es la felicidad? ¿Cómo debo vivir mi vida? ¿Qué pasa después de muerto? Y así podemos seguir enumerando muchos otros cuestionamientos. Son preguntas que tarde o temprano exigen una respuesta. Las hay más superficiales o más profundas… el panorama de respuestas es amplio: están las religiones, las distintas ideologías, corrientes filosóficas humanistas, materialistas, etc. Pero para cada persona habrá una respuesta particular, o mejor, la respuesta tendrá una especificidad según los tiempos, lugares y personas.

El sentido de la vida, lo podemos tomar como dirección o como significado… de cualquier manera no está escrito en ningún tipo de oráculo o libro de recetas. Estamos lanzados a la existencia, estamos obligados a existir y lo único de lo que tenemos una certeza absoluta es que moriremos algún día. Para un cristiano la certeza de la resurrección de Jesucristo lo abre a una esperanza para cuando llegue el día final de su vida… otros en vez de creer en la resurrección creen en la reencarnación que son casi contrarios pero que abre a la persona a otro tipo de cosmovisión, así también otros piensan que es imposible conocer lo que haya más allá y otros niegan que haya más allá. De todas maneras, cualquiera sea la motivación conlleva un obrar aquí y ahora, una posición en relación a la propia vida y frente a los demás, y es eso lo importante al enfrentar una pregunta tan elemental como la del sentido de la vida, pues la respuesta nos abrirá a un modo de vivir la vida que transcurre.

La vida misma es proyecto, es respuesta que se va desentrañando, es opción por uno u otro camino, es acertar o errar en dichas opciones, es herir y sanar, es salir airoso o fracasado ante las complicaciones que la vida misma trae aparejada.

La respuesta no puede estar fuera de la vida misma, ya que la pregunta es sobre ella, la dirección de la vida es la que se le da y el significado quizás se podría reconocer el último día de nuestras vidas cuando ya hubo transcurrido, y toda la biografía estuviera completa, el ser, la personalidad ya estuviese plena. No sólo estamos preocupados por el sentido de la vida a nivel teórico, sino que ya estamos ocupados en eso en la dirección que con nuestras opciones (más o menos libres y más o menos concientes o inconcientes) le estamos dando, es una praxis que se desarrolla impelido por lo real, por la fuerza o el poder de la realidad.

Terminemos con Víctor Frankl:

“Lo que de verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que dejar de hacernos preguntas sobre el significado de la vida y, en vez de ello, pensar en nosotros como en seres a quienes la vida les inquiriera continua e incesantemente. Nuestra contestación tiene que estar hecha no de palabra ni tampoco de meditación, sino de una conducta y una actuación rectas. En última instancia, vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo.”

FRANKL, V. E., El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona 1982, págs. 82-84 y 78-79.

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Guerrero Quintela Pablo Daniel. (2010, septiembre 29). La pregunta por el sentido de la vida. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-pregunta-por-el-sentido-de-la-vida/
Guerrero Quintela Pablo Daniel. "La pregunta por el sentido de la vida". gestiopolis. 29 septiembre 2010. Web. <https://www.gestiopolis.com/la-pregunta-por-el-sentido-de-la-vida/>.
Guerrero Quintela Pablo Daniel. "La pregunta por el sentido de la vida". gestiopolis. septiembre 29, 2010. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/la-pregunta-por-el-sentido-de-la-vida/.
Guerrero Quintela Pablo Daniel. La pregunta por el sentido de la vida [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/la-pregunta-por-el-sentido-de-la-vida/> [Citado el ].
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