- “¡Claro! Mi Cliente Ideal es cualquier persona que requiera mis servicios…”
- “¿Estás segura?”
- “Por supuesto”
Está bien. Esta afirmación es cierta, pero sólo en una parte, y te diré por qué.
Claro que tu cliente es cualquier persona que requiera tus servicios, pero… ¿sabes algo más de él o ella?.
El saber responder esta pregunta con exactitud es algo que no hacen muchas de las personas que se inician y deciden montar un negocio.
Desgraciadamente, éste puede ser un motivo por el cual tu empresa, tu servicio o tu producto no funcione. No dudo que sea lo mejor que haya en el mercado en este momento, pero éste no es el único factor necesario para triunfar.
¿De qué te sirve ofrecer un producto o servicio extraordinario si después no sabes comunicar las virtudes de éste y dirigirlas como una flecha hacia tu Cliente Ideal?
Si estás pensando en emprender y montar tu propio negocio, debes plantear tu estrategia de Marketing y de Comunicación. Esto significa saber definir entre otras cosas qué ofreces, pero también es imprescindible que sepas sin ninguna duda para quién van destinados tus servicios, es decir, cuál es el perfil de tu cliente ideal.
Analiza las características de tu Cliente Ideal
Imagínate cómo es esa persona… es hombre… es mujer… qué edad tiene… a qué clase social pertenece… está casado o casada… tiene hijos… qué aficiones tiene… Y a partir de aquí crear tu mensaje de Marketing.
Sólo imaginando o conociendo con claridad a quién te diriges, tus comunicaciones serán efectivas.
A estas alturas imagino que sabrás que no vale el mismo discurso para todo el mundo. Todos somos diferentes, tenemos nuestros valores, nuestras experiencias, nos gustan unas cosas y detestamos otras, tenemos nuestros puntos débiles, nuestras necesidades, nuestros miedos…
Por lo tanto, cualquier mensaje no funcionará con todo el mundo.
Piensa en ello.
Te pondré un ejemplo.
Si quieres vender implantes odontológicos, lo más lógico será que te dirijas a hombres y mujeres de edad avanzada y que te enfoques en cuáles son sus problemas y qué es lo que les preocupa ante la posibilidad de plantearse un tratamiento de este tipo. Háblales sobre cómo son los implantes, sobre cómo se sujetan al hueso, sobre el grado de molestia del tratamiento, sobre los riesgos quirúrgicos o sobre qué cuidados deben tener tras la colocación…
No generalices e intentes hacerle llegar a todo el mundo mensajes como “Mi Producto Tal, el mejor producto del mercado”. Este tipo de mensajes son tan vagos que, a no ser que seas ya una marca posicionada en el mercado, producen el efecto inverso al deseado. Al intentar llegar a todo el mundo lo que haces en realidad es dispersar y emborronar tu mensaje de tal manera que al final no llegas a nadie. Tu cliente potencial no se siente identificado con lo que le estás diciendo y en consecuencia tus esfuerzos por captarle serán nulos.
Por lo tanto, te animo a que hagas un retrato robot de tu cliente. Conócele tanto como si vivieses y durmieses junto a él, y ofrécele soluciones claras y directas a cada una de las inquietudes que tiene.
Ponte en la piel de tu Cliente Ideal e intenta saber y entender cómo se siente.
Te animo a que cojas lápiz y papel y hagas este ejercicio. Estoy segura de que tus resultados cambiarán.
¿Qué piensas ahora?. ¿Conoces a tu cliente ideal?.