Iniciaremos el presente tema definiendo que La educación, (del latín educere ‘sacar, extraer’ o educare ‘formar, instruir’) es la transmisión del conocimiento, valores y costumbres a través de diferentes medios que van desde la palabra hasta la forma de actuar, es decir, que con nuestro comportamiento transmitimos esa enseñanza y es por ello que es tan complejo y extenso al hablar del tema, sin embargo es de suma importancia para la socialización del hombre con los de su misma especie.
A través de los años nos hemos percatado que la educación no es solamente un elemento fundamental para el desarrollo del hombre sino de los un pueblos; la existencia del dicho “el conocimiento es poder” no es una mera coincidencia ya que a través de la historia hemos conocido la evolución de nuestras sociedades, desde las culturas clásicas hasta las de la historia moderna y los acontecimientos que se han dado en cada una de ellas.
Después de este breve preámbulo, nos avocaremos al análisis de la evolución educativa en México y en particular con la reciente Reforma Educativa que no solamente abarca el planteamiento de los modelos educativos a seguir y que se pretender instaurar, sino que se busca la participación de los padres en la educación de sus hijos, lo cual no esta errado ya que en caso de ser bien aplicado podría desembocar en algo positivo para la sociedad estudiantil.
Pero no todo es color de rosa, diríamos en el vulgo mexicano, seria prudente plantearnos algunos cuestionamientos del porque ha causado tanto revuelo y tanta controversia esta reforma, que es lo que existe realmente de trasfondo y porque los integrantes del magisterio han hecho y continúan haciendo lo que por todos ya es sabido.
Ahora bien, La Constitución Mexicana en su articulo 3º establece que la educación es un derecho por el cual el Estado deberá velar, que debe ser gratuito, laico y obligatoria para todos los habitantes del país, es decir, que es imperativo el que todos los mexicanos deban cursar los niveles primario, secundario y ahora nivel medio superior, buscando abatir los altos índices de analfabetismo y rezago educativo en el país, y algo importante es que también establece que los padres de familia tienen la responsabilidad de verificar que sus hijos cumplan con esta disposición.
Por otra parte tenemos un sistema que se encargará de realizar evaluaciones periódicas acerca de los avances obtenidos, lo cual también sería una gran ventaja, al estilo de la iniciativa privada, en el cual se busca realizar análisis constantes en el desempeño, que en este caso sería de los educandos con relación al plan de estudios vigente. Por último tenemos la parte mas delicada en todo este asunto y que tiene que ver con el factor humano, el factor impredecible, en este caso representado por el Magisterio, que de igual manera tendrá que ser sometido a evaluaciones periódicas, lo cual también sería un acierto si pensamos que quien imparte la enseñanza a nuestros niños y jóvenes mexicanos deben ser personas capacitadas; pero, este ultimo tema puede ser abordado desde dos perspectivas, la gubernamental, la de la “buena fe” y que pretende llevar a cabo una reforma en materia de educación buscando siempre el beneficio para la sociedad o desde otra óptica como la de hacer una depuración, restar poder al magisterio y sindicato y por ende tener mayor control sobre este sector.
La gran interrogante acerca de esta pugna de poder entre el gobierno y el magisterio solo puede tener un final cierto, la afectación de miles de estudiantes de los diferentes grados académicos, con los continuos paros, acusaciones, divisionismo, detenciones, que son parte del proceso de ajuste de este nueva normatividad sobre la cual estarán navegando los estudiantes futuro de nuestra nación, y que entre tanto no se tomen los acuerdos pertinentes buscando un justo medio, cada vez se alejan mas del fin ultimo que es el de velar por el derecho a la educación en México, en el entendido que se busca sea de calidad, competitiva a nivel internacional, que sea impartida por gente capaz y comprometida y que éstos tengan una recompensa justa por su desempeño y “de no ser así que la nación se los demande”.