Líderes contra el líder. Lecciones de liderazgo basadas en una historia de Roma Antigua

Invierno del 218 a. C., Aníbal Barca devasta con su ejército la península italiana provocando en Roma una terrible confusión y miedo.(1)

Fabio Máximo, cónsul romano, es partidario, conociendo el experimentado pero reducido tamaño del ejército de Aníbal, de evitar una confrontación directa y, en cambio, ayudar a los aliados romanos y esperar a que el cartaginés se desgaste.

Esta estrategia no convence al cónsul Flaminio que quiere evitar a toda costa que Aníbal se acerque más a la amenazada Roma. El cónsul toma la decisión de conducir al ejército contra Aníbal.

En Trebia, el cartaginés le infringe una terrible derrota en la que el cónsul, como gran parte de su ejército, es muerto.

Roma se aterroriza  y decide aplicar una medida prevista solo para casos extremos: la República condensa el poder en una sola persona: se nombra dictador a Fabio Máximo que se convierte así, con 63 años, en jefe absoluto del ejército romano.

Máximo nombra jefe de caballería a Marco Minucio y pone en marcha la mencionada estrategia contra Aníbal: desgastarle sin que su ejército entre en combate directo. Sin embargo su renuncia a luchar provoca críticas entre los suyos que comienzan a considerarle un cobarde. Solo Aníbal, dice Plutarco, parece comprender su habilidad.

Marco Minucio, el lugarteniente de Fabio Máximo, comienza a criticar y a hacer campaña entre el ejército contra su jefe. Otros se encargan de hacerlo en Roma.

Eventualmente Fabio Máximo debe marchar a Roma dejando el ejército a cargo de Minucio. Fabio cree conocerlo, impulsivo y orgulloso, y le advierte contra la idea de precipitarse a batallar contra Aníbal.

Sin embargo, una vez solo, Minucio ignora las advertencias y  logra vencer en algunas escaramuzas que son interesadamente exageradas y alabadas en Roma. Su orgullo se inflama.

Pronto los críticos de Fabio Máximo instan al pueblo romano a que le destituya y otorgue el mando supremo a Minucio. Aunque no lo consiguen, logran una excepcional equiparación del rango entre los dos: el ejército romano tiene, ahora, dos jefes al mando.

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Fabio Máximo regresa al campamento para comprobar que Marco Minucio no cuenta con él. Deciden no alternar el mando sino repartirse el ejército y acampar de forma separada. Aún así, Máximo intenta advertirle de la necesidad de permanecer unidos puesto que el enemigo no es él sino Aníbal. Marco Minucio le ignora.

El general fenicio conoce la situación de los romanos y, siguiendo un plan establecido, incita a Marco Minucio a batallar. Este cae en la trampa.

Fabio Máximo tiene noticias de que su antiguo jefe de caballería está siendo irremisiblemente derrotado por Aníbal.

Antes de seguir, le propongo una pregunta: ¿Qué cree usted que hizo Fabio Máximo? O mejor aún, ¿qué hubiera hecho usted en su lugar?

Imagine que su subordinado, después de buscar su desprestigio y ganar poder a su costa, tras darle de lado, ahora, confirmando sus advertencias, muestra a todos con su derrota que él estaba equivocado y que usted, injustamente vilipendiado, tenía razón.

De la aniquilación del ejército de Marco Minucio habría salido vencedor Aníbal, pero también Fabio Máximo como individuo, dado que su autoridad, poder y prestigio hubieran sido sin duda restituidos en toda Roma.

Sin embargo, ¿habría salido Máximo reforzado como el líder que Roma necesitaba para derrotar a Aníbal?

Cómo podría el eventual ganador de una disputa personal ignorar su propio e inmediato beneficio y comportarse como un líder: recuperando la cohesión del grupo que necesita y gobierna; recuperando a un buen subordinado confundido por su impulsividad, a la vez que fortalece su autoridad, legitimidad y confianza frente a Roma y el ejército.

Veamos qué ocurrió.

Fabio Máximo decide ir a socorrer a Marco Minucio y pone en fuga al ejército de Aníbal. Tras la batalla, se retira sin hacer ningún comentario insolente ni ofensivo sobre su colega.

Probablemente esto es lo que estimula en Minucio su comportamiento ulterior que le lleva a….

… reunir a su ejército para decirles: Soldados, no cometer ningún error escapa a las posibilidades humanas; pero cuando nos equivocamos, aprovechar nuestros fracasos como lección para el futuro, es propio de hombres nobles y sensatos. Por consiguiente, yo confieso que,…..debo bendecir la fortuna, pues, aquello de lo que no me di cuenta en tanto tiempo, lo he aprendido en un instante. Acabo de entender que no tengo capacidad para mandar a otros, sino necesidad de que otro me mande. Para vosotros, en adelante, vuestro jefe es Fabio Máximo.

Tras estas palabras, ante el asombro de todos, se dirige al campamento de Máximo  y le dice:

Dos victorias has logrado en el día de hoy: una con tu valor sobre Aníbal; y otra con tu prudencia y bondad sobre el colega en el mando; con esta nos has instruido a nosotros, víctimas de una derrota vergonzosa por aquél pero noble y salvadora por ti. Ahora, yo te saludo con el nombre del buen padre.

Y tras decir esto abraza a Fabio Máximo provocando que todos los soldados hagan lo mismo entre ellos (Plutarco.Vidas Paralelas vol II. Editorial Gredos S.A. Madrid 2001)

En esta historia, Plutarco, otros antes que él y muchos otros después, han señalado a Fabio Máximo como el personaje modélico merecedor de alabanza. Bien, se lo merece. pero para nosotros, que queremos señalar comportamientos que parezcan describir lo que entendemos por un líder, merece la pena atender también a lo que hizo Minucio: en términos de liderazgo no le va a la zaga a Máximo y nos ilustra cómo para comportarse como un líder no es necesario ser el jefe supremo del ejército. Más bien parece estar al alcance de muchos, aunque, aparentemente, solo unos pocos sean capaces de trascender el interés personal en aras de la tarea encomendada y el beneficio general.

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(1) Datos históricos según el relato de Plutarco. Plutarco. Vidas Paralelas vol. II. (Ed. Biblioteca Básica Gredos. Editorial Gredos S.A. Madrid 2001). Págs. 339 y ss.

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Fidalgo Javier. (2012, septiembre 18). Líderes contra el líder. Lecciones de liderazgo basadas en una historia de Roma Antigua. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/lideres-contra-el-lider-lecciones-liderazgo-basadas-roma-antigua/
Fidalgo Javier. "Líderes contra el líder. Lecciones de liderazgo basadas en una historia de Roma Antigua". gestiopolis. 18 septiembre 2012. Web. <https://www.gestiopolis.com/lideres-contra-el-lider-lecciones-liderazgo-basadas-roma-antigua/>.
Fidalgo Javier. "Líderes contra el líder. Lecciones de liderazgo basadas en una historia de Roma Antigua". gestiopolis. septiembre 18, 2012. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/lideres-contra-el-lider-lecciones-liderazgo-basadas-roma-antigua/.
Fidalgo Javier. Líderes contra el líder. Lecciones de liderazgo basadas en una historia de Roma Antigua [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/lideres-contra-el-lider-lecciones-liderazgo-basadas-roma-antigua/> [Citado el ].
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